Quedan tres minutos para el final y el Ademar está en serio riesgo de volver a pinchar contra un equipo de la zona baja de la tabla.
24-24 empata con el Anaitasuna, en un partido donde tras un gran comienzo en el que llegó a estar cuatro goles arriba, se ha atascado brutalmente en ataque, haciendo aguas en estático y dando vida a un conjunto navarro que también acumula un error tras otro en una parcela ofensiva que se estrella contra la buena defensa leonesa.
Es un momento para jugadores con personalidad y Edu Fernández va sobrado de ella. El leonés, en un partido especial para él pues enfrente tiene al equipo en el que militó las cuatro últimas temporadas, no ha estado fino en ataque como casi todos sus compañeros y lleva un gol de cuatro lanzamientos.
Pero aparece en el momento de la verdad. Primero, trae un pase de Rodrigo, se planta solo en seis metros y adelanta al Ademar. Y después, tras forzar Alberto Martín la falta en ataque y hacer los leoneses un ataque larguísimo, de más de minuto y medio tras forzar Miñambres una dudosa exclusión que quitó el pasivo ya avisado, dejaba los puntos en casa con una gran penetración que ponía dos arriba a su equipo con 45 segundos por jugarse.
Ademar se puso pronto 4 arriba, pero se pasó 8 minutos sin marcar y con un parcial de 0-5 Anaitasuna le dio la vuelta
26-25 terminaba ganando el Ademar, puesto que aunque el Anaitasuna recortaba distancias de penalti a falta de 24 segundos, los de Dani Gordo jugaban con ese tiempo para que con el lanzamiento fallado de Darío sobre la bocina llegara ya a su final el choque.
Hay días en los que, aunque no puedas brillar, hay que saber sobrevivir, y lo hizo un conjunto ademarista que rompió su gafe contra los equipos que luchan por la salvación y sumó dos puntos que unidos al empate de Torrelavega en casa con el Benidorm le dejan a solo dos puntos de la segunda posición.
Todo tras un sufrimiento final al que no apuntaba el gran inicio. Sin Adrián Fernández en la convocatoria por molestias físicas, Gordo apostaba por darle los mandos a un Miñambres desaparecido de la rotación en las últimas fechas, y con 10 goles en 15 minutos gracias a las contras y la efectividad de Carlos en los penaltis, el Ademar se ponía pronto con cuatro goles de ventaja (10-6).
Carlos metió 8 de sus 11 goles en la 1ª parte, Álvaro hizo un 50% de paradas y Lindqvist vio una clara roja directa
¿Podría llegar dos meses después de nuevo un triunfo cómodo? Pronto la pregunta quedó respondida con un contundente no. Sin poder correr para tapar las carencias del estático, el Ademar se pasó ocho larguísimos minutos sin marcar, encajando un parcial de 0-5 con el que Anaitasuna le daba la vuelta al choque y se ponía por primera vez por delante con el 10-11.
De un gol (y fue sin portero desde campo propio) en once minutos llegó a ser el atasco de los leoneses, que sin embargo acababan bien esa primera parte con un Carlos estelar (llevaba al descanso ya 8 de sus 11 goles) liderando un 3-0 para irse 15-13 a vestuarios.
Con un constante intercambio de goles que hacía que durante 18 minutos el partido se moviera todo el rato entre una ventaja por uno y por dos goles del Ademar, transcurría una segunda parte en la que las paradas al salir a pista de un gran Álvaro (hizo un 50% de paradas) impedían que el Anaitasuna tomara las riendas, y en cuyo ecuador los leoneses perdían a Lindqvist por una clara roja directa.
Anaitasuna empató por primera vez en la segunda parte a falta de 11 minutos y entró 24-24 a los 3 finales, donde Edu decidió
Sin embargo, acabó llegando el momento del empate. Empezó a monopolizar para bien y para mal el ataque Marwan, que en apenas 10 minutos era capaz de levantar a la grada con tres golazos de pura potencia, y también de desesperarla con dos pérdidas seguidas y tres lanzamientos fallados.
Y mientras el Anaitasuna, que a 11 minutos para el final ponía por primera vez en la segunda parte el empate (22-22), fallaba su tercer penalti del encuentro en un ataque que le hubiese permitido volver a colocar las tablas, y veía cómo a la vez que perdía por lesión a un pilar defensivo para ellos como Aitor García, el Ademar se ponía otra vez dos arriba y con dos ataques para irse de tres.
Pero no los aprovecharon los leoneses y el Anaitasuna consiguió volver a empatar el partido con ese 24-24 con el que se entró a unos tres minutos finales donde Edu Fernández les hizo recordar aquella frase de que ‘no hay peor cuña que la de la propia madera’.