De la poesía joven a la poesía sin edad

Sara Otero del Amo habla de poesía como de una búsqueda continua, una búsqueda de la honestidad, una reividicación de la imaginación

Mercedes G. Rojo
23/01/2018
 Actualizado a 19/09/2019
La poeta leonesa Sara Otero en un acto público. |  L.N.C.
La poeta leonesa Sara Otero en un acto público. | L.N.C.
Volvemos hoy en esta sección a la poesía, y lo hacemos de la mano de Sara Otero del Amo (León, 1982) quien pertenece a esa nómina de poetas leonesas que, en lo que va de siglo (apenas diecisiete años), han logrado colarse como finalistas en un premio tan emblemático para la poesía como es el Premio Adonais para poetas jóvenes. En el caso de Sara por dos veces, en 2004 y 2012, eso además del Premio Letras Jóvenes de Castilla y León, en 2002, y de otros premios de calado internacional. Lo señalo no porque sea importante, que lo es, sino como disculpa para reflexionar sobre dos aspectos que tienen mucho que ver con ella, la juventud con la que comenzó a escribir y a publicar y la importancia o no de los concursos.

Comenzando por el final, emociona ver como quien fue reconocida en su momento con el apelativo de poeta joven continúa su trayectoria literaria sin prisa, también sin pausa, calculando cada paso; porque no sería la primera ni la última persona que teniendo unos comienzos prometedores luego se queda por el camino, lo que nos indica que tan importante es el reconocimiento que de tu obra se tenga en un momento de la vida como la constancia en seguir trabajando en ella día a día y, sobre todo, hacerlo buscando unos criterios de calidad en los que siempre se ha de intentar mirar hacia adelante además de ahondar en lo que cada cual lleva dentro, que es lo que acaba dándole credibilidad a una obra. Es lo que ocurre cuando llegas a un concurso con una obra previa, no fabricada a la carta, porque tal como ella ha reconocido en alguna ocasión "los poemas preexisten a los premios pero recibirlos supone establecer un diálogo con los otros, la posibilidad de que los lean, de que puedas seguir creciendo y compartiendo...". Ese es el verdadero valor de los galardones obtenidos, no el hecho de lucirlos en un currículo.

Sara Otero responde a la poesía sin edad escrita por una joven que ofrece al mundo su propia miradaY vamos al otro punto, la relación entre juventud y poesía. A menudo oímos hablar de Poesía joven, incluso hay premios específicos para lo que algunos consideran una categoría en sí misma, la de la escrita por poetas menores de 30 años. Pero ¿realmente lo es? ¿qué se busca exactamente en ella, la voz de un cuerpo joven o que sea una poesía que además aporte una mirada diferente del mundo que describe, una mirada fresca y limpia no exenta sin embargo de una cierta madurez? Una mirada en fin que se convierta en atemporal, sentida por quien quiera que la lea y en el momento que la lea. Porque si es así sin duda Sara Otero responde a ello, la poesía sin edad escrita por una joven que ofrece al mundo su propia mirada, atemporal y universal.

Sara Otero habla de su poesía como de una búsqueda continua, una búsqueda de la honestidad, una reivindicación de la imaginación, en la que cada poemario empuja a otro nuevo y diferente porque cada uno de ellos refleja momentos distintos, en los que no hay cabida para el encorsetamiento, donde todas las opciones estéticas y todas las temáticas pueden tener cabida si se utilizan en aras de un "mayor empoderamiento del arte y de la poesía". Sara ama y vive la poesía y eso se nota en sus versos. Recuerdo mi primer encuentro con ella. Fue en un mes de marzo, hace cinco años, en 2013. Contacté inicialmente con ella a través del teléfono para informarla de que había resultado ganadora del primer premio en el Certamen de Poesía ‘Con esencia de mujer’, en Astorga, durante mi etapa de vinculación con dicho ayuntamiento. Llegaba al mismo con un ya importante bagaje de premios a sus espaldas, de mucho más calado que el nuestro, y con obra ya publicada también. A pesar de ello recibió lo que era un humilde premio con total sencillez y sus versos llenaron de emoción la sala en la que se entregaron los galardones. Unos versos que Sara Otero escribe sin prisa, paladeándolos, disfrutando de la pasión de crear y dejándolos reposar antes de compartirlos con su público lector, como los de su último poemario editado, ‘Cronos en Bardaya’, donde nos sumerge en el paso lento del tiempo que transcurre, estación tras estación, por paisajes que sin duda nos resultarán cercarnos, no solo en lo geográfico, también en lo humano, para inundarnos de sensaciones; de alegrías a veces, de melancolías otras. Un libro que nos habla de naturaleza pero, sobre todo, de la relación del ser humano con la misma, en una comunión que no puede dejarnos de modo alguno impasibles. Es Sara Otero una de esas poetas cuya lectura puede convertirse en imprescindible para quienes aman la poesía en el más amplio sentido de la palabra. Yo les invito a descubrirla si es que aún no lo han hecho y así termino con alguno de sus versos

"Yo,
que he heredado la sal y las preguntas,
que no cambiaría mi sexo por el sueño rojo de las amapolas,
que tengo en la garganta
la sed y las tormentas victoriosas
acabo de cumplir treinta años…"
(De ‘Cumpleaños’, 2013)
Archivado en
Lo más leído