Quedan cuatro minutos para el final y pierde de uno (27-26) el Ademar en la pista del colista, un Benidorm que ataca para abrir una brecha que le acerque a romper su racha de siete derrotas seguidas y complique la tarea de un equipo leonés que no se puede permitir más pinchazos ante conjuntos de la zona baja si quiere pensar en Europa.
Ni la defensa ni la portería ademarista han funcionado durante el choque, pero sí lo hace en los momentos de la verdad, en los que durante cinco minutos y medio dejan sin marcar a los locales. Porque vienen ya de recuperar un balón que luego perdieron al lanzar la contra, pero esta vez tras el blocaje de Alberto Martín la jugada se elabora y la resuelve Edu Fernández, que ha cuajado su mejor partido de los últimos meses y ha sostenido el ataque estático junto a los lanzamientos de un Marwan estelar durante la primera mitad y con minutos más escasos en la segunda.
Vuelven las tablas a un encuentro tremendamente igualado y de alternativas, en el que nadie ha ganado de más de los tres de goles de ventaja que el Benidorm cogió en los primeros compases y el Ademar poco antes del ecuador de la segunda. Y entonces Benites, en una gran acción defensiva, roba el balón en el bote y permite la contra de Darío Sanz, que volvió a cuajar un muy buen partido (seis de siete, en una efectividad que empieza a ser la tónica habitual) y pone por delante al Ademar.
5 minutos y medio sin encajar pusieron uno arriba a un Ademar que falló un ataque para irse de 2 a 1:10 del final
Entonces, con los nervios atenazando al Benidorm que se topaba con el palo, llegaba un ataque para sentenciar el triunfo. Se la jugó Edu Fernández, pero el leonés no pudo culminar su gran partido con el gol del triunfo y se topó con Witkowski, permitiendo la transición rápida de un equipo local que antes de que la defensa se colocara encontraba a Moscariello en seis metros y rompía su sequía anotadora marcando el 28-28 a falta de 55 segundos.
No se volvería a mover el marcador. Porque el Ademar, que llevaba el ataque al máximo tiempo posible para no dejar opción a su rival, no llegaba ni a lanzar a portería, pues sin pases restantes para el pasivo y con una doble pantalla Lindqvist se equivocaba buscando el pase y recibía la sanción que dejaba 11 segundos tras tiempo muerto al Benidorm para hacer que los leoneses tuvieran que regresar de vacío.
No fue así. Consiguió el Ademar que el tropiezo fuera a medias porque en el último ataque Roca (el mejor de los locales con nueve goles) buscaba el lanzamiento precipitado desde nueve metros para evitar el golpe franco en el que muriera el partido, pero se topaba con la parada abajo de un Saeid que apenas había tocado balones pero no fallaba en el que valía un punto.
A 55 segundos Moscariello empató, Ademar hizo pasivo y Benidorm tuvo 11" para ganar, pero Saeid paró el tiro de Roca
Mantiene así el tercer puesto, pues también Granollers empató aunque en su caso con Torrelavega, un Ademar al que le había costado arrancar, pues pasaron casi cinco minutos antes del primer gol de un equipo leonés que llegó a estar tres abajo, por última vez con el 5-2.
Sin embargo, de la mano de los lanzamientos de Edu Fernández y Marwan, se puso por primera vez por delante con el 7-8 a los 13 minutos y ya nunca volvería a ir por detrás en la primera parte, yéndose 13-14 al descanso y manteniendo en el inicio de la segunda mitad un intercambio de goles que hacía ‘bailar’ el resultado entre el gol y los dos goles de diferencia.
Con la máxima ventaja leonesa, 20-23 mediada la segunda parte, Benidorm le dio la vuelta con un parcial de 4-0
Entonces llegaba un momento fundamental del encuentro. Era con el 20-23 del minuto 13, la primera vez (y la única) que el Ademar se iba a los tres goles de diferencia. Tenía Benites un tiro solo en seis metros para irse de cuatro y ampliar la recha, pero Witkowski se lo detenía en la que sería la primera de sus cuatro paradas consecutivas, que permitían que tras un tiempo muerto se produjera un parcial de 4-0 con el que el Benidorm recuperaba la ventaja (24-23) en el marcador.
Intercambiaban goles a partir de ahí los dos equipos hasta llegar al citado 27-26, con el final ya sabido de empate. Punto perdido, porque era un rival para no fallar, pero también punto salvado, porque perfectamente el partido se pudo perder.