
Cuando te empatan sobre la bocina, la primera sensación es siempre agridulce. Quiere decir que has rozado el triunfo y se te ha escapado, así que la reacción inmediata es de lamentarse mientras el rival celebra. Pero el punto que este sábado logró el Ademar es de un valor tremendo y de los que gana en frío.
Un 29-29 firmó con el Bidasoa, manteniéndose por delante en la tabla con ello y ganándole el ‘golaveraje’ tras un ‘partidazo’ de otra época, el mejor sin lugar a dudas que se ha visto en toda la temporada en el Palacio, donde leoneses e irundarras dirimieron una lucha de poder a poder donde la tremenda igualdad que hubo de principio a fin se acabó trasladando al resultado final.
En todo el partido, los tres goles de ventaja que los visitantes tuvieron en varios compases de la primera parte (por última vez con el 8-11) y que el Ademar llegó a neutralizar empatando antes de irse finalmente uno abajo al descanso (14-15) fue la máxima ventaja que nadie tuvo en el marcador.
De hecho, en toda la segunda parte, salvo el 18-20 y el posterior 22-20 tras un parcial de 4-0 del Ademar cuando atravesaba un momento crítico, el resultado siempre fue de empate o ventaja de un gol para uno de los equipos.
Nunca nadie ganó de más de 3 y, salvo con el 18-20 y 22-20, toda la segunda parte hubo empates o victorias de 1 gol
Con ese panorama, el final de infarto estaba garantizado. Y a punto estuvo de hacer Marwan que fuera feliz para los de Dani Gordo con unos cinco minutos finales apoteósicos donde se echó el equipo a sus espaldas.
Si alguien había sostenido el ataque ademarista, con evidentes problemas en el puesto de central ante la ausencia por lesión de Adrián Fernández, era un Edu Fernández cuyo salto hacia adelante en la segunda vuelta es notorio.
Corriendo riesgos y por ello cometiendo a veces errores, pero el leonés asumió responsabilidades y con sus poderosos lanzamientos rompió un 6-0 irundarra al que, más allá de ello, sólo le hacían daño a través del juego con la segunda línea donde entre Darío, Carlos, Alberto y Benites aportaban goles y forzaban penaltis y sanciones.
Por eso, no era sorprendente que, tras forzar Carlos Álvarez la exclusión de Matheus estando en pasivo y ya sin pases, fuera Edu quien aprovechara un pase de Rodrigo para penetrar y poner el 25-24 a falta de cinco minutos, el cual nivelaba en la acción siguiente, ya en igualdad numérica tras castigar con dos minutos un agarrón en seis metros de Benites, Tao desde el extremo a 5:30 de la conclusión.
En los 5 minutos y medio últimos Marwan metió 3 goles (uno tras robo puso el 29-28 a 33 segundos) y forzó 2 penaltis
A partir de ahí, todo lo generado por el Ademar en ataque tuvo a Marwan en la ecuación. Primero aprovechaba el atacar con uno más , encontrando el hueco para penetrar y adelantar a su equipo. Después, ya con empate, un gran pase hacia a Alberto permitía al pivote provocar el penalti aunque fallara un tiro de esos que hay que meter, algo de lo que se acordaría más al errar el siete metros un Wasiak que había llegado a ese momento con cuatro de cuatro.
Con Bidasoa por delante, tras encontrar a un Esteban Salinas que como casi siempre fue una pesadilla en seis metros, el egipcio forzaba otra pena máxima que esta vez no fallaba un Carlos Álvarez que pese a no entrenar en toda la semana jugó prácticamente todo el encuentro y a gran nivel.
Y la guinda quedaba para el minuto y medio final. Porque Gorka Nieto (como Asier Nieto y Cavero jugó pese a ser duda, haciendo que sólo Dariel le faltara a un equipo cuyo potencial se resume en que ya está en cuartos de Liga Europea) encontraba hueco por el centro del 6-0 y colocaba el 27-28; pero Marwan empataba con un trallazo y, con el Ademar en inferioridad tras ser excluido Alberto Martín, robaba el balón y levantaba al Palacio (apenas 1.600 espectadores, haciendo mucho daño en un choque ‘grande’ el ‘Día del Club) al marcar a la contra el 29-28 con sólo 33 segundos para la conclusión.
Con 1 arriba y golpe franco a 5 segundos, Darío hizo penalti en un tiro con poco ángulo de Tao desde el extremo
Defendía bien el Ademar, llevando al Bidasoa a un golpe franco con 5 segundos en el cronometro. Pero la jugaba bien Bidasoa, con Gorka Nieto buscando al extremo en una situación donde lo normal es precipitarte y buscar el tiro forzado, y se equivocaba Darío Sanz, contactando con Tao y haciendo que de un lanzamiento sin mucho ángulo desde el extremo, se pasara con su claro contacto a que la opción del empate viniera de un penalti tirado por un Cavero que es quizá el mejor especialista en esa materia de toda la Asobal.
La portería, que no había estado a buen nivel, podía redimirse. Saeid quería ser el héroe. Pero Cavero no falló y selló un reparto de puntos que no se puede considerar injusto.