Se trata de una ruta sencilla y cómoda que se puede realizar en un día, incluso puede hacerse en una tarde. Es interesante por su variedad botánica, porque se camina entre robles, hayas y pinares y se pueden encontrar ejemplares de flores y frutos muy variados dependiendo de la estación del año en que se haga. Una ruta muy interesante para realizar en el otoño y en primavera, por el colorido de las hayas.

Poco antes de llegar al punto más alto de la pista, que es el Collado Gudina, a 1.233 metros de altitud, desde donde la pista comienza a descender hacia la carretera de la mina, se toma un sendero entre las hayas a mano izquierda, señalizado con un cartel que indica el camino a Orzonaga, del que se ha desprendido la tabla indicativa del hayedo, muy deteriorado por el paso de las motos de trial, buscando las zonas más asequibles, y con cuidado si hay agua o barro. Cuando se deja el camino deteriorado se continúa por una buena senda que llega a un tramo en el que no hay hayas y la ladera está abierta al valle donde se ve perfectamente la localidad de Orzonaga y las montañas que la rodean, como Peña Galicia o la Peña de Polvoreda, después el camino se vuelve a internar en el hayedo, otro tramo bastante más corto con una ascensión entre el bosque, que llega a un alto donde finalizan las hayas y continúa a través de las largas praderas del Canto de la Perdiz que hay que recorrer hasta internarse en los pinares del Canto Cimero, donde hay una caseta con merendero en sus alrededores y allí se puede comer algo, aunque no tiene fuente.
Este lugar es un cruce de caminos: el de la izquierda, que asciende en dirección Norte, se pierde y seguirlo crea problemas porque se puede enzarzar uno entre la maleza, el de la derecha, dirección sureste, que desciende va a Robledo y, entre los pinos, hacia el Este sale un camino que se mantiene en la cresta durante un rato y que baja a Orzonaga y es el que se debe tomar, aunque es preciso seguirlo sin desviarse a la derecha, pues hay un arroyo al principio que baja hacia la zona Naredo del Fenar.
El camino es bueno y después de ir por la cresta del Canto de la Lombada, se pasa ya al valle de Orzonaga y tras una serie de revueltas, sin tomar los caminos que salen a la derecha, se llega a dicha localidad a través de un puente que cruza el arroyo, finalizando en este punto la ruta.