Ganar, ganar o ganar. No había otra opción posible para el Ademar en el Palacio y el conjunto de Manolo Cadenas cumplió con ese mínimo objetivo, que le permite tomar confianza de cara a un tramo clave de la temporada. El segundo, el de levantarse con vigor tras ser vapuleado por el colista y mostrar unas sensaciones que invitasen al optimismo... habrá que dejarlo para otro día.Porque sufrió lo indecible el equipo leonés para llevarse el triunfo ante un Sinfín que, si bien es cierto que había ganado todo lo que había jugado hasta su visita a León este 2023, no deja de ser un equipo que va a estar peleando por salvar la categoría en un compromiso que un aspirante a Europa como el Ademar debe cumplir con más margen del que se vio.
Y es que durante muchos minutos la posibilidad de que el Sinfín asaltase el Palacio de los Deportes por segundo año consecutivo fue muy real. Acompañados por en torno a un centenar de ruidosos aficionados y a falta de 15 minutos y tras ir a remolque durante toda la segunda parte, los cántabros ganaban por 2 (23-25) gracias a la exhibición de un exademarista como Ernesto Sánchez en portería... como suele ser habitual en sus visitas a León. No acusó por tanto Sinfín el golpe de la lesión de su portero titular, Mohamed Aly, que se había tenido que retirar por un problema muscular.
El Ademar ganaba de 3 a falta de 6 minutos, vio como Sinfín le igualaba y solo logró ganar en el minuto finalVolvió a ser la defensa ademarista inexistente (el dato de una sola exclusión en todo el partido y ya bien avanzado el mismo habla por sí solo), confiando una vez más en su lucidez ofensiva para tratar de llevarse el partido. Con acciones sangrantes que rozaban la desesperación del banquillo y la grada, con el veteranísimo Lon volviendo a hacer un roto en el centro de la defensa ademarista y sin respuesta contundente de la portería, los cántabros a punto estaban de romper el partido yéndose de 3.
Sin embargo, no lo hizo el Sinfín, que además cometió dos pérdidas atacando con 7 que permitieron al Ademar marcar a portería vacía en otras tantas ocasiones, lo que unido a alguna acción aislada de Saeid permitían al Ademar tomar de nuevo el mando del marcadorcon la aparición de un David Fernández que, ciertamente jugando mermado, había completamente desaparecido hasta entonces. Pero ni con esas, ganando de 3 a falta de 6 minutos (31-28), pudo el Ademar sentenciar el partido.
Un Sinfín inquebrantable mentalmente volvía a empatar el partido liderado por Nico Bono con un parcial de 0-3 llegando a esos últimos 4 minuto con el partido igualado (31-31).
Ahí fue Deividas Virbauskas el que se echó al equipo a la espalda, anotando un gol que precedía al robo de un Santista que jugó cojo durante 50 minutos y fue lo mejor del equipo en defensa junto a Casqueiro, también a medio gas recuperándose de su lesión de hombro. Una acción de Perbelini sobre David Fernández le costaba la roja y aclaraba el camino para que Antonio Martínez, el mejor de los leoneses con 12 goles, sellase un triunfo que redondearía otro que incluso jugando con una pierna es imprescindible para este equipo, Juan Castro.
Ernesto Sánchez fue una pesadilla para el ataque leonés en la segunda parte, en la que Sinfín pagó caros sus erroresPorque la victoria demostró que hay jugadores lejos del nivel de un Ademar que quiera aspirar a Europa. Tiago Sousa, Marko Milosavljevic o Boskos estuvieron lejos de un nivel aceptable para militar en él y eso se notó esencialmente en defensa, obligando además a otros compañeros a jugar estando lejos de su mejor nivel físico. De cualquier forma, según lo visto ayer tampoco pareció solución para nada el haber retenido a Jozinovic, que firmó un horrible partido seguramente en su intención de querer demostrar.
Además, no parece que Manolo Cadenas quiera dar oportunidades cuando las cosas no parecen funcionar. Ante el desastroso partido de David Fernández hasta ese minuto 45, Kim no había tenido más que una pequeña oportunidad en la primera parte del partido, en la que sin destacar, tampoco estuvo peor que su compañero de posición. Igualmente, el canterano Miñambres tampoco tuvo un solo minuto en el partido.
Superados en intensidad defensiva por el rival, el 16-16 al descanso ya demostraba que solo los errores rivales o el acierto ofensivo propio podían significar una victoria que llegó, en gran parte, gracias al sensacional partido de un Antonio Martínez sobre el que cabe pensar si no merecía haber hecho todo lo posible para intentar retenerle.
Una victoria que, más allá de las sensaciones, debe servir al equipo para tratar de crecer ante lo que se le viene por delante. Toca semana de parón por culpa de las selecciones y a la vuelta esperan la Copa del Rey y la Copa Asobal en partidos que ya no tendrán red.