Si pensamos en un final frenético para el Ademar es imposible imaginar lo que ocurrió ante Cuenca. Los de Dani Gordo llegaron a estar 8 arriba (23-15), dando el partido por cerrado prácticamente y controlándolo en casi todas las facetas, pero lejos de terminar siendo una victoria cómoda, acabó el Ademar pidiendo la hora.
Y es que Cuenca metió varias marchas más dejando el partido 33-32 a falta de 5 segundos y con un ataque por disputar, pero siguiendo la gran línea de los últimos partidos Saeid lo detuvo.
Lidqvist hizo mucho daño en la izquierda, no solo anotando, sino también asistiendo a un tremendo Benites en ataque
De hecho, la noche tampoco comenzó de la mejor manera y es que con dos 7 metros para el Cuenca, un recurso del que hasta Dani Gordo protestó ante tantos penaltis en la primera mitad, Cuenca llegó a ponerse 0-3 en los seis primeros minutos, mientras el Ademar no conseguía llegar con peligro real a la portería de Tonicher.
Lidqvist anotó y ahí comenzó la reconquista de los ademaristas, en tan solo dos minutos ya habían empatado el partido. Desde ese momento el partido se volvió loco con anotaciones por parte de ambos equipos, destacando la tremenda labor ofensiva de Benites en el Ademar, estando siempre bien colocado para recibir y anotar rápidamente, por no dejar de lado a Lidqvist que era el que le dejaba los balones en bandeja al brasileño entrando desde ese lateral izquierdo.
Saeid volvió a aparecer en los momentos justos, sobre todo en la última acción y Álvaro detuvo dos 7 metros
Los de Dani Gordo encontraron los huecos desde el carril del sueco y contragolpear rápido con Darío Sanz y como no Carlos Álvarez.
11 minutos tardó el Ademar en ponerse por delante en el marcador, una ventaja que ya no perdería en todo el partido y le llevaría a conseguir otra victoria. En ese tramo moviendo el balón con gran rapidez los de Dani Gordo le hicieron mucho daño a los visitantes.
Le dio tiempo hasta a Álvaro Pérez a dejar su nombre en el partido deteniéndo un penalti con el 7-6, que en pocos minutos pasó a ser el 9-6, ahí arrancó la ventaja en el marcador del Ademar, vital esa parada del pucelano.
El recital ofensivo de Benites, las entradas de Sanz y Carlos por fuera fueron claves para que el Ademar consiguiese ponerse 7 arriba, después de pasarse un parcial entero sin anotar, estar 3 abajo y estar sometido por Cuenca, pero esa parada de Álvaro lo cambió todo.
Lo que mejor hizo el Ademar en la primera parte fue tener calma tras el marcador inicial y ser un vendaval ofensivo por fuera, pero también por dentro, desde donde Benites fue un puñal directo al corazón de Cuenca. Por no dejar de lado, el sensacional partido de nuevo de Saeid que se marchó al descanso con un porcentaje muy alto de paradas.
En el segundo acto parecía que las cosas iban a salir a pedir de boca, pero los de Dani Gordo después de ponerse hasta 8 arriba se ‘permitirían’ el lujo de no atascarse en ataque y estar 8 minutos sin anotar, lo que hizo perder toda ventaja y darle alas a Cuenca.
Tras ponerse 8 arriba, el Ademar estuvo ocho minutos sin anotar lo que volvió a apretar el partido
Hasta ese momento el conjunto ademarista lo había hecho muy bien, sobre todo, Carlos Álvarez haciendo valer esa convocatoria con ‘Los Hispanos’ y un Lidqvist que seguía en su recital particular haciendo mucho daño a la defensa de los manchegos o incluso Álvaro Pérez que volvió a detener otros 7 metros, todo ello, hizo que el Ademar ganase una distancia razonable como para prácticamente dar el partido por cerrado, pero nada de eso, Cuenca no se iba a rendir a las primeras de cambio y cambió la dinámica en un intervalo de 8 minutos donde los de Dani Gordo se durmieron y de que forma.
Las cosas se le pusieron algo en contra, no llegaron a ponerse por debajo, pero de una diferencia de 8 a una de 3, las cosas cambian y mucho. Aunque fue despertando poco a poco el Ademar, Saeid con el 27-24 sacó un pie espectacular para mantener más vivos que nunca a los suyos.
Rodrigo entró y revolucionó a los suyos con 4 goles para tranquilizar al Palacio, pero es que la cosa se ajustó tanto que el 32-31 llegó con el último ataque para Cuenca que tuvo que salvar Saeid para conseguir otro triunfo.