Desde Matavenero a Poibueno se accede por una pequeña vereda de más de dos kilómetros en las rocas con un fuerte desnivel. Un camino que, en invierno, se encuentra cubierto por una gruesa capa de hielo sobre las que tienen que arrojar cenizas para poder bajar. Este es un trayecto que recorren cada semana los integrantes del grupo Tínuviel para ensayar.
En Poibueno les recibe en su casa Jessica, arpista de la banda. Junto a Steffi, su madre que es cantante y guitarrista, Calem, su hijo, percusionista, Uli, bouzuqui, flauta y voces, y Neftalí, violinista, vecino de San Lorenzo. Jessica siempre hospitalaria les recibe con infusiones, café y algún pastel artesanal elaborado con productos de su huerta.
En este entorno es donde se desarrollan los ensayos de composiciones propias y versiones de canciones tradicionales del norte de Europa e Irlanda de este grupo de música folk de estilo medieval. Pese al gran esfuerzo que pueda suponer cada semana, los integrantes de este grupo lo viven con pasión e ilusión. Lejos de verlo como un sacrificio, cada siete días cargan con sus instrumentos con la alegría de compartir momentos musicales y la ilusión de salir de vez en cuando a dar conciertos y mostrar al mundo su arte.
Matavenero y Poibueno son dos pueblos deshabitados en los años 60 y repoblados en 1989 por gentes de diferentes nacionalidades formando ecoaldeas donde se convive en armonía con la naturaleza y desconectados de la red eléctrica y sin carreteras de acceso. Y con ellos vive también la música que disfrutan con humildad y cariño.
Cuando la música es pasión y también algo más
Los integrantes de Tínuviel se desplazan entre Matavenero y Poibueno para ensayar sus composiciones propias y versiones de canciones del norte de Europa e Irlanda
17/05/2023
Actualizado a
19/05/2023
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