El Principado de Asturias avanza en la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para la Vía Carisa, parte de cuyo recorrido discurre por territorio leonés, en concreto, por el municipio de Villamanín. A falta únicamente de la aprobación definitiva por parte del Consejo de Gobierno, el pleno del Consejo del Patrimonio Cultural dio recientemente el visto bueno al trámite final, al emitirse el correspondiente informe favorable.
De esta forma, se culminará un proceso cuyo expediente comenzó a incoarse hace más de dos años después de que la Consejería de Cultura, Educación y Deportes anunciase en 2014 la intención de llevar a a cabo la catalogación de la Vía Carisa como Bien de Interés Cultural (BIC) del Principado de Asturias. La protección del enclave, que en el Principado se ubica entre los concejos de Aller y Lena, afectará a los tramos que se reconozcan como parte del trazado de la Vía de la Plata. Una década antes, el entonces director general de Cultura, Carlos Madera, anunció la apertura del expediente que finalmente no se inició.
La localidad asturiana de Enfistiella de Embra, en Aller, cuenta con un Centro de Interpretación de la Vía Carisa, que unía la Meseta con Gijón y que vivió su época de mayor actividad durante la romanización de Asturias. Debe su nombre a su impulsor, Publio Carisio (en latín Publius Carisius), legado del emperador César Augusto.
Los trabajos llevados a cabo en la parte asturiana del Pico Llagüezos, que comparten Villamanín y Lena, capitaneados por la arquéologa Esperanza Martín, confirmaron en 2010 la presencia de los restos del primer campamento romano que se asentó en territorio asturiano, con una extensión de cerca de cuatro hectáreas, que habría albergado a una importante formación militar.
Mientra las labores arqueológicas intermitentes salpican el paisaje, la ruta atrae a caminantes y ciclistas –también a motoristas– en un itinerario, también denominado del Camín Real o Vía Romana de La Carisa, cuyo recorrido completo alcanza los 42 kilómetros de plena naturaleza y valor histórico.
Los pueblos de Busdongo y Pendilla son los lugares de partida de la vertiente leonesa, en la que por segundo año consecutivo se llevará a cabo una intervención arqueológica dando continuidad a la acometida en 2016. La propuesta recibió ya el visto bueno de la Junta, que financiará la actuación mientras el Ayuntamiento de Villamanín se encarga de los trabajos de desbroce y preparación de la superficie.
En 2016 fue algo más de un mes el tiempo que emplearon en la zona los integrantes del equipo multidisciplinar que empleó largas sesiones de trabajo –precedidas y seguidas del correspondiente recorrido aproximado de una hora hasta el enclave– y asistidos por un nutrido grupo de voluntarios. «Aparte del reconocimiento aéreo de la zona nuestra intención es el desbroce de gran parte del recinto campamental y una prospección georreferenciada y pormenorizada de los recintos superiores», explicó a Ical la arquéologa Esperanza Martín, quien se felicitó por el nuevo paso dado por el ejecutivo asturiano a favor el enclave.
Los trabajos, tras un reconocimiento previo del entorno llevado a cabo en días pasados, se desarrollarán desde principios del mes de septiembre. «Las intervenciones de Llagüezos identificaron un recinto campamental romano y se ve una perduración en el tiempo más prolongada de lo que pensábamos. Hay reformas dentro de los propios campamentos y aparte de la recuperación de objetos materiales, queremos conocer la evolución del lugar», detalló esta arqueóloga de ascendencia leonesa.
Asturias avanza para declarar BIC la vía romana de la Carisa
En el mes de septiembre se reanudará la tarea iniciada el pasado año para abrir el trazado y poner en valor el itinerario romano entre la meseta y el Principado
31/07/2017
Actualizado a
17/09/2019
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