Con una rotura de fibras en el abductor, Khalifa Ghedbane llevaba una semana sin entrenar y en condiciones normales aún le quedaba al menos otra en el dique seco. Pero cuando se confirmó que Slavic, con fiebre y gastroenteritis, no podía viajar a Aranda, Manolo Cadenas decidió meterle en la convocatoria. Por si acaso. Por salir a algún penalti.Pero en el minuto 19, el técnico decidió que si había un momento de forzarle era este, tras tres derrotas seguidas y con el Villa de Aranda subiéndosele a los leoneses a las barbas. 9-11 ganaba la escuadra ademarista, fluidos en ataque pero sufriendo un día más atrás, donde prácticamente cada tiro era gol, pues la responsabilidad le pesaba al jovencísimo Carlos Honrado, de 17 años, que se veía obligado por las circunstancias a ponerse de salida bajo palos.
Slavic no viajó y con 17 años Honrado fue titular, pero Cadenas forzó al lesionado Khalifa y cambió el partido Pero entonces, con la salida del meta argelino, cojeando ostensiblemente desde el inicio y con un problema en el brazo tras una parada en los primeros compases de la segunda mitad, todo cambió. Khalifa empezó a tocar balones, haciendo perder confianza a los atacantes e impulsando el salto en defensa, donde en los primeros 15 minutos de la segunda mitad se vio la mejor versión del 6-0 del Ademar de toda la segunda vuelta.
¿La consecuencia? Que de los problemas de la primera parte, con el partido yéndose con mínima ventaja leonesa (13-14) al descanso, se pasara al rodillo ademarista tras el descanso, con los de Cadenas yéndose hasta de ocho goles (15-23) y ganando finalmente 24-31 pese al intento de maquillaje del Aranda en el tramo final, en el que tras dos goles a puerta vacía casi consecutivos llegó a ponerse a cuatro (23-27) a falta de cinco minutos, momento en el que un gol de Marchán terminó de sentenciar.
¿La receta para ello? Estuvo clara. La de toda la vida. La que ha sido siempre seña de identidad del Abanca Ademar: defensa y contraataque. Con Semedo, Donlin y Pedro como grandes líderes, el 6-0 cortocircuitó a un Aranda mermado ofensivamente por la baja del tercer máximo goleador de Asobal, Matheus, y de otro titular como Baronetto. De hecho, durante el parcial con el que rompieron el partido, prácticamente los burgaleses ni conseguían tirar a portería.
El Ademar se puso 5-10 en la primera parte con un parcial de 0-6, pero Aranda empató y llegó 13-14 al descanso ¿La consecuencia? Que eso también permitiera correr. De hecho, gracias a robos de balón había llegado ya el primer despegue de la primera mitad, cuando con un 5-4 que fue la última vez que Aranda fue por delante en el marcador y obligó a Cadenas a pedir un temprano tiempo muerto, vino un parcial de 0-6, con cuatro de esos seis goles en contras, que disparaba a los leoneses hasta los cinco de diferencia (5-10) y parecía abrir una brecha importante que neutralizaría no obstante Aranda en esa misma primera mitad (12-12).
Y esas transiciones, con Gonzalo Pérez como es tradicional de principal estilete (con nueve goles volvió a terminar el extremo), unidas a los misiles del Leandro Semedo más efectivo y letal, con siete tantos de siete lanzamientos incluido uno maravilloso de rosca en un fly, permitieron compensar las numerosas pérdidas de balón cometidas, que lastraron de principio a fin a los leoneses y retrasaron su despegue pese a la nula aportación de la portería local.
El Ademar rompió el partido al encajar sólo 2 goles en los primeros 14 minutos de la segunda mitad e irse 15-23 Llegó no obstante el tirón definitivo en la salida de la segunda mitad y como consecuencia de los dos únicos goles que encajó Ademar en los primeros 14 minutos, en los que llegó un parcial de 2-9 que puso el 15-23 que sentenciaba.
Y aunque Aranda nunca se rindió, con el pivote leonés Javi García como indiscutible líder en ataque, su reacción nunca peligró. Con dos goles a portería vacía (en las inferioridades sin portero se tenía que sentar Khalifa ya que no podía correr) el Aranda todavía llegó a hacer pedir tiempo muerto a Cadenas con el 22-27 a falta de seis minutos y a colocarse a cuatro tras él, pero un gol de Marchán (que marcó sus tres tantos en los cinco minutos finales tras no lograr encontrarle ni una vez el Ademar el resto del partido) y dos pérdidas seguidas de los locales sepultaban la reacción.
Feuchtmann fue baja tras torcerse el tobillo en el último entreno. Aranda no tuvo a su máximo goleador El Ademar sigue lejos de su mejor versión, pero la mejor manera de encontrarla es con triunfos y en un día en el que no se podía fallar cumplió. Ahoratoca seguir mejorando sensaciones y recuperar lesionados (Feuchtmann tampoco entró en la convocatoria tras torcerse el tobillo en el último entrenamiento, si bien no es grave y se espera que juegue el sábado en Polonia), porque llega un maratón de partidos y rivales que darán menos facilidades y exigirán más a los leoneses.