El Covid-19 es un hito completamente nuevo para nuestro mundo. Su irrupción ha causado mucho dolor, sobre todo por los miles de vidas que nos ha arrebatado. Ninguna de ellas es un mero número o una simple estadística. Son familiares, amigos, compañeros, personas cercanas y queridas, a las que rendimos nuestro sentido recuerdo. Dolor también para los que han sufrido o sufren esta enfermedad y sus secuelas. Y, junto al dolor, mucha incertidumbre para los que han perdido o ven peligrar su negocio o su empleo y que no podemos abandonar, así como para toda la población, que se sigue preguntando cuándo podrá recuperar por completo su vida anterior.
Pero esta dura prueba ha servido también para expresar lo mejor de nosotros. Nuestra fortaleza, voluntad y solidaridad. El pulso de nuestra sociedad, de sus ciudadanos y de sus colectivos, algo por lo que debemos sentirnos muy orgullosos.
El Covid-19 ha transformado vidas y rutinas. Nuestra forma de relacionarnos, de trabajar, incluso de ser. Cierto. Pero también nos ha servido para aprender muchas cosas, tanto desde el punto de vista humano como social, político e institucional.
De todas ellas, como presidente de la Junta de Castilla y León, me gustaría destacar especialmente una: que las Comunidades Autónomas se han consolidado como un instrumento de servicio, eficaz, cercano y útil, capaces de dar confianza a las personas en unos momentos en que estas la necesitaban mucho. Como hemos visto de primera mano en Castilla y León, han sido la primera línea de combate ante una pandemia que ha sometido a dura prueba a sus servicios sanitarios y sociales. Creo que hoy ya nadie puede poner en cuestión la utilidad de las autonomías en España.
Por eso mismo necesitamos comunidades sólidas internamente. Se ha vuelto a demostrar el viejo adagio de que la unión hace la fuerza. Unión de voluntades en los momentos duros que da más oportunidades de actuación y más capacidad de respuesta y que, a la vez, quita realismo y eficacia a cualquier propuesta disgregadora. Unión de voluntades que, en su aspecto institucional, hemos sabido plasmar en el Pacto para la Reconstrucción, el Empleo y la Cohesión social de Castilla y León, que nos ha convertido en ejemplo para toda España y del que nos debemos sentir muy orgullosos.
Esto es algo realmente imprescindible porque la pandemia nos deja profundas cicatrices sociales y económicas que debemos afrontar desde el esfuerzo común y con iniciativas poderosas. Las crisis, no lo olvidemos, también son oportunidades para que personas y sociedades salgan reforzadas.
La Nueva Crónica así lo ha comprendido y ha venido reflejando en sus páginas, bajo el título de ‘Cuenta con León’, una serie de muy interesantes reflexiones para el futuro de esta querida tierra leonesa, que es clave, a su vez, para el futuro de toda nuestra Comunidad. Junto con mi felicitación por tan feliz iniciativa, quisiera hacer ahora una breve aportación a la misma.
Los datos actuales apuntan que León se encuentra en una mejor posición relativa para afrontar los complejos momentos que se avecinan, aprendiendo, como he dicho, de las experiencias de esta crisis, que nos ha señalado algunas direcciones estratégicas por las que debemos apostar de manera decidida.
En primer lugar, y como es lógico, esta pandemia ha destacado el carácter básico que hoy reviste la investigación médica, auténtica piedra de toque para la seguridad sanitaria de cualquier sociedad pero que, a su vez, aparece como un poderoso dinamizador económico. Y aquí León cuenta con instrumentos de excepcional interés.
