Daniel Flecha: "En la panadería el progreso es el regreso"

La tercera generación de Panadería Flecha de León, acaba de lograr un nuevo reconocimiento, a nivel internacional en esta ocasión y destinado para jóvenes panaderos

Fulgencio Fernández
03/10/2021
 Actualizado a 03/10/2021
Daniel, de la tercera generación de panaderos Flecha, sigue recibiendo reconocimientos con una formula de éxito, innovación desde la tradición. | MAURICIO PEÑA
Daniel, de la tercera generación de panaderos Flecha, sigue recibiendo reconocimientos con una formula de éxito, innovación desde la tradición. | MAURICIO PEÑA
Cuando Daniel Flecha asegura que «quien más feliz está con el premio es la abuela Carmen, como siempre», de lo que está hablando es de lo que significa la figura de las abuelas, claro, para cualquiera; pero también de la mujer que con su marido puso en marcha Panaderías Flecha en 1957, en Santibáñez del Bernesga, la que repartía con el viejo Land Rover por los pueblos... la tradición.

Y habla de la tradición este joven de la tercera generación de panaderos que sigue cosechando éxitos con creaciones innovadoras, la última con un trampantojo de queso de Valdeón. «Es que la realidad es que no inventamos nada pero no dejamos de investigar, aprender cada día, sobre la base de la masa madre y los productos tradicionales. Suelo decir que el progreso se cimenta en el regreso».

Daniel pese a su juventud (León, 1993) ya ha sido protagonista de un buen número de titulares sobre reconocimientos, entre ellos haber sido en 2019 ganador del III Campeonato Nacional de Panadería Artesana (organizado por la Confederación Española de Organizaciones de Panadería) o la Miga de Oro (también en 2019) y «lo ha vuelto a hacer», esta vez a nivel internacional, hace tan solo unos días: «Ha sido en el Campeonato Internacional de Jóvenes Panaderos que se ha celebrado en Francia, en Lyon. Quedamos terceros, por detrás de Alemania y el país organizador, Francia. Realmente me ha hecho ilusión pues no esperaba obtener ningún reconocimiento ya que iba a vivir la experiencia, a conocer y a tomar nuevas ideas ya que una de las características de este campeonato es que al final se intercambian recetarios con el resto de participantes para favorecer la mejora de la calidad y conocer nuevas ideas. Yo he visto cosas muy interesantes, que me han gustado, y me pondré a trabajar sobre ellas».

Al ser una competición por países el joven panadero leonés acudió acompañado de la coruñesa Yamila Novo, y el cordobés Javier Molina como coach. «Llevamos un producto muy leonés, un trampantojo de queso de Valdeón».

- Suena extraño en una hogaza lo de trampantojo...

- Bueno, no tanto. Es una hogaza que recuerda en su forma a un queso de Valdeón, hecha con masa madre, y que sí tiene sabor a este queso tan leonés. Gustó porque en este tipo de competiciones se valora la sorpresa, los aromas, las texturas y, por supuesto, que esté buena. Y parece que lo conseguimos.

- Imagino que todos los participantes han llevado la fórmula.

- Es de lo que se trata. Pero te diré una cosa, también tuvo una acogida extraordinaria otro producto que llevamos, la palmera de bollería de hojaldre al estilo que nos enseñó el maestro pastelero leonés Santiago Pérez de la escuela Saper. Y es que en León creo que muchas veces no valoramos lo que tenemos, como a este artesano.

No valoramos a gente como Santiago o al propio Daniel Flecha, que mantiene la línea de reconocimientos de la familia en base a la tradición de un apellido del que es la tercera generación. Desde que el abuelo Flecha montara la panadería de Santibáñez y la ahora feliz abuela Carmen fuera una de aquellas pioneras a las que no se le ponía nada por delante a la hora de trabajar. La misma sangre que lleva la niña de Daniel, Martina, la pequeña de la casa.

- ¿Será Martina la cuarta generación de los panaderos Flecha?

- Uff. ¡Qué estudie, mecagüen la leche!

Le sale del alma al joven panadero el deseo de que la niña estudie. «De un lado porque siempre es bueno estudiar, vaya a ser en el futuro lo que sea, pero lo decía en el sentido de que este nuestro es un oficio muy bonito, agradecido, pero muy duro, sobre todo en las horas de trabajo y los horarios, que por ejemplo te complica mucho la vida familiar. Te tiene que gustar, la panadería no es un oficio para no tener vocación.

- Como tú.

- Cierto, a mí me gusta mucho y por eso estoy en él y creo que me van bien las cosas, pero no dejo de reconocer que es duro. Por ello, ahora que recojo este galardón me gustaría dedicárselo a todos mis compañeros de la empresa, que también tienen una gran vocación y que, justo es decirlo, cuando voy a algún concurso lo que llevo es el fruto de un trabajo conjunto, del equipo, y para poder acudir, faltar unos días, ellos son los que deben asumir el trabajo que yo no voy a hacer.

Lo dice mientras sigue trabajando en el obrador de su nuevo negocio, en la calle Mariano Andrés. «La compramos y abrimos porque era el horno de leña más antiguo de la ciudad, para mantener la tradición, el pan de leña, y poder hacerlo desde León y servir al resto de negocios que tenemos.

Los panaderos, esos que, dice, el progreso se cimenta en el regreso.
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