Anaitasuna 27 - Ademar 28: 'Una lección de garra para seguir vivos en la Copa'

El equipo leonés se sobrepone a las bajas y a un hándicap de 6 goles al descanso para meterse en la fase final del torneo

Jorge Alonso Macía
15/03/2023
 Actualizado a 15/03/2023
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Pueden salirle mejor o peor las cosas, estar más acertado o menos en ataque, defender con mayor o menor intensidad, pero lo único que el aficionado del Ademar le pide a su equipo es que no renuncie a su ADN, una forma de ser que se ha forjado a lo largo de la historia del club y que debe llevarle a creer siempre sin pensar jamás en tirar la toalla sean cuales sean los condicionantes. Este miércoles en Pamplona un equipo con 11 jugadores, varios de ellos jugando lesionados, sin que las cosas le terminen de salir viviendo en la permanente duda de su irregularidad y que en la primera parte veía como el rival le sacaba todas las carencias para llevarse una ventaja de 6 goles al descanso, consiguió llevarse el triunfo no en un partido cualquiera, sino en toda una final que le permite clasificarse para la fase final de la Copa del Rey y mantener una ventana abierta a Europa en caso de que no consiga lograrlo a través de la liga.

Pero si el equipo leonés muestra las señas de identidad que enseñó en la segunda media hora de partido ante Anaitasuna estará muy cerca de lograr sus objetivos sea por una vía u otra. Y es que tras verse al borde del precipicio tras una muy mala primera parte el equipo que salió de vestuarios tras el descanso fue otro. El 16-10 de parcial en ese entretiempo dejaba claro cómo había sido ese inicio de partido, en el que no solo no funcionó el Ademar en defensa, sino que tampoco lo hizo en ataque. Con la primera línea muy tocada sin Boskos ni Milosavljevic, Deividas Virbauskas tuvo que asumir el protagonismo en ese lateral izquierdo en el que fue de menos a más y la situación obligó a la reaparición de su hermano Zanas, que lejos de estar a su mejor nivel tuvo que forzar para sumar minutos de refresco a sus compañeros. En el zurdo, David Fernández fue la única opción para un Cadenas que puso sobre el campo a Kim en únicamente una jugada.

Ni en la primera ni en la segunda línea encontró de cualquier manera respuestas el Ademar para superar a una intensísima defensa pamplonesa, que ayudaba a Cancio a lucirse llegando a estar en el ecuador de la primera mitad con un porcentaje del 50% que llevaba a su equipo a no dejar el parcial de 3-0 de inicio en anécdota, llegando a ponerse 7 arriba a falta de 10 minutos para el descanso con Bazán y Pereira entrando como cuchillo en mantequilla en la zaga leonesa.

Ni con el 5-1, ni atacando con siete encontraba el Ademar manera de cambiar el signo del partido, si bien dos goles de Casqueiro en el tramo final permitían al equipo dejar la renta local en esos 6 goles al descanso y mostrar en el último ataque local de la primera parte, una defensa que demostraba que ese equipo tenía algo más al menos en cuanto a esa intensidad innegociable cuando se viste la camiseta del equipo leonés.

Solo los que allí estaban saben lo que se dijo en ese vestuario que tardó más de lo habitual en abrir su puerta para el inicio de la segunda parte, pero el Ademar que volvió a la pista del pabellón Anaitasuna fue otro. Con Saeid muy acertado y ayudado por el aumento de la intensidad defensiva y con Juan Castro y Deividas Virbauskas encontrando claridad en ataque, mención especial merece la aportación de un Santista que jugando cojo sumó en ataque y en defensa con un espíritu al que se subió al equipo para creer que era posible remontar.

En 7 minutos y con un parcial de 1-7 el Ademar fue capaz de empatar el partido (17-17) aprovechando la portería desguarnecida de Anaitasuna entre exclusiones para darse otra oportunidad, aunque con las dinámicas obviamente ya muy cambiadas. Con el historial entre ambos equipos saliendo a relucir, el partido se calentó con numerosas exclusiones que incluso no tenían que ver con el juego. Así, Saeid se fue 2 minutos por increpar a Chocarro tras pararle un mano a mano y Santista y Pereira se iban igualmente al banquillo tras cruzar algunas palabras.

Lo cierto es que en ese tramo nadie dio su brazo a torcer y el intercambio de goles llevó el partido empatado a falta de 7 minutos (24-24). Ahí el Ademar volvió a aprovechar una exclusión, en este caso de Bonnano, para robar dos balones y marcar sendos tantos a puerta vacía para tomar una ventaja que, confiando en Castro, fue definitiva. El central leonés tiró de galones y junto a la sensacional aparición de Saeid puso 3 arriba a su equipo (25-28) haciendo inútil el esfuerzo final de Anaitasuna.

Triunfo de esos que hacen estar muy orgullosa a una afición necesitada, tanto como el equipo, de un partido como este para volver a soñar. Y el fin de semana llega la mejor oportunidad.
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