Durante toda la segunda parte, parecía imposible que a la Ponferradina se le pudiera escapar un triunfo que volvía a poner dobles dígitos de distancia con el descenso y le permitía empezar a mirar de forma legítima hacia arriba.Por delante desde el minuto 22, los bercianos tenían el control absoluto del partido, no permitiendo ni una sola ocasión de peligro tras el descanso del Albacete pese a cederle en muchos instantes el balón y solventando a la perfección las intentonas de un equipo manchego que parecía literalmente ‘muerto’, pues a la falta de ideas se le unía que tenía a dos jugadores cojeando y sin opción de sustitución al haber realizado ya los cambios.
Y sin embargo, en el último suspiro, todo cambió. 90 minutos de control y un descuento de desconexión tuvo la Ponferradina, que vio cómo in extremis se esfumaba la victoria... y que incluso estaba a punto de regresar de vacío en la última acción del choque.
El VAR corrigió un fuera de juego de Kaxe y dio luz verde al penalti que había forzado y que metió Yuri Todo cambió en el minuto 93, cuando el Albacete empató, curiosamente con sus dos ‘cojos’ como protagonistas. Y es que Acuña, que instantes antes había sido atendido tras subírsele los gemelos, peinaba un saque largo del portero y sorprendía a los centrales, dejando solo ante René a un Manu Fuster con el que, instantes antes, se había temido una grave lesión al írsele en un control la rodilla.
Pero forzaba para volver el ex del Guijuelo y encontraba el premio en esa acción, en la que con un suave toque superaba al portero y ponía el 1-1.
No se lo creía la Deportiva, que se quedó ‘grogui’ y rozó la tragedia, pues espoleado por el gol el Albacete se volcó sobre su portería como no lo había hecho en todo el partido y tuvo ahí dos de sus mejores ocasiones.
Al Albacete le anularon un gol a los 5 minutos pero, tras el 0-1, sólo inquietó a René con un tiro lejano de Silvestre Primero, tras un córner, con una volea de Ojeda que iba para dentro pero conseguía desviar Russo; y sobre todo, en la jugada que ponía punto y final al choque, con una falta frontal que colgaban al área y que a punto estaba de meterse Ríos Reina en su propia portería, pues su despeje de cabeza se estrellaba en el palo.
Respiraba la Deportiva pues, si el punto le sabe a muy poco, la derrota se le habría antojado increíble dado cómo se había desarrollado el choque desde que en el minuto 22 se puso por delante.
Porque, en su primera llegada de peligro, los de Bolo hicieron diana. Nació el tanto, como posteriormente sucedería en el gol del empate, con un pase largo del portero, que tras peinar Ivi López y fallar la defensa dejaba a Kaxe (de nuevo excepcional entre líneas), en posición antirreglamentaria según el líneapero solo ante un Nadal al que regateaba y que le derribaba claramente.
Acuña y Manu Fuster, ambos cojeando, fabricaron el 1-1. El paraguayo peinó un saque del meta y dejo solo al extremoCorregía el VAR el fuera de juego pues la posición era válida y no admitía dudas la pena máxima, por lo que a los 11 metros se dirigía un Yuri que aumentaba su cuenta goleadora con un gran disparo, alto y a su izquierda, que no podía atajar el portero pese a haberse tirado al lado correcto.
El gol lo cambió todo, despertando los fantasmas de un Albacete al que le empezaba a pesar el estar en descenso y tras sacar sólo uno de los últimos 18 puntos.
Los manchegos, que habían salido con fuerza y tenido en el primer minuto una volea de Erice desde la frontal que se iba arriba por poco y en el cinco un gol anulado a Álvaro Jiménez por un claro fuera de juego previo de Zozulia, desaparecían del mapa, se cargaban de amarillas fruto de la desesperación y únicamente generaban peligro en un tiro desde fuera del área al filo del descanso de Silvestre, que se envenenaba y cambiaba de dirección pero se encontraba con la excelente respuesta de René.
Yuri tuvo un mano a mano ante Nadal para sentenciar. En la última jugada Ríos Reina despejó al palo de su portería Tenía el partido donde quería la Deportiva, que incluso se permitía lujos como una maravillosa espaldinha de Yuri, que daba de primeras con la espalda un pase perfecto a un compañero tras un pase largo, y que tenía un par de ocasiones para sentenciar el partido durante la segunda mitad.
Una de Russo, de cabeza en un córner, la sacaba Nadal de nuevo a saque de esquina; otra, muy clara, de Yuri, que tras un pase largo le ganaba en velocidad y con un gran uso de su cuerpo la partida al defensor, plantándose solo ante el portero pero sin mucho ángulo y estrellando su tiro en el cuerpo del guardameta.
‘Perdonaba’ la Deportiva y, en ese surrealista final, lo acababa pagando. Sumar fuera de casa siempre es positivo. Pero cuando el empate llega así... más que a punto ganado acaba sabiendo a oportunidad perdida.