La última previsión demográfica del Instituto Nacional de Estadística indica que León perderá 35.000 habitantes en los próximos 15 años, una sangría que se suma a los más de 52.000 habitantes perdidos en los últimos quince años.
Sí. Estos son los datos, alarmantes, preocupantes y, sin embargo, reversibles.
Sí, reversibles.
Porque León puede dar la vuelta a esta previsión, a esta realidad.
Solo necesita una apuesta clara de todas, todas, las administraciones. Una apuesta clara. No una mesa, no una comisión de estudio, no una fiscalidad favorable… León necesita proyectos, iniciativas e inversiones. Sobre todo, inversiones. Una discriminación positiva que revierta las décadas de discriminación negativa que León ha sufrido por parte de la Junta de Castilla y León que, sin rubor, ha realizado una apuesta contundente que ha alejado de nuestra provincia no sólo los centros de poder sino también los ejes de desarrollo logístico, las infraestructuras o los sectores con futuro. Una discriminación positiva que palie la falta de inversión de un Gobierno central que salvo en el paréntesis del presidente Zapatero ha ralentizado –cuando no olvidado directamente- proyectos esenciales para nuestra tierra.
Y pese a ello León ha resistido el embate, luchando desde la soledad por sectores productivos como el turismo que siguen creciendo pese a la pandemia, por las tecnologías de la información y la comunicación, por la Ciberseguridad, por el sector biosanitario y, sobre todo, por el potencial humano de una tierra que es capaz de sobrevivir al desmantelamiento del sector primario en su casi total integridad.
La apuesta pasa, por supuesto, por la actuación inmediata. Y parece que las cosas están cambiando desde que hace ya casi tres años emprendimos una carrera por la salvación de nuestra tierra con el grito –siempre ahogado y ahora fuerte- por el futuro de León.
Fue a raíz de este grito de los leoneses dado en el Ayuntamiento de León en diciembre de 2019, sabiendo lo que nos jugábamos, en todos los sentidos. Un grito que se convirtió en eco replicado en medio centenar de mociones con sendas mociones cuando se empezó a hablar del desequilibrio que, hasta ese momento tanto Junta como Gobierno central, habían negado. Ya era imposible ocultar la voluntad de los leoneses y las consecuencias de un olvido sistemático cuando no una acción concreta de agravio (alguien puede olvidar el reparto de los fondos Miner en provincias donde lo único que vieron de las minas fue el destrozo por televisión, de los mapas Cylog que establecen el eje Burgos-Palencia-Valladolid como único en la comunidad, del mapa de titulaciones o, incluso, de las ayudas a las compañías low cost para que volaran desde donde a la Junta le convenía que, casualmente, no era desde León).
La primera vez que oímos al presidente de la Junta admitir desequilibrios empezó a hablarse con esperanza del cambio de la suerte de esta tierra. Pero solo depende de nosotros, de los leoneses, que este cambio se produzca.
No podemos ni debemos rendirnos porque en la lucha está la victoriaLa lucha nos ha permitido que Torneros haya pasado de una quimera a un proyecto real con presupuesto y plazo. La lucha ha permitido que la ampliación del Parque Tecnológico de León –ese que siempre estuvo opacado por Boecillo- sea una realidad, que el centro de salud del Egido esté a punto de abrir sus puertas tras 20, 20 años de espera. Que el conservatorio se levante en una parcela de La Palomera cedida en 2008.
No podemos negar que toda esta lucha nos ha costado. Mucho. Esas cifras a las que aludía al principio. Pero toda batalla, aunque se esté ganando, tiene víctimas.
Los resultados son positivos como lo es el mantenimiento de la Universidad, la conservación en León de la sede del Incibe –ese Instituto que el PP intentó devolver a Madrid-, la dotación de suelo industrial en la que estamos inmersos desde el Ayuntamiento y el mantenimiento de un aeropuerto que estuvo, años, amenazado.
No vamos a bajar la guardia en ningún momento. No podemos ni debemos rendirnos porque en la lucha está la victoria.
Por eso mientras la fortaleza, la valentía y el tesón de esos leoneses que creemos en esta tierra batallemos, contra todo y contra todos, no podrán con nosotros. Los medios ahí juegan un papel fundamental y ahí no caben las medias tintas. O estás con León o estás contra esta tierra.
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