Ademar 33 - Cuenca 30: 'Malasinskas lleva a otro nivel al Ademar'

La exhibición del central en su debut en el Palacio, con 13 pases de gol, 4 tantos y siendo decisivo en el igualado final, permite a los leoneses dar un paso de gigante hacia Europa

Jesús Coca Aguilera
02/04/2022
 Actualizado a 02/04/2022
Malasinskas conduce una contra. | SAÚL ARÉN
Malasinskas conduce una contra. | SAÚL ARÉN
Cuando llevas toda la temporada con un problema en la dirección, que llegue un central que te solucione la papeleta puede suponer un cambio radical en el ataque de un equipo. Si además este es uno de los mejores del mundo, directamente hará que parezca uno totalmente diferente. Y eso es lo que consigue Aidenas Malasinskas, que tuvo el mejor debut imaginable en el Palacio, con una exhibición tremenda con la que lideró el triunfo (33-30) frente al Cuenca con el que el Abanca Ademar da un paso de gigante en su lucha por entrar en competición europea, superando en la tabla al equipo conquense aunque por un solo gol sin conseguir levantarle también el golaveraje que decide en caso de empate.

Un mal menor, que se lamenta porque llegaron a tener ataque para llevárselo, pero que no resta mérito a la victoria en un partido en el que los leoneses cogieron tres goles de renta en el tramo final de la primera mitad y supieron jugar con ella hasta el final tras una segunda en la que el Cuenca estuvo varias veces a uno, pero sin llegar a empatar, y Malasinskas se echó el equipo a las espaldas en el tramo decisivo.

Pese a estar muchas veces a uno, Cuenca nunca volvió a empatar tras irse Ademar de 3 al final de la primera parte Durante 55 minutos, apenas tiró, pero dirigió a la perfección, sirviendo como referencia el hecho de que dio la escandalosa cifra de 13 pases de gol, siete de ellos a un Santista letal para aprovecharlos en seis metros. Y al final, decidió que era hora de jugárselas.

Porque a falta de seis minutos el Cuenca estaba a uno tras un trallazo de Simonet (30-29). La defensa ademarista, horrible en especial por el centro todo el partido, y que perdió ya en los primeros compases de la segunda mitad a Semedo por tres exclusiones, no podía parar los ataques. La portería, donde Bomastar había tenido un tramo espléndido, había dejado de aportar. Y el ataque, con Deividas teniendo un debut gris, parecía más atascado que nunca cuando Cadenas pedía tiempo muerto.

Pero de ahí al final todo fue sobre ruedas. Llegaron a tener balón para empatar los conquenses, pero a la pérdidas de Deividas le siguió una de Nazaré. Malasinskas asistía a Zanas Virbauskas para volver a abrir brecha, pero Thiago Alves se aprovechaba de una defensa siempre muy hundida para devolver la mínima diferencia (31-30).

La defensa hizo aguas, Deividas tuvo un gris debut y Semedo vio la roja en el 38’. Santista, letal en el pivote Ahí Boskos forzaba un penalti que, tras haber fallado dos anteriormente Gonzalo, acudía a tirar y meter Malasinskas. Y tras fallar por fin el extremo de Cuenca, pues desde esa posición hicieron mucho daño a los leoneses, el central lituano forzaba él mismo otra pena máxima que también metía para sentenciar el triunfo.

Final ideal para un partido en el que había ido de menos a más el Ademar en una primera mitad con varios protagonistas y en el que de la alternancia en el marcador de un arranque en el que prácticamente cada ataque acababa en gol, se pasaba a un tramo final el que fueron mejores los leoneses, que salían mejor parados de las numerosas exclusiones que sufrían ambos equipos y llegaban a fallar un penalti para irse hasta de cuatro goles, acabando por marcharse 18-16 al descanso.

Con 31-30 el Ademar forzó dos penaltis que decidieron el partido. El golaveraje se escapó en el último ataque Con un exceso de protagonismo del delegado federativo, que hacía que sacaran dos minutos al banquillo del Ademar por salir tarde tras el descanso, empezaba el carrusel de exclusiones leonesas en el arranque del segundo acto, hasta tres en los 8 primeros minutos, de las que salían vivos y aún por delante (22-21), aunque dejando atrás la máxima de cuatro (21-17) alcanzada y que ya nunca volvería.

Ahí empezó un intercambio de goles, con el partido volviéndose más bronco por momentos y el Ademar tirando de raza para igualar la intensidad que siempre le pone el Cuenca. Y se llegó a ese cara o cruz final en el que, el mejor jugador sobre la pista, decidió el triunfo.
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