Los que más reciclan son los divorciados

El hábito del reciclaje en los hogares de Castilla y León según el “Estudio de hábitos de reciclaje” elaborado por el Instituto Apolda para Ecoembes, la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España, el 65,6% de los hogares de Castilla y León declara disponer de un espacio en su casa para depositar los envases en el cubo amarillo (envases de plástico, latas y briks).

En concreto, los hogares castellano y leoneses tienen una media de 3,1 cubos para poder reciclar, un dato que aumenta con respecto al año anterior, rompiendo así con el mito de que es difícil reciclar por la falta de espacio en casa. De hecho, según se desprende de este informe, los recicladores afirman que separar los residuos es una labor importante “aunque no todo el mundo lo haga” y que “reciclar bien los envases es motivo de orgullo como ciudadano”.

Y entre todos los perfiles de la comunidad, los que más reciclan son los divorciados. En concreto, un 79,3% de los divorciados asegura tener en sus hogares más de un espacio en casa para separar y tirar los residuos, y uno de ellos destinado al contenedor amarillo. A estos le siguen las personas viudas (73,1%) y los casados (66,7%).

Respecto a la franja de edad, el ejemplo en materia de reciclaje lo dan las personas de entre 35 y 54 años (74,7%), mientras que los jóvenes entre 16 y 34 años se encuentran a la cola con un 31,7% de recicladores habituales.

Los resultados concluyen que la sociedad de Castilla y León cada vez tiene menos dudas a la hora de depositar los residuos en el contenedor adecuado. Así, el 61,6% afirma asociar y tirar siempre en el contenedor amarillo las botellas, botes o garrafas de plástico y el 51,4% en el caso de los briks. Las latas de bebida (49,3%) y las tarrinas o vasos de yogurt de plástico (49,2%) son otros de los envases que más se relacionan y depositan en este contenedor. Por su parte, los aerosoles (29,2%) y los tapones de plástico (29,8%) son los que menos se asocian con el contenedor amarillo y, por tanto, los que menos se reciclan.