Del infierno al cielo en apenas seis años

De las lágrimas de Santi, Tamargo, Tarik o el descenso administrativo; a Baena, el ascenso en Oviedo, la llegada de Aspire y por fin al borde de cumplir el sueño

Jesús Coca Aguilera
28/05/2017
 Actualizado a 09/09/2019
Celebración del gol de David Álvarez en Oviedo. | SPORTLEON
Celebración del gol de David Álvarez en Oviedo. | SPORTLEON
Hoy todo puede ser felicidad. El ascenso con el que todo culturalista sueña, el que generaciones enteras no han vivido, tiene visos de ser una realidad. 42 años después, la Cultural puede regresar a Segunda División. Después de más de cuatro décadas en la categoría de Bronce o en Tercera, el conjunto culturalista confía en volver al fútbol profesional. León puede tocar el cielo... curiosamente apenas seis años después de haber pasado por el infierno.

Y es que la memoria es frágil, pero todos los aficionados lo tienen tan cercano que es imposible haberlo olvidado. Hace dos décadas, un ascenso se habría visto como algo normal, pues una vez tras otra la Cultural era un ‘gallito’ de la categoría y casi un fijo en la fase de ascenso, aunque nunca se pudo rematar la faena. Pero hace sólo seis años, el club estaba más cerca de la tumba que del fútbol profesional.

Quizá fueron los peores seis meses de la historia reciente del club. De enero a junio de 2010 se sucedieron los momentos críticos. Los impagos eran ya una constante. La búsqueda de un comprador que reflotara el club, una prioridad. Y las decepciones se sucedían como fotogramas de una película.

El descenso administrativo del 30 de junio de 2011 hizo pensar en la desaparición, Baena y RMD fueron claves en evitarla Capítulo aparte merecería aquella mítica rueda de prensa en el Consistorio, en la que el Ayuntamiento anunciaba la ruptura de negociaciones con los representantes de Profutle, pues estimaban que no estaban dando facilidades para la venta y por tanto no abonaban el dinero que se habían comprometido a destinar al club. Una cita cuya imagen es sin duda la de las lágrimas del entonces capitán Santi Santos, que reconocía que la opción de la desaparición de la Cultural era una realidad «que ponía los pelos de punta pero que no se puede cambiar ni adornar».

También el partido en Zamora, en el que hasta minutos antes del inicio del encuentro la plantilla no decidió que jugaría, pues se había puesto en huelga ante los incumplimientos económicos; o la aparición de aquel personaje llamado José Luis Tamargo, ex representante de Villa, que tras mes y medio paseando por palco y campo casi como el dueño del club que se dio por hecho sería, rompió las negociaciones de la noche a la mañana dejando tirado al club.

El gol de falta de Raúl Torres dio el pase en Mancha Real; el que metióDavid Álvarez en la prórroga, el ascenso en Oviedo Por supuesto, sin dejar de lado aquella visita del paquistaní Tariq Soni, apenas 5 días antes del límite para librar el descenso por impagos, que tras recorrer las instalaciones del club y darse el acuerdo «por cerrado al 99’99%» desde la Cultural, se esfumó sin dar señales de vida.

Todo desembocó en aquel negro 30 de junio, en el que las siete mensualidades adeudadas a la plantilla provocaron que la Cultural, que pese a todos los problemas había conseguido salvarse en el campo, fuera descendida a Tercera en los despachos. Un palo tremendo que incluso pudo ser peor, pues durante todo ese día se especuló con que no sólo fuera un descenso, sino también una desaparición.

Pero la Cultural no murió. Ese día estuvo al borde del abismo, pero no consiguieron acabar con ella. Y poco a poco, lentamente y siempre superando obstáculos, comenzaron las buenas noticias.

Cembranos fue fundamental para reunir el aval y confirmar el ascenso tras un verano de 2014 lleno de incertidumbre Clave fue la gestión de Javier Baena. No pudo encontrar una solución para evitar al descenso, pero sí para que el club siguiera existiendo. También de jugadores de la tierra, como Diego Calzado, Esaú, Galán o Édgar que no dudaron en firmar un acuerdo con el conjunto leonés en aquellos inicios de julio de 2011 de zozobra y aún incertidumbre sobre el futuro. Y por supuesto también de la afición, que respaldó el proyecto, no dejó tirado al equipo pese al descenso de categoría, y consiguió que los 2.000fieles nunca faltaran al Reino.

Fueron años duros. Los derbis eran con Ponferradina B, Huracán Z, La Bañeza, La Virgen o el Astorga. Los desplazamientos a Almazán, Lerma, Cuéllar, La Granja, Cebreros...Fue necesario un cambio de chip. Y el infierno no se abandonó a las primeras de cambio, porque el primer año el Racing B tumbó a la primera las esperanzas blancas.Pero a la segunda, por fin llegó la gran alegría.

Fue en una fase de ascenso con dos momentos para no olvidar. Uno, la calentísima y durísima eliminatoria con el Mancha Real, con aquel gol de falta de Raúl Torres en el último cuarto de hora que supuso el pase. Otra, la decisiva, con el Universidad de Oviedo, en San Gregorio con 2.000 aficionados de la Cultural en las gradas, cuando en la prórroga David Álvarez marcaba el gol que devolvía a la Cultural a Segunda División B.

Guzmán se llenó de culturalistas. Pero ni ahí se acabó el sufrimiento. Porque durante todo el mes de julio el ascenso no estuvo claro. Había que reunir el importante aval que la Federación exigía por haber descendido con impagos. Y conseguirlo se antojó por momentos una quimera.

Tras el ‘chasco’ de Georgia, Trig o Génova, y tras hablarse de una opción mejicana, Aspire apareció y fue la gran solución Ahí apareció otra de las figuras claves en este camino: la de Luis Cembranos. El técnico leonés, bajo cuya batuta se había logrado el ascenso y que seguiría en esa primera campaña de vuelta en Segunda B, aportaba una cantidad importante para poder cubrir el aval. Y eso, unido al apoyo que desde el descenso a Tercera venía dando RMD, con su presidente Adolfo López muy implicado, permitió que los despachos no volvieran a ser el enemigo que chafaba lo conseguido en el césped.

A partir de ahí,en lo deportivo se fue in crescendo. De la salvación con Cembranos, a la mejora con Cabello y la excelente primera vuelta con Ferrando que hacía soñar. Pero en lo económico aún se buscaba un salvavidas.

Georgia no había sido la solución. Génova, cuyos protagonistas han sido tristemente famosos a posteriori por el caso Eldense, tampoco. Trig también había salido rana. Y el verano del 2015 llegaba con un debate entre una opción mejicana o Aspire.

Finalmente, de la mano de Felipe Llamazares, los cataríes aterrizaron en la Cultural. Y desde entonces, todo ha ido sobre ruedas. Deuda económica prácticamente a cero, Real Madrid en Copa, vuelta al ‘playoff’, comunión con la afición, ¿y el ansiado ascenso?.
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