Para no perder la perspectiva, me gusta recordar, de vez en cuando, que la actividad empresarial, el trabajo de un empresario, se sustenta en el riesgo, por un lado y en el optimismo, por otro y si, a ese empresario le sumamos la cualidad de leonés, esas condiciones se ensanchan y adquieren otra categoría superior, dada la dificultad intrínseca de ser empresario y de ser leonés.
Frente a los sentimientos de desencanto, frustración, victimismo, resignación… que inundan diariamente los medios de comunicación para definir el estado de ánimo general de los leoneses, me propongo en este artículo del Especial de La Nueva Crónica rescatar y poner en valor algunas de las fortalezas que hacen grande y única a la provincia de León. No voy a descubrir a nadie las ventajas de la calidad de vida en León, una ciudad y provincia tranquilas, sin masificación, con un patrimonio histórico incomparable, un patrimonio medioambiental rico y diverso que ofrece infinidad de recursos naturales; una oferta cultural y gastronómica impresionante, con muy buenas posibilidades de formación y desarrollo personal, con empleos especializados en sectores concretos como las TIC, biotecnología, aeronáutica; con un sistema educativo que destaca en contrastados informes internacionales como PISA o TIMSS, con una importante oferta en nuestro sistema universitario y en formación profesional que hay que seguir reforzando y acercando al ecosistema empresarial.
León tiene empresas punteras, líderes en sus sectores, que innovan e inviertenDesde el ámbito de la empresa, estamos haciendo un gran esfuerzo en relación con sectores de alto potencial de crecimiento como el agroindustrial, turístico, biotecnológico, fabricación de vidrio y cemento, ciberseguridad y el sector servicios. Nos faltan mejores infraestructuras viarias, ferroviarias y una base industrial consolidada. Pero, sobre todo, nos falta un buen plan político-empresarial y una cultura colaborativa para conseguirlo, aunque se están haciendo intentos y ya hay ejemplos concretos de grupos industriales en polígonos como el de Villadangos que tienen magníficas posibilidades de crecimiento.
León tiene empresas punteras, líderes en sus sectores, que innovan e invierten en el territorio y que exportan a muchos lugares del mundo, sobre todo, productos cárnicos, derivados de la industria metálica, bienes de equipo, mecánicos y eléctricos. Nuestra balanza comercial sigue siendo positiva, lo que significa que estamos haciendo las cosas bien en los mercados internacionales.
También destacamos en sectores productivos relevantes como el energético, el tecnológico, y el logístico (aunque otros territorios nos estén adelantando) y contamos con la Universidad de León y otros polos de conocimiento y desarrollo que han de ayudar más a la diversificación de nuestra economía y a su crecimiento.
¿Qué es lo que falla entonces? Creo que no estamos suficientemente en alerta y debemos posicionarnos claramente en ‘modo ON’, en un proceso continuo de descubrimiento de oportunidades empresariales. Esa es la tarea de un buen empresario y en León tenemos muchos ejemplos, como tenemos a prestigiosos directivos leoneses en multinacionales e instituciones internacionales, lo que demuestra que el talento leonés existe y se lo rifan por el mundo.
Si tenemos una población envejecida que no para de crecer, por qué no ofrecer desde León al mundo oportunidades para posicionarnos en la implantación de servicios sanitarios y asistenciales innovadores como la teleasistencia, telemedicina, cuidados personalizados… Deberíamos convertir los problemas en oportunidades y centrar el desarrollo futuro en la aplicación de tecnologías avanzadas a todo tipo de ámbitos como la inteligencia artificial, redes 5G, datos y análisis de metadatos, Internet de las cosas (IoT), nuevos materiales, etc.
Nos falta trabajar más en conjunto, sin egos ni oportunismos, con un proyecto común y consensuado y una estrategia bien definida donde cada una de las partes tenga su protagonismo pero también sus responsabilidades y rendición de cuentas: empresas, trabajadores, políticos, administraciones, ciudadanos…
Ayudaría y mucho recuperar el peso, posicionamiento e influencia que la provincia de León ha ido perdiendo, sobre todo a nivel político. A la vista está que nuestra a priori buena posición geográfica no ha sido una ventaja competitiva suficiente y en estos momentos, cuando acabamos de salir de una pandemia y estamos inmersos en otra crisis económica, crecer en competitividad se hace tan necesario como construir una economía y una sociedad resilientes ante futuras amenazas. Porque vendrán y tendremos que estar preparados.
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