Hay veces en las que los porcentajes de un portero no lo dicen todo. Hay que ver el partido y su nivel de influencia en el mismo para conocer hasta qué punto ha sido decisivo. Y la tremenda exhibición que Saeid dio este domingo frente al Granollers fue una de ellas. Los números le dejan en un 41%, que ya de por sí es sensacional. Pero la realidad eleva todavía más su importancia para dejar en 24 goles al segundo equipo que más tantos mete de la liga tras el Barcelona y pese a irse a muchísimos lanzamientos por su vertiginoso ritmo de juego, con numerosos tiros en apenas unos segundos de ataque.
Pero salvo cuando con contraataques o contragol conseguía superar a la defensa del Ademar, y no fue muchas veces porque el balance defensivo leonés fue de sobresaliente y propició numerosas recuperaciones, la escuadra vallesana se topó con un muro en portería, el que puso el iraní que era duda por un problema en el isquio pero no sólo pudo jugar sino que lo hizo a un nivel con el que amargó a los lanzadores de primera línea del Granollers y lideró la importantísima victoria de su equipo.
Por un contundente y totalmente inesperado 31-24 se impuso un Ademar desatado, que se engancha a Europa al colocarse en la tercera posición que ahora comparte con el Granollers tras derrotarle por una diferencia de siete goles que puede acabar siendo fundamental por lo que respecta al golaveraje en caso de terminar empatados con ellos (o, dada la igualdad que hay arriba, en un triple empate) a final de temporada.
Lindqvist sostuvo el ataque y el buen balance defensivo compensó las numerosas pérdidas con recuperaciones
Un triunfo cimentado desde la portería pero también en la defensa, liderada por un gran Alberto Martín cuando frenaba la primera oleada y Granollers atacaba en estático, y donde en ataque Lindqvist sostuvo junto a los extremos el ataque y, cuando al sueco se le acabó la gasolina, apareció Rodrigo para desde el lateral derecho acabar de sentenciar la victoria ademarista.
Fue un ciclón el Ademar especialmente en la segunda parte, aunque empezó a coger ventaja en el final de una primera que había arrancado con intercambio de parciales y con el homenajeado por el Ademar, Antonio García, metiendo de penalti dos de sus tres únicos goles, pues acabó con 3 de 10 secado por completo por los leoneses.
De un 0-3 con el que el Granollers se ponía por única vez en el partido dos arriba (2-4) se pasó a un 6-4 tras devolverle el parcial llevándolo hasta el 4-0 la escuadra ademarista, y tras otro 0-3 de nuevo a la que sería última ventaja visitante (8-9) en todo el choque.
Tras el 8-9 Ademar nunca volvió a ir por detrás y con un parcial de 4-0 en el inicio de la 2ª parte se puso 6 arriba
Pese a las numerosas pérdidas de balón de los locales, su gran hándicap no sólo ahí sino durante todo el encuentro, les sostenían los trallazos de Lindqvist, las cabalgadas de Darío Sanz... y las jugadas de pizarra de Dani Gordo, con dos goles marcados tras acciones ensayadas de golpe francos, incluida la que con sólo seis segundos por jugarse cuando iban a lanzarlo les ponía dos arriba (16-14) a la hora de irse al descanso.
Salían como un tiro de él los leoneses, con un parcial de 4-0 que les colocaba en un visto y no visto seis arriba (20-14), en una sangría que frenaba el tempranero tiempo muerto de Antonio Rama pero que daba al Ademar una renta con la que acabaría jugando para sostenerle en sus peores minutos.
Tras pasarse Ademar 7 minutos sin marcar Granollers se puso a 2, pero sentenciaron 4 goles seguidos de Rodrigo
Porque se cortocircuitaba el ataque leonés cuando Lindqvist se secó ante la falta de acierto ofensivo de los laterales derechos y de Marwan, pasándose siete larguísimos minutos sin anotar con pérdidas constantes que aprovechaba Granollers para ponerse a dos (23-21).
No pasaría de ahí. Sin zurdo en la primera línea, con Rodrigo jugando en esa posición, encontró la solución el Ademar, pues los cuatro siguientes goles de los leoneses llevaron la firma del leonés, que uniendo al recital de paradas de Saeid sus penetraciones ante la defensa abierta del Granollers devolvía la renta a los cinco (27-22) que frenaban por completo el intento de rebelión vallesana.
Los dos puntos estaban ya en el bolsillo y el final sólo puso en juego la diferencia, importante por el golaveraje y que el Ademar acababa dejando pese a fallar cuatro de sus últimos cinco lanzamientos en los siete que habían sido su máxima renta.