Balance de 2017

El comentarista de arte Bruno Marcos destaca lo más relevante del año que termina

Bruno Marcos
27/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Una de las obras que ha recibido el Musac de la Colección de Castilla y León de Paloma Navares ‘Almacén de silencios’. | MUSAC
Una de las obras que ha recibido el Musac de la Colección de Castilla y León de Paloma Navares ‘Almacén de silencios’. | MUSAC
Seguramente una de las exposiciones más importantes a nivel nacional del año que se acaba haya sido la retrospectiva del videoartista norteamericano Bill Viola, con la que el Museo Guggenheim de Bilbao celebró su vigésimo cumpleaños. Este autor mostró en ella cuarenta años de actividad en el medio audiovisual, en el cual no sólo ha sido pionero en el empleo de la tecnología de la imagen sino un virtuoso, además de un clásico. Desde finales de los años sesenta hasta la actualidad ha conseguido arrancar a un lenguaje estereotipado por el cine de ficción filones inexplorados en los que ha llevado al extremo tanto la visualidad como una temática profunda, existencial y lírica, sin renunciar a la belleza y dando nueva vida a las estrategias alegóricas.

En nuestro contexto el año ha sido positivo si tenemos en cuenta que se ha inaugurado la nueva sede de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, un edificio a la vanguardia, tanto estética como técnicamente, construido enteramente con madera proveniente de bosques con trazabilidad ecológica y premiado por su eficiencia energética, basada en la geotermia que extrae calor del subsuelo. Se trata de una de las construcciones que tendrá menos huella contaminante en la atmósfera de Europa. No tiene impacto visual en el entorno y, sin embargo, posee un interior de gran escala que, mediante los frentes totalmente transparentes y la claraboya superior, actúa como mediación entre arquitectura, cultura y naturaleza.

Su inauguración permitió ver la obra del artista de renombre internacional Hamish Fulton, que realizó un trabajo específico para esta ocasión, producto de sus paseos por los Picos de Europa, y una caminata colectiva en una de las carreteras que se sumergen en el embalse de Riaño.

Es también reseñable la llegada de la Colección de Arte Contemporáneo de Castilla y León al Musac, casi trescientas obras, en su gran mayoría de artistas castellano y leoneses, que se incorporan, aunque con más de diez años de retraso, al fondo de la institución y que, algunas de ellas, se podrán ver en próximas exposiciones.

La muestra titulada ‘Constelaciones’, sobre poesía visual en España desde 1963, comisariada por los escritores José Luis Puerto, Tomás Sánchez Santiago, Luis Marigómez y Esperanza Ortega para el Musac, supuso el despliegue de una gran cartografía sorprendente que marcará historia y servirá de referencia para el estudio de esa actividad. Un proyecto de producción propia que fue exportado al Centro de Creación Contemporánea de Andalucía en Córdoba. Se echa en falta en este caso la edición de un libro que deje constancia del gran trabajo y sirva de instrumento de investigación.

También es preciso recordar la energía desplegada, por esta misma institución, para producir y promover la tres exposiciones del artista Amable Arias (Bembibre, León, 1927- San Sebastián, Guipúzcoa, 1984), cuya obra rejuvenece cada año que pasa, entre las que destacó su biblioteca, un atlas genial de dibujos microscópicos.

Por último se ha cerrado el año con la inauguración de un proyecto, coproducido por la Fundación Cerezales y Musac, en torno al cambio del paisaje como consecuencia de la política hidráulica, titulado ‘Región (Los relatos)’, que presta especial atención a los casos de los embalses del Porma y de Riaño y que se podrá ver hasta mayo del próximo año.
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