El León tenemos grandes pioneras del pasado que ya recogía el libro de Fulgencio Fernández, editado por este diario. Sin embargo, no debemos olvidar dar la importancia que se merecen las mujeres brillantes actuales.
La precursora del libro electrónico
Angela Ruiz Robles, maestra, escritora y precursora del libro electrónico, estudió en la Escuela de Maestras de León, donde impartió sus primeras clases entre 1915 y 1917. Durante esos años ya concibió un sistema taquigráfico que perfeccionaría en la década de los años 40.En 1949 registró su primera patente, el ‘procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros’ según ella misma lo tituló. Este invento servía para innovar en una enseñanza más intuitiva y amena, conseguir el máximo conocimiento con el mínimo esfuerzo y adaptar el libro al progreso tecnológico. Este invento de la leonesa consistía en disponer las hojas de cada lección de cada asignatura en unas planchas que, mediante un botón se impulsasen y se mostrasen al alumno a través de una pantalla de plexiglas. Según la información presente en la web de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), Ruiz Robles diseñó el ‘libro mecánico’, como ella lo llamó.
El libro mecánico disponía las hojas de las lecciones para mostrarlas al alumno a través de una pantallaA partir de 1952, la inventora comenzó a trabajar en su ‘Enciclopedia Mecánica’, un trabajo con mayor perfección que el patentado años atrás. En este caso, el dispositivo estaba dividido en dos partes; en la izquierda se disponía unos abecedarios automáticos con los que formar sílabas y en la derecha, unos cilindros donde se ajustaban unas bobinas que incluían el material de las asignaturas. Ruiz Robles no pudo construir su proyecto por el coste de los materiales y por falta de apoyo de las instituciones. Sin embargo, la Oficina de Patentes, la inventora leonesa, con sus dos propuestas, es considerada como la precursora del libro electrónico.
La estudiante de veterinaria
La leonesa Justina González fue la primera estudiante de veterinaria y la primera odontóloga de León. Todo un ejemplo de una mujer trabajadora, inteligente y pionera.CharoBarrientos, la autora del libro ‘Justina, la primera’ e hija de la leonesa declara que la labor divulgativa del papel de la mujer es crucial y añade que «lo que me extraña es que se haya tardado tanto».
Un ejemplo de la discriminación hacia las mujeres es la historia de Marie Curie. «A la científica que descubrió la radiación no se la propuso para el Nobel, sino a su marido y a otro investigador, ambos rechazaron el premio si no se incluía a Marie», explica Charo Barrientos. Finalmente fue galardonada no con uno si no con dos premios Nobel, de química y física.
Estaba mal visto que que una mujer ejerciera una profesión liberal, se entendía que hacían sombra al maridoDe esta época no ha pasado mucho tiempo y era algo que estaba instaurado en la sociedad. «En la época deJustina estaba muy mal visto que una mujer ejerciera una profesión liberal, se entendía que hacían sombra al marido y cuando se casaban desaparecían profesionalmente». En un momento histórico en el que los hombres debían ver esto como una humillación, el marido de Justina y padre de Charo «desde el primer momento la aceptó, además la conoció cuando ella ya trabajaba».
Respecto a las campañas para potenciar el interés de las niñas en las cienciasnaturales, Charo afirma que «no se debe transmitir que es un campo nuevo para la mujer, sino que es un campo formidable, y que las mujeres pueden optar a él igual que los hombres». Declara la escritora que no se debe dar más importancia a uno u otro género «es una cuestión de inteligencia no de sexo». «Mi madre nunca pensó que tuvieran que darle un beneficio por ser mujer sino por ser buena en lo suyo», finaliza la escritora leonesa.