Hoy, dentro de nuestros caminos artísticos recorremos de nuevo algunos de los que tienen que ver con el mundo de la escena en sus distintas facetas, siguiendo las huellas que en ellos dejan los pasos de nuestra leonesa protagonista de este martes, Ruth Oblanca García. Seguramente muchos la relacionáis ya con el teatro, la danza e incluso el cine, ámbitos en los que ha dejado su personal impronta a lo largo de casi veinte años de presencia; otros tal vez más con el ejercicio de su profesión, la psicología, pues ya sabemos de lo difícil que es dedicarse profesionalmente al mundo de las artes escénicas y vivir de ello. Paralelamente a su formación más reglada, Ruth comienza su formación dramática en la Escuela Municipal de Arte Dramático de León a través de un Taller de Artes Escénicas (TAE). Después vendrían algunos Laboratorios en distintas disciplinas y, ya con el "bichito" instalado permanentemente en cuerpo, alma y corazón, da rienda suelta a su inquietud continuando su preparación escénica en numerosos cursos relacionados con la interpretación e impartidos por nombres importantes dentro del mundo de la escena, compaginándola con la práctica que la llevará por los caminos del cine, el teatro (en diferentes facetas) e incluso la televisión (en esta caso a través de la publicidad).
En su particular realidad no desliga la psicología –su mundo profesional- de la interpretación –su lado más afectivo– y así complementará ambos campos cursando estudios de Psicología de la Interpretación Artística, a través de la UNED. Imposible renunciar a ninguno de estos dos aspectos en torno a los cuales gira su vida.
Documentamos su incursión en el mundo de la interpretación cinematográfica allá por 2007, de la mano de su participación cortos como ‘Las bececletas’ (Epigmenio Rodríguez) y ‘Amor aroma’ (Israel Arias), a los que posteriormente seguiría, en 2013, ‘Ensayo fílmico sobre Padre Bernardo’ (Alberto Taibo), en el que hace el papel de una anarquista. Su presencia en este campo también queda recogida en los largometrajes ‘Bendito Canalla’, de Nacho Chueca (2008) y ‘Media hora y un epílogo’, de Epigmenio Rodríguez (2018). Su paso por el teatro pasará por su interpretación en obras como ‘La casa de Bernarda Alba’, otras dirigidas por Mercedes Saiz como ‘Dos perlas de Tenessee’ (2011), ‘Tartufo o el impostor’ (2013) o ‘Los treinta’ (2015), con Trejoviana Teatro, y en la que Ruth será multipremiada como actriz por su interpretación de Estrella, en distintos certámenes dirigidos al Teatro Amateur tales como la XV Muestra Nacional de teatro aficionado Villa de La Seca, el XV Certamen Regional de Grupos de Aficionados de Teatro de Castilla y León o, ya en 2017, la VI muestra de teatro Amateur Villa de Bescas. También habría intervenido en obras dirigidas por Nuria Castaños, como ‘Las abarcas del tiempo’ (2011) o ‘Mucho ruido y pocas nueces’ (2013).
Todo este trabajo teatral deriva, en 2016, en la creación, junto a Ángel Zotes, de la compañía de artes escénicas Emesis colectiva, con la que pretenden desarrollar un proyecto de investigación y exploración en el que se combinen tanto la danza contemporánea como el teatro físico. Fruto del mismo surge, por ejemplo, ‘Alteridad’, pieza corta con el tema de la exclusión, en todos los contextos, como telón de fondo y estrenada en Madrid, el mismo año de su creación, dentro de la programación del Certamen Coreográfico ‘Danza en Valores’ , un certamen surgido con la idea de convertirse en "una plataforma para creadores y creadoras emergentes, y una propuesta que facilite el acceso a la cultura a través de creaciones que conlleven procesos de reflexión sobre temas sociales, desde una concepción de convivencia positiva y transformadora de la realidad". El proyecto de Ruth y Ángel, que obtendría –ex aequo– el segundo premio, se basaba en trabajos sobre «procesos de socialización, marginación y exclusión social que giran en torno a los estudios sobre infra-humanización como nueva forma de discriminación social y en las reflexiones de que "No hay identidad sin la presencia de los otros. No hay identidad sin alteridad".
Sus colaboraciones con el coreógrafo no se ceñirán exclusivamente a este trabajo, pues intervendrá en otras propuestas, que el mismo crea y dirige, como los del colectivo ‘Tambaleos de Perdiz’, que se fijan en la creación colectiva a través de la utilización de un lenguaje híbrido siempre entre la danza contemporánea y el teatro físico. También en 2016, será en ‘Ignocencia’, "una propuesta escénica en la que conviven diferentes lenguajes como la danza, el teatro de gesto, la poesía y la música viva, para mostrar diferentes historias narradas desde una perspectiva de autorretrato", a partir de peculiares personajes que aparecen y reaparecen, conviviendo en un tiempo y un espacio que las diferentes historias van transformando. En 2018 llegará ‘Vértigo al agua’, otro proyecto coreográfico en el que interactúan el lenguaje físico y el lenguaje enraizado en las palabras, centrándose en el agua y sus distintos estados y formas como elemento de investigación, para concluir en un trabajo sobre la convivencia y los ciclos, alrededor de la propia vida y su entorno.
Su último trabajo referenciado es relativamente reciente (2021) y pasa, en este caso, a realizarse bajo la dirección de Paz Brozas. Bajo el título ‘Triádico- entre líneas’, supone una vez más la colaboración entre diversos campos artísticos y sus correspondientes intérpretes, un ejercicio coreográfico iniciado desde el Aula de Artes del Cuerpo de la ULE, en 2019, en torno a la experiencia con ruedas alemanas y sillas de ruedas del proyecto ‘Se rueda’, que concluye en el juego de improvisación de tres cuerpos desplazándose "para dibujar sus propios caminos, siguiendo el impulso de otro o en un trayecto colectivamente definido", en el que éstos se prolongan en un objeto (la silla de ruedas) , la música (de Fernando Ballarín) y la voz, a través de la recreación de textos de Sara Ahmed procedentes del libro ‘QueerFenomenoloy. Orientations, objects, others’.
Proyectos con apuestas valientes en los que Ruth Oblanca ha encontrado sin duda parte de su camino a seguir en el mundo de las artes escénicas.
Algo más que puro teatro
Ruth Oblanca García, en su particular realidad, no desliga la psicología –su mundo profesional– de la interpretación –su lado más afectivo– y así complementará ambos campos cursando estudios de Psicología de la Interpretación Artística
10/05/2022
Actualizado a
10/05/2022
Lo más leído