Durante toda la temporada pasada, el Abanca Ademar fue un esperpento defensivo que le hizo ser el equipo más goleado de la Asobal y le condenó a uno de los años más grises de los últimos tiempos.
Ha habido un verano por el medio, pero en algo que podía entrar dentro de la lógica cuando tu único refuerzo en ese aspecto ha sido un ‘melón por abrir’ y sin experiencia como Tiago, nada se ha corregido, todo sigue igual y la defensa ademarista sigue siendo una broma y un lastre muy complicado de superar por bien que estés en ataque.
Fue lo que le sucedió en el estreno en casa frente a La Rioja, donde ni la exhibición ofensiva liderada por David Fernández, con 12 goles, y Juan Castro, con siete y una gran dirección, fue suficiente para tapar el bochorno defensivo, encajando ¡38 goles! y cayendo por un tanteador de 34-38.
El Ademar salió en tromba y se fue pronto de 3 (5-2), pero tras el 11-10 nunca volvería a ir por delante Los dos pivotes riojanos, Javi Rodríguez y el leonés Javi García que volvía a casa, se dieron un festín ante las facilidades del 6-0 y camparon a sus anchas con cinco goles cada uno.La primera línea, bien fuera con Rivero, Preciado, Korchi o Serradilla, se aprovechaba de las facilidades de una defensa que apenas salía a contactar y de una portería donde hubo hasta cinco cambios sin que Panos ni Honrado tocaran balones. Y por si fuera poco Diocou se mostraba letal en los numerosos siete metros que forzaban los riojanos.
¿La consecuencia? Que el Ademar fuera a remolque desde que La Rioja empezara a abrir brecha en el tramo final de la primera mitad. Y que cuando en los últimos 15 minutos de partido se produjo el único pequeño tramo donde la defensa sí fue intensa, hubiera tanto que remontar que aunque consiguieron bajar la diferencia que había llegado a ser de seis goles (por última vez con 26-32) a sólo uno (33-34) a falta de cinco minutos y medio, la tarea exigía tanto tiempo seguido de perfección que quedaría incompleta ya que con un parcial de 0-4 Logroño sentenciaba el triunfo.
Triste final para un conjunto leonés cuyo arranque de partido era tremendamente esperanzador pero acabaría quedándose en un espejismo. Con dos contraataques incluidos, de esos que apenas volvieron a darse porque casi cada ataque visitante era gol, el Ademar se iba rápido de tres (5-2) en medio de un altísimo ritmo de encuentro que se mantendría hasta el final.
Con dos parciales de 3-0 casi seguidos, el Ademar lograba convertir el 26-32 que parecía decisivo en un 33-34 Poco le duraría la alegría, porque vendría seguido de un parcial de 0-3 y los de Cadenas no sólo no volverían a coger una renta superior a un gol nunca, sino que el 11-10 fue la última vez en todo el partido en el que irían por delante.
Ese caballo de batalla que fueron también el año pasado las pérdidas regresaba en cuanto se sentaba Juan Castro. La rotación en la portería comenzaba buscando ver si alguno se enchufaba. Deividas, que en su primer balón metía un golazo de cadera haciendo pensar aquello de ‘a ver si va a ser este el día’, pasaba luego al desastre habitual. Un siempre acelerado y precipitado Boskos, estaba en su tónica de siempre de grandes acciones combinadas con malas tomas de decisiones que llevan a errores. Un Antonio que venía de ser infalible en Guadalajara estaba negado esta vez de cara a portería. Y sobre todo la defensa hacía aguas por el centro, con Santista, Milosavljevic y Tiago Sousa incapaces de frenar a los atacantes riojanos y los defensores del ‘dos’ siendo parte de esa gran brecha.
¿La consecuencia? Que al descanso Logroño ganara ya de cuatro goles (16-20) y que a los siete minutos de la segunda mitad, sin que el cambio a defensa 5-1 ademarista fuera la solución, la diferencia se disparara ya hasta los seis (19-25) en torno a los cuales estaría gran parte de la segunda mitad y que se mantendría hasta el 26-32 que figuraba a 13 minutos para el final.
Una exclusión y un penalti inexistente sepultaron la reacción y, tras ponerse a 1 Ademar, La Rioja hizo un 0-4 Ahí llegaría la reacción del Ademar. Con un David imparable en ataque entrando como quería en la defensa riojano, con Castro asistiendo y marcando, también desde un punto de penalti donde antes habían fallado ya Antonio y David, y con la única vez que Panos hacía dos paradas seguidas, el Ademar firmaba dos parciales de 3-0 casi seguidos que le colocaban con el citado 33-34.
Había partido, pero llegaría un ataque clave, con una decisión muy dudosa y un grave error arbitral en un momento clave. Primero, excluían a Tiago por un golpe ‘teatralizado’ por Korchi. Y en esa misma jugada, convertían una clamorosa falta en ataque de Keita en un penalti de Castro.
El 33-35 seguía dejando al Ademar a tiro, pero si los leoneses no aprovecharon en absoluto las superioridades, sí que pagaron ahí su inferioridad, con dos pérdidas de balón seguidas y un error en el tiro de David que aprovechaba La Rioja para lograr un parcial de 0-4 que les permitía sentenciar el triunfo y ahogar la reacción ademarista.
Ademar 34 - La Rioja 38: 'Sin defender es imposible ganar'
La exhibición ofensiva liderada por David y Castro no compensa el bochorno defensivo de un Ademar que, tras ir 6 abajo, se puso a 1 a falta de 5 minutos pero acabó perdiendo
10/09/2022
Actualizado a
10/09/2022
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