Comienzan a faltar adjetivos para describir la temporada del Abanca Ademar. Las dudas que siempre genera el parón del mes de enero más la baja de una pieza clave en la defensa como Gonzalo Carou hacían pensar que la visita del equipo leonés a Artaleku ante un Bidasoa que solo había perdido hasta la fecha contra La Rioja y Barcelona iba a ser más que complicada.Pero a este equipo le gusta crecerse ante las adversidades, no entiende de excusas y no quiere ponerse límites. Un cóctel con la firma de Manolo Cadenas que llevó al equipo leonés a una victoria gigante, inimaginable en otros tiempos y que afianza al conjunto ademarista en la segunda plaza para abrir un mes de locos con 8 partidos al más alto nivel que empiezan con buen pie.
Sigue firmando una hoja perfecta el Abanca Ademar a domicilio porque lo que bien empieza bien acaba y el equipo leonés salió a la cancha con un punto más que Bidasoa. A Artaleku, seguramente por el horario, le costó entrar en el partido lo mismo que a su equipo y el inicio fue soñado para los de Manolo Cadenas, que firmaron un parcial de 0-4 para abrir el encuentro como más le gusta, sujetado por la defensa y Slavic y a la carrera, con los extremos como estiletes.
Los leoneses firmaron un0-4 de inicio que invitaba al optimismo, pero hasta el descanso fue a remolque5 minutos tardó Jacobo Cuétara en parar el partido y despertar a los suyos con un tiempo muerto que sin duda tuvo efectos sobre el partido. Porque de ese 0-4 pasó el electrónico a lucir un 6-4 que hablaba bastante claro de lo que ocurría sobre el 40x20. Las imprecisiones se trasladaron al lado leonés, que no dejó de perder balones y se encontró además a Ledo en la portería rival. De hecho, de no ser por Slavic el parcial habría sido incluso más grande para los vascos, que dejaron durante casi 12 minutos sin anotar a un Abanca Ademar que no encontró la manera de sacarle provecho a la primera línea con Cadenas buscando soluciones que no encontró en el banquillo y entre las que destacó la apuesta por Juanjo Fernández en el lateral zurdo por delante de Vieyra.
No era capaz de acabar de tomarle el pulso al partido el equipo leonés, si bien es cierto que tampoco se fue nunca Bidasoa más allá de los 2 goles de diferencia. Una renta sustentada por la portería y que permitió al Ademar firmar un buen final de la primera parte para llevar, sobre la bocina, el partido igualado al descanso.
Supo sufrir el equipo ademarista cuando tocó, con la entrada del pretendido Bartok que demostró tener potencial para ser un jugador muy importante en el futuro. En ataque, Pedro Martínez le dio otro aire al posicional y David Fernández, tras un horrible inicio, volvió a parecerse al que maravilló en la primera vuelta. Suyo precisamente fue ese gol que ponía el empate al descanso (11-11) y con todo por decidir para la segunda parte.
Un segundo acto que arrancó de idéntica manera a como lo hizo el primero para felicidad ademarista. Se puso por delante el Abanca Ademar liderado por un sensacional Marchán, que encontró la superioridad física con Esteban Salinas para convertirse en un quebradero de cabeza para la zaga bidasotarra, que echó en falta a Barthe. Más, eso sí, echó de menos Jacobo Cuétara a Jon Azkue en la dirección. Sergio de la Salud no encontró la manera de dirigir con fluidez a los suyos y eso, a la larga, lo terminó aprovechando el Ademar.
Marchán y David Fernández, que fue de menos a más, lideraron el ataque ademarista en IrúnPorque no perdería más la cabeza en el marcador el equipo leonés, que tras el intercambio de goles tras la reanudación, aprovechó un par de lanzamientos a la madera de Odriozola y Seri junto a la exclusión de Crowley para marcharse hasta los cuatro goles de ventaja (15-19).
Lo paró Jacobo intentando buscar el mismo efecto que tuvo el tiempo muerto en el inicio del partido buscando en el banquillo una respuesta a lo que ocurría en la cancha. Lo encontró en Iker Serrano, que anotó tres tantos seguidos que solo encontraron la respuesta de Feuchtmann gracias a un buen Rangel y que dejaron la ventaja ademarista en dos goles tras un nuevo tanto de Bartok (19-21).
Sin embargo, ahí volvió a aparecer la casta de un Ademar que se reflejó a la perfección en una jugada en la que Slavic salvó un durísimo lanzamiento con la cara y Juanjo Fernández se lanzaba al suelo con todo para recuperar la bola. Fue el punto de inflexión para que el equipo leonés recuperara los cuatro goles de ventaja (19-23) obligando ya a Bidasoa a ir a la desesperada en los últimos minutos.
La defensa abierta y una exclusión de Juanjo Fernández inquietaron mínimamente a los ademaristas, que supieron jugar el final a la perfección y aunque sin lograr recuperar el golaveraje, celebraron el triunfo como lo que es, una enorme conquista que sirve para señalar el camino de cara a lo que viene. El domingo, en Nantes, el más difícil todavía, pero es imposible no creer en que este equipo pueda lograr la gesta.