Ser de provincias muchas veces no es fácil. La falta de oportunidades de todo tipo comparado con las grandes ciudades es frustrante para muchos que se ven obligados a emigrar ya sea para estudiar, trabajar o en definitiva buscar una vida mejor aunque ello suponga dejar atrás la ‘tierrina’.
En el mundo del deporte tampoco es fácil, salvo en contadas ocasiones, celebrar algún éxito de un equipo local y eso lleva a tantos otros a buscar alternativas en Barça, Madrid, los Boston Celtics, los New England Patriots o el Bayern de Múnich. Poco importa el nombre y el deporte, pero no deja de ser bastante desalentador para esos fieles que no entienden de otra cosa que no lleve de apellido en este caso Leonesa o de León.
Por eso el Ademar de Juanín, Kasper, Alberto Entrerríos o Bartok hizo saber a esta ciudad lo que era ser los mejores y este año, la Cultural de Benja, Gallar, Toni o Colinas recordó a una afición tocada y hace unos años casi hundida lo que es apoyar a un equipo ganador.
Una actitud que va más allá incluso del terreno de juego y de los resultados, un equipo para recordar y del que a buen seguro lo mejor está por llegar. Porque más allá de haber logrado un histórico ascenso y haber rematado la temporada con un título que aunque a nadie le importara, a todos les gustaría tener, han sabido conectar con su forma de ser con una ciudad necesitada de algo por lo que ilusionarse.
Puede sonar banal y seguramente lo sea, pero esta Cultural es lo mejor que le ha pasado a León en los últimos años.Un punto y seguido en una historia llena de decepciones que merece por fin una alegría.
Y es que los aficionados del Real Madrid celebrarían ayer nada menos que su duodécima Copa de Europa, pero que nadie dude que esa alegría es perfectamente comparable o incluso menor a la que sintieron los sufridos culturalistas hace exactamente quince días.
Porque esta Cultural gana, y seguramente habrá que cambiar el ‘chip’ de cara a la próxima temporada pero como decía aquello «pobre del que quiera quitarnos la ilusión».
Es por es que el último partido del año solo podía acabar con esos minutos de magia que bien valen la entrada al fútbol para cualquier aficionado ya no de la Cultural, sino de un deporte mágico.
El último partido del año solo podía acabar con una pizca de sufrimiento y unos minutos mágicos de éxtasisPorque cómo será de grande el fútbol y más concretamente la Segunda División B para que los dos grandes triunfadores en los banquillos de la categoría fueran los dos hombres probablemente más situados en los polos opuestos de una misma profesión.
Rubén de la Barrera y David Vidal son la noche y el día desde lo personal hasta lo meramente futbolístico y ambos regalaron una eliminatoria extremadamente igualada hasta prácticamente sus últimos cinco minutos.
Los que tardaron en destaparse los ‘genios’ de la Cultural. Casualidad o no, la salida al campo de Julen Colinas y Mario Ortiz coincidió con la eclosión del resto de sus compañeros de la parte de arriba especialmente con un Toni que volvió a ser estrella por derecho propio.
Es por eso que no parece raro que la afición no esté dispuesta a decir adiós sin al menos mostrar su opinión a un grupo de jugadores al que está tremendamente vinculado. Los gritos de «Toni quédate» se combinaban con otros con el mismo mensaje pero distinto protagonista, Mario Ortiz.
Son sus dos nombres los que más en el aire están de cara a poder continuar la próxima temporada entre el bloque que ha participado la mayor parte de los minutos en el equipo de Rubén de la Barrera. Mario Ortiz sí podrá elegir, Toni depende del Valladolid, desde luego que si la decisión se redujera al parecer de la grada, pocas dudas podrían tener ambos.
Fueron ellos los grandes protagonistas del homenaje que recibió la plantilla tras finalizar un partido que comenzó con lo que parece se va a establecer como una preciosa iniciativa: escuchar el himno de León.
No hubo trofeo de campeón al finalizar la eliminatoria, pero esto ya no pareció coger por sorpresa a los jugadores tal y como sí lo hizo con Luka Modric y Gareth Bale al ganar el Real Madrid la liga de Primera División. Ellos sí saben lo que se cuece en las altas esferas.
Pero ni falta que hacía. El mejor premio para el equipo fue sin duda poder disfrutar del cariño de una grada que ya fotografía los asientos de los fondos para elegir abono de cara al próximo año. La Cultural está ya oficialmente de vacaciones y el cintillo que encabezará su información en este periódico mañana pondrá «Fútbol /Segunda División».
Pocas cosas más se pueden pedir a nadie.
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