De cómo dar calabazas y dejar un buen sabor de boca

Un grupo de alumnos de Ingenierías Agrarias dona tres calabazas que suman más de 300 kilos a dos comedores benéficos de León

I. Herrera
28/11/2017
 Actualizado a 17/09/2019
La gran calabaza depositada en la Asociación Leonesa de Caridad. | DANIEL MARTÍN
La gran calabaza depositada en la Asociación Leonesa de Caridad. | DANIEL MARTÍN
La iniciativa se merece un aplauso más grande aún que sus tres calabazas. En marzo de 2016, un grupo de alumnos de la Escuela Técnica de Ingenierías Agrarias (Estia) puso en marcha un equipo de trabajo bajo el lema ‘La agronomía puede ser una gran afición’ con el objetivo de crear un espacio donde fomentar el compañerismo y el trabajo en equipo, una actividad lúdica que, al tiempo, sirviera para aplicar y ampliar los conocimientos impartidos en el aula. Y así se enrolaron en esto del cultivo de calabazas gigantes. Se inscribieron en Giganteas (la Asociación Española de Cultivadores de Calabazas y Hortalizas Gigantes) y con las semillas que ellos les dieron y el apoyo y los consejos tanto de la asociación como de Miguel ‘Yuma’ –el berciano que hace un par de años cultivó la calabaza más grande de España con 366,66 kilos de peso, que también fue donada para una acción solidaria a Cáritas– se pusieron manos a la obra en el campo de prácticas de la escuela.

Pablo Pascual, capitán del equipo, señala que hay que tener en cuenta que la superficie que ocupa una sola mata de calabaza supera los 100 metros cuadrados, y que para que engorden debidamente hay que dejar un solo fruto por mata. Esto de las calabazas gigantes es cosa de cuidado, requiere una gran inversión en horas llevarlas adelante, y hay que tener en cuenta que parte importante del ciclo de cultivo se realiza en verano, coincidiendo con las vacaciones de los estudiantes "y ese es un momento complicado para el equipo, porque muchos somos de fuera y en la ciudad de León queda poca gente, que es en la que recae, durante esos meses, todo el trabajo", expone Pascual. "El cultivo de calabazas gigantes es una afición muy consolidada en algunas zonas y existen cultivadores con un alto nivel de tecnificación, va mucho más allá de atender una huerta", puntualiza el capitán, pero el trabajo de estos chavales ha dado su fruto y ahora tienen tres calabazas de 66, 80 y 158 kilos respectivamente, más de 300 kilos en total, "que para ser el primer año no está mal", dice Pablo.

Claro que no, nada mal. Pero claro, se encontraron con que no sabían qué hacer con las calabazas "y no queríamos que se estropearan, así que vimos por internet lo que había hecho el maestro Yuma y él nos puso en contacto con Cáritas, concretamente con Vicente, que es el que ha hecho posible esta entrega a la Asociación Leonesa de la Caridad y Mensajeros de la Paz". La entrega la hacían este lunes gracias a la colaboración del Ayuntamiento de León, que les facilitó el transporte.

"En cuanto a la entrega de las calabazas a la Asociación Leonesa de Caridad y Mensajeros de la Paz, decir que los alumnos de Ingeniería Agraria consideramos (y nos motiva hacerlo) que estudiamos con la vocación de, algún día, contribuir a la labor de dar de comer al mundo, pero que mientras nos formamos para ello debemos ser universitarios concienciados con la realidad social de nuestro entorno. Entre tanto, con este gesto queremos apoyar el trabajo que realizan día a día entidades como la Asociación Leonesa de la Caridad o Mensajeros de la Paz, a las que agradecemos que nos hayan abierto sus puertas de par en par así como la importante labor que hacen", explica Pascual.

De estas calabazas saldrá la cena que darán en los próximos días en el Comedor de la Caridad y en el de Mensajeros de la Paz y, los estudiantes que la han cultivado serán, además, quienes la sirvan. Una iniciativa que merece un aplauso por cada kilo de calabaza.
Lo más leído