Tocado pero no hundido. Así ve al Hércules el entrenador de la Ponferradina, Jon Pérez Bolo, que pese al 1-3 de la ida, afronta con cautela el partido de este sábado en El Toralín.
Y es que el técnico recuerda que el equipo alicantino llegará a la capital berciana con la intención de “morir matando” y que cualquier exceso de confianza por parte de los blanquiazules puede ser fatal. “Tenemos muchísimo respeto por el Hércules, es un gran club y está capacitado por darle la vuelta a la eliminatoria”.
Por ello, el bilbaíno no quiere ni oír hablar de festejos antes de tiempo y pide a la afición un último esfuerzo para sentenciar la eliminatoria. “Necesitamos que aprieten, nos animen o nos ayuden a levantarnos si hace falta. Las celebraciones, si Dios quiere, al final del partido”, sentencia.
De hecho, Bolo cree que dar el cruce por ganado no entra en el ADN del club y del vestuario. “La humildad es lo que nos ha traído hasta aquí”, recuerda el técnico, que asegura que pese al histórico triunfo logrado en el Rico Pérez, los jugadores han seguido trabajando al 100% y están concienciados de la dificultad del choque. “Tengo un vestuario súper humilde que no da nada