Un campo donde la afición aprieta como pocas y un equipo que recurre a defender y contraatacar para sacar los partidos adelante. Esa es la receta que ha caracterizado al Ademar en las últimas décadas. Y a ella retornaron los leoneses el día en el que se jugaban la vida.
El conjunto leonés recuperó su esencia y eso le llevó a un triunfo vital para salir de los puestos de promoción de descenso y no dejar que se escape de la pelea por la salvación el Puente Genil, al que se impuso por un 28-25 que no permite eso sí recuperar un golaveraje que a un minuto para la conclusión estaba igualado y con bola para los leoneses.
Es la única espina que deja clavada un choque marcado por la salida en tromba de un Ademar que nunca fue por detrás en el marcador. No sólo porque hizo que cogiera cinco goles de renta (7-2) que luego dosificar y hacer valer para que las reacciones del Puente Genil sólo sirvieran para ponerse a uno tanto en la primera parte (10-9) como en la segunda (17-16), sino porque a nivel mental fue decisiva para un equipo tocado anímicamente y que acostumbra a sufrir y verse superado en momentos de dificultad.
Gonzalo fue clave para abrir brecha y Milosavljevic lideró la defensa y se soltó en ataque en la segunda mitad Sin embargo esta vez, cuando llegaron, fueron con marcador a favor y con un invitado nuevo a la fiesta para empujarle: los cerca de 2.000 seguidores del Palacio. Puede que por la situación sanitaria. También porque evidentemente el equipo no ayudaba. Pero la realidad es que desde la pandemia, de la caldera que siempre había sido el Palacio sólo quedaba el recuerdo. Hasta este sábado.
Con un número más alto que de normal esta campaña con la promoción de precios populares. Y con otra mentalidad, quizás conscientes de que esto es lo que hay ahora mismo y toca sacar adelante una situación dramática, desde el minuto uno llevaron en volandas a un equipo que lo notó y mucho.
Sin embargo, los partidos se ganan sobre la pista. Y ahí hubo tres jugadores que marcaron la diferencia. Uno, en algo que empieza a ser habitual en este 2022, el portero Milan Bomastar, al que le costó doce minutos tocar su primer balón, pero a partir de ahí fue clave con otra actuación brillante y numerosas intervenciones de dificultad en tiros en seis metros, varias de ellas decisivas en los momentos más delicados del choque.
Otro, el que debía serlo más a menudo, Marko Milosavljevic, que se desquitó de su horroroso partido ante Sinfín cuajando en la segunda parte su mejor actuación como ademarista, liderando una defensa que tras el descanso subió notablemente su nivel y haciendo valer en momentos de atasco ofensivo el brazo que las pocas ocasiones en que suelta se ve que tiene.
Y el tercero Gonzalo, que acabó con nueve tantos y durante los primeros 45 minutos fue un ‘martillo pilón’ que masacró a los andaluces a base de contras y de aprovechar cada tiro, fuera con más o menos ángulo, desde el extremo, si bien se le notó el no descansar nada y acumuló errores en el tramo final.
El Ademar salió en tromba y cogió 5 goles (7-2) que fueron su máxima renta. En el último minuto perdió el golaveraje Con eso y el coraje de un Santista visiblemente lesionado pero sobrado de garra, la ayuda de los laterales zurdos con Kim cuando tuvo el cambio corto y Jozinovic después, Virbauskas bien en la dirección y Jaime y Casqueiro contribuyendo y sobre todo dejándose la piel, le sirvió a un Ademar que no echó de menos para nada al lesionado Semedo, cuya baja se notó para bien en cuestión de la intensidad del equipo, y donde ni sin él tuvo minutos Soljic.
Fueron los ingredientes que cocinaron el triunfo de un conjunto leonés que fue a tirones... pero con el colchón que le dieron los cinco goles del 7-2. De dos (15-13) se fueron al descanso y en torno a ellos se movió el inicio de la segunda mitad, hasta que del momento que podía ser crítico llegó el tirón que decidiría el choque.
Porque del 17-16 que ponía el partido en un pañuelo llegó, al ritmo de las paradas de Bomastar, un parcial de 4-0 que devolvía esos cinco goles (21-16) que acabarían siendo su máxima renta.
Cuando Puente Genil se puso a 1 (17-16) llegó un parcial de 4-0 y la distancia ya no bajó de los tres goles De hecho, de ahí al final, Puente Genil nunca llegó a ponerse a menos de tres tantos. Se inició un intercambio de goles que duró 13 minutos, desde el 23-19 al 27-23, en el que la distancia pasó una y otra vez de los tres a los cuatro goles, hasta que Jaime lo rompió marcando a falta de dos minutos el gol que sentenciaba el triunfo y ponía el foco en el desempate entre ambos equipos.
Llegó a atacar Ademar a falta de un minuto para llevárselo, pero Liapis hizo pasos, Cuenca metió a la contra y en el último ataque para al menos empatarlo los leoneses perdieron el balón y Javi García sobre la bocina colocó el definitivo 28-25. Un mal menor. Lo más importante, sumar los dos puntos, se logró.
Ademar 28 - Puente Genil 25: 'El Ademar recupera su esencia'
Con un Palacio entregado, Bomastar imperial en portería y las contras de gran arma, el equipo leonés fue siempre por delante desde una gran salida y logró un vital triunfo
19/02/2022
Actualizado a
19/02/2022
Lo más leído