Sin duda alguna, su sector químico farmacéutico es uno de los más importantes polos de futuro. Tiene la ventaja de contar con una especialización histórica vinculada a su Universidad, que ha desarrollado una acreditada cultura investigadora y cuenta, además, con un centro de alto nivel como es INBIOTEC, centrado en la investigación biotecnológica. Junto a ello hay un importante clúster de industrias ligadas al sector -Leon Pharma, Antibióticos, Grupo DSM, AMRI, Laboratorios Ovejero, Syva, Laboratorios Calier, Mabxcience, etc.- que, por su importancia, han recibido el apoyo de la Junta de Castilla y León, tanto para su crecimiento como ante crisis industriales.
Es un particular ámbito que, en segundo lugar, demuestra que la innovación es el futuro y, de manera especial, como se ha visto en la actual crisis, la importancia de las nuevas tecnologías y las TIC. Por ello, debemos seguir avanzando en la apuesta por la economía del conocimiento que ya se está realizando en León, especialmente en torno a sus grandes infraestructuras y Centros como el de Supercomputación o el INCIBE y a la implantación en su Parque Tecnológico de empresas internacionales tan importantes como HP o Telefónica -con quien firmamos un acuerdo a finales del pasado año para la creación de un centro de ciberseguridad en el mismo-, junto con el desarrollo de empresas locales como Proconsi.
A este respecto, el Gobierno Autonómico y el de la Nación estamos desarrollando un intenso trabajo en común para conseguir que León acoja el Centro Europeo de Ciberseguridad, cuya candidatura fue aprobada por el Consejo de Ministros del 2 de junio. Ello reforzaría a León y a toda la Comunidad como un “Cibersecurity Innovation Hub” a nivel europeo e incluso mundial.
En tercer lugar, la industria aparece cada vez más como sector estratégico y punta de lanza para la recuperación. Porque garantiza estabilidad a las economías, dada su capacidad para adaptarse al entorno y recuperar cierta normalidad con rapidez, es tractor de muchas pymes y columna vertebral del sector empresarial. Además de generar empleos de calidad, más estables y mejor remunerados, creando un alto volumen de trabajo inducido.
Por ello, los planes de reindustrialización son muy importantes, como el que el Gobierno de la Comunidad alienta en el Polígono de Villadangos del Páramo, donde la llegada de NETWORK STEEL -proyecto que la Junta considera como uno de sus Programas Industriales Prioritarios-, para sustituir y reindustrializar la actividad de VESTAS, generará un gran polo nacional de metal en este Polígono y en su entorno, con más de 350 empleos directos y 1.000 indirectos.
Y quiero referirme a una cuarta línea de actuación centrada en el llamado “reto verde”, que implica una profunda transformación de las fuentes de energía tradicionales que tanta trascendencia ha tenido para León. Con el de Villadangos, el otro Plan Territorial de Fomento Industrial que la Junta desarrolla en León es el de las Comarcas Mineras. Nuestro deseo es transformarlo en un auténtico Plan de Transición Energética, que tenga en cuenta el impacto que ha tenido en el norte leonés y palentino la finalización de la actividad minera y de las 4 centrales térmicas, para lo cual se va a pedir la incorporación del Gobierno de España a la comisión mixta que debe diseñar ese plan desde este mismo año.
Estas no son las únicas. Hay muchas otras posibilidades en ámbitos como la agroindustria, el patrimonio cultural y natural, el turismo, etc., pero he querido detenerme en las cuatro vías mencionadas porque las considero representativas de los caminos que debemos transitar.
Los castellanos y leoneses tenemos que afrontar un nuevo escenario para un tiempo nuevo. Y tenemos que hacerlo juntos. Aprovechando la fortaleza que hemos demostrado como sociedad ante esta dura prueba para ganar nuestro futuro. Tenemos recursos, voluntad y tesón sobrado. Lo conseguiremos.
Ante un tiempo nuevo, por Alfonso Fernández Mañueco
A las reflexiones para el futuro de la tierra leonesa se suma este domingo el presidente de la Junta de Castilla y León para dar su punto de vista sobre las fortalezas de la provincia
28/06/2020
Actualizado a
28/06/2020
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