Tenía un objetivo claro el Ademar en ‘su’ Copa Asobal, que el aficionado leonés saliese del Palacio de los Deportes orgulloso de los suyos. Pase lo que pase este domingo y sin ni siquiera tener en cuenta el resultado final de la semifinal, puede darse por satisfecho el equipo de Manolo Cadenas, que no solo compitió como le pide su afición, sino que además se llevó un triunfo muy meritorio que le clasifica para la final del torneo.Lo hizo tras superar a un Granollers que es por méritos propios el mejor equipo de España fuera del Barcelona y que se le volvió a dar muy bien a un conjunto ademarista que cuajó, el global, un gran partido. Lo hizo además con una buena actuación de todo el equipo, liderado eso sí por dos jugadores que llegaron con ese rol, Juan Castro y David Fernández, secundados por dos improvisados héroes: Deividas Virbauskas y Panagiotis Papantonopoulos.
Fueron todos ellos clave en lo que no dejó de ser una gran remontada del equipo leonés, que de inicio fue incapaz de parar el poder de lanzamiento de Faruk Yusuf y Antonio García. El Ademar quiso tensar la cuerda liderado por Castro hasta que se rompió por la falta de acierto y las pérdidas. Un parcial de 0-4 rompía el partido a favor de los vallesanos (5-10) y ni siquiera una doble exclusión le permitió al equipo leonés para reducir distancias.
El banquillo permitió al Ademar remontar los 5 goles que tuvo de hándicap en los primeros minutosLo que no esperaba el Ademar es que el equipo iba a resucitar de la mano de los menos habituales. Con la entrada de las rotaciones en los dos equipos y cuando parecía que Jan Gurri iba a dominar esa circunstancia, la entrada de Panos, Zapico y Kim permitió al Ademarendosar un parcial de 5-0 que le llevaba a igualar la contienda de cara a los últimos minutos de una primera parte que iba a acabar con un empate a 18 en el marcador que sin duda era una enorme noticia para el equipo leonés.
Lo ocurrido le permitía al equipo leonés volver a darse una segunda oportunidad tal y como hacía el miércoles en Pamplona, con un equipo enfrente que veía que tenía que volver a pelear un triunfo que parecía haber encarrilado mirando con el rabillo del ojo ya no solo haber tenido 24 horas de descanso menos que el Ademar, sino también con un partido el martes con una competición europea en juego.
Apretó el equipo de Manolo Cadenas en defensa como pocas veces había hecho durante el año a pesar de no poder contar con Santista y eso generó dudas a un Granollers con miedo en medio de un calendario tan cargado. A eso se le sumó la enorme actuación de Papantonopoulos -MVP del partido en una suerte de redención para el griego - y la aparición estelar de un Deividas Virbauskas decisivo en ataque, formando un tándem letal con un David Fernández que jugó uno de sus mejores partidos del año.
¿El resultado? Un Ademar que tomaba una renta de 3 goles muy pronto y un Granollers sin recursos para remontarlo. A eso se le sumaron dos malas noticias para el conjunto vallesano y para el balonmano en general, las lesiones de Adriá Martínez y Antonio García, que no fueron los únicos que no pudieron acabar el partido y es que uno de los colegiados se tenía que retirar por un problema físico que obligaba a cambiar a la pareja arbitral.
Ocurría eso en plena dinámica positiva del Ademar, que ni siquiera pagó el largo parón del juego para sustituir a los árbitros, manteniéndose firme especialmente en ataque sin que la defensa visitante ni un horrible Rangel, que incluso desaprovechaba dos ocasiones de marcar a puerta vacía, podían aprovechar.
Se encontró de forma inesperada el Ademar con el partido ganado y eso quizás le pudo pasar factura de cara a los últimos 10 minutos, en los que Granollers tiró de orgullo para recortar la ventaja que llegó a ser de 6 goles hasta los 2.
Sin embargo, no habría tiempo para más ante un Ademar muy seguro en ataque, sellando así el conjunto leonés una victoria que le permitirá jugar una nueva final sabiendo que es casi imposible soñar con el título. Su trofeo ya lo levantó.