En su particular realidad no desliga la psicología –su mundo profesional- de la interpretación –su lado más afectivo– y así complementará ambos campos cursando estudios de Psicología de la Interpretación Artística, a través de la UNED. Imposible renunciar a ninguno de estos dos aspectos en torno a los cuales gira su vida.
Documentamos su incursión en el mundo de la interpretación cinematográfica allá por 2007, de la mano de su participación cortos como ‘Las bececletas’ (Epigmenio Rodríguez) y ‘Amor aroma’ (Israel Arias), a los que posteriormente seguiría, en 2013, ‘Ensayo fílmico sobre Padre Bernardo’ (Alberto Taibo), en el que hace el papel de una anarquista. Su presencia en este campo también queda recogida en los largometrajes ‘Bendito Canalla’, de Nacho Chueca (2008) y ‘Media hora y un epílogo’, de Epigmenio Rodríguez (2018). Su paso por el teatro pasará por su interpretación en obras como ‘La casa de Bernarda Alba’, otras dirigidas por Mercedes Saiz como ‘Dos perlas de Tenessee’ (2011), ‘Tartufo o el impostor’ (2013) o ‘Los treinta’ (2015), con Trejoviana Teatro, y en la que Ruth será multipremiada como actriz por su interpretación de Estrella, en distintos certámenes dirigidos al Teatro Amateur tales como la XV Muestra Nacional de teatro aficionado Villa de La Seca, el XV Certamen Regional de Grupos de Aficionados de Teatro de Castilla y León o, ya en 2017, la VI muestra de teatro Amateur Villa de Bescas. También habría intervenido en obras dirigidas por Nuria Castaños, como ‘Las abarcas del tiempo’ (2011) o ‘Mucho ruido y pocas nueces’ (2013).
![Ruth Oblanca García. | L.N.C.](https://www.lanuevacronica.com/uploads/static/la-nueva-cronica/migration/imagenes/tinyMCE/Imagen_Ruth_Oblanca.jpg)
Sus colaboraciones con el coreógrafo no se ceñirán exclusivamente a este trabajo, pues intervendrá en otras propuestas, que el mismo crea y dirige, como los del colectivo ‘Tambaleos de Perdiz’, que se fijan en la creación colectiva a través de la utilización de un lenguaje híbrido siempre entre la danza contemporánea y el teatro físico. También en 2016, será en ‘Ignocencia’, "una propuesta escénica en la que conviven diferentes lenguajes como la danza, el teatro de gesto, la poesía y la música viva, para mostrar diferentes historias narradas desde una perspectiva de autorretrato", a partir de peculiares personajes que aparecen y reaparecen, conviviendo en un tiempo y un espacio que las diferentes historias van transformando. En 2018 llegará ‘Vértigo al agua’, otro proyecto coreográfico en el que interactúan el lenguaje físico y el lenguaje enraizado en las palabras, centrándose en el agua y sus distintos estados y formas como elemento de investigación, para concluir en un trabajo sobre la convivencia y los ciclos, alrededor de la propia vida y su entorno.
Su último trabajo referenciado es relativamente reciente (2021) y pasa, en este caso, a realizarse bajo la dirección de Paz Brozas. Bajo el título ‘Triádico- entre líneas’, supone una vez más la colaboración entre diversos campos artísticos y sus correspondientes intérpretes, un ejercicio coreográfico iniciado desde el Aula de Artes del Cuerpo de la ULE, en 2019, en torno a la experiencia con ruedas alemanas y sillas de ruedas del proyecto ‘Se rueda’, que concluye en el juego de improvisación de tres cuerpos desplazándose "para dibujar sus propios caminos, siguiendo el impulso de otro o en un trayecto colectivamente definido", en el que éstos se prolongan en un objeto (la silla de ruedas) , la música (de Fernando Ballarín) y la voz, a través de la recreación de textos de Sara Ahmed procedentes del libro ‘QueerFenomenoloy. Orientations, objects, others’.
Proyectos con apuestas valientes en los que Ruth Oblanca ha encontrado sin duda parte de su camino a seguir en el mundo de las artes escénicas.