Con este Ademar por el medio nunca se puede dar un partido por ganado ni por perdido. Las alternancias, los momentos de brillantez y desconexión, y los parciales son una constante en sus encuentros que a estas alturas no va a cambiar, por lo que lo importante es que pesen y duren más esos tramos más positivos.Y así fue contra el Cangas, donde aparecieron invitados inesperados para ayudar a que los leoneses tumbaran por 37-31 a un Cangas que se jugaba la vida y se llevaran dos puntos con los que colocarse momentáneamente en el quinto puesto que tienen como objetivo en este tramo final de temporada.
Ganó el Ademar y lo hizo sobreponiéndose al mal día en el lanzamiento de sus referencias ofensivas. Incluso con el siempre fiable Juan Castro acumulando errores en tiros claros (hizo 5 de 12) y Santista, que terminó además con un problema muscular tras darle un pinchazo en un lanzamiento, sumando fallos en tiros de seis metros (cinco en total), los leoneses se fueron hasta los 37 goles, tirando de armas ofensivas para superar los momentos complicados que se le fueron presentando.
Y eso que empezaron mal las cosas para los de Cadenas, que vieron cómo con un parcial de 0-4, en el que tenían mucho que ver las paradas de Javi Díaz, Cangas se ponía dos goles arriba (3-5). Sin embargo los leoneses se rehicieron rápido, cogiendo la delantera de nuevo con un 3-0 y yéndose a minutos de tanteo hasta que el 11-12 del minuto 23 acabó siendo la última vez que los gallegos mandaran en el marcador.
Con Casqueiro lesionado Sanz brilló y, con Castro y un Santista que terminó tocado fallones en el tiro, Milosavljevic cogió galones De hecho el tramo final de esa primera mitad acababa con el Ademar cogiendo su máxima ventaja, tres goles (17-14) antes de que Cangas marcara el último ataque para irse a dos al descanso, y con Darío Sanz y Milosavljevic arrancando su excelente partido.
A más sigue yendo el extremo leonés, que con Casqueiro siendo baja de última hora por un problema muscular respondió a la perfección, con siete goles en ocho tiros e hinchándose a minutos. ¿El otro? Fue Milosavljevic, protagonista de los mejores momentos en defensa e importante para abrir brecha en ataque, con seis goles que llegaron casi en su totalidad en los instantes que sirvieron para el despegue leonés.
Porque si ese final de primera parte había puesto al Ademar con ventaja, un 5-1 en los primeros compases de la segunda mitad sirvió para que se elevara en el 38 a los seis (24-18).
A priori, eso debería dar pie a un final tranquilo, pero llegó el momento de complicarse la vida. Panos, que había salido por un desacertado Saeid y realizado paradas de gran mérito, bajaba su porcentaje y Cangas lo aprovechaba para volver a ponerse a sólo dos (26-24) con un parcial de 1-5 que cortaba con un tiempo muerto de Cadenas.
El 11-12 fue la última ventaja del Cangas, que con un 1-5 se metió en un partido que con el 24-18 parecía estar ya roto No bajaría de ahí, puesto que del abierto 27-25 a 13 minutos para la conclusión llegó el tirón ademarista que acabó siendo decisivo. Repartía juego y asumía responsabilidades en un buen partido David Fernández y entraba Antonio Martínez, relegado de inicio en la segunda mitad por un buen Zapico, y con dos tantos seguidos arrancaba el parcial de 4-0 que devolvía al Ademar su máxima ventaja (31-25), sólo que ahora ya sin margen de reacción.
Estaba ya el partido sentenciado y ese final sin sufrimiento sólo servía para que hiciera dos de sus cuatro goles el jugador ya fichado por el Ademar para el año que viene, Alberto Martín, que no tuvo mucho protagonismo hasta esos minutos finales sin nada en juego, y para que sólo Kim se quedara con cero minutos pues entraba por Sanz el canterano Miñambres, que aprovechaba al máximo el tiempo que le dio el técnico y pese a jugar fuera de su posición natural de central, en el extremo, hacía dos goles.
Esta vez, el más necesitado no ganó. Cangas deberá seguir sufriendo por salvarse y el Ademar da un paso más hacia su objetivo de terminar la liga quinto, no vaya a acabar teniendo esa posición también premio, y sobre todo de cerrar un irregular año con las mejores sensaciones posibles.