Cáritas

El domingo pasado celebrábamos la solemnidad del Corpus Christi; y, con ella, el Día de la Caridad, una jornada que pone de relieve la labor de Cáritas que, como sabes, es una organización de la Iglesia con presencia en todo el mundo que lucha contra la pobreza y la exclusión, promoviendo la justicia y la dignidad. Fundada en la ciudad alemana de Colonia en 1897, comenzó a sentar sus bases en España en plena Posguerra –en los llamados ‘años del hambre’–, con la constitución en 1942 del Secretariado Nacional de Caridad, dependiente de Acción Católica.

En la diócesis de León se puede decir que el origen de Cáritas se remonta a las Navidades de 1945, con la carta pastoral ‘La Caridad y las obras de caridad’ en la que, el entonces obispo Luis Almarcha, apostaba por la creación en las parroquias de organizaciones de caridad para atender a los necesitados. Comenzaron a funcionar con ese fin las ‘Cajas parroquiales del pobre’ que, cinco años más tarde, se coordinarían todas desde la ‘Caja Central del Pobre’, fundada asimismo por el propio prelado legionense.

Se cumplen, pues, 75 años de esa carta pastoral que, de alguna manera, es el punto de partida de Cáritas en León –y 70 de la Caja Central del Pobre– en este 2020 que será difícil de olvidar. Y es que si nunca ha faltado gente a la que atender, la covid-19 ha hecho que la situación se haya agravado, y que hayan sido cada vez más las personas que se han visto en la obligación de llamar a sus puertas. Y la cosa, en un futuro próximo, no parece que pinte nada bien…

Precisamente la semana pasada, la Cáritas diocesana de León –que dirige Beatriz Gallego Martín– daba a conocer que, durante los meses de la pandemia, han sido atendidas 1864 personas, lo que significa un 58% más que en el mismo periodo del año anterior; y que fue la primera vez para más de 300 de ellas, mientras que otras muchas no han tenido más remedio que volver a acudir después de un largo tiempo sin necesitarlo. Los datos, desde luego, son escalofriantes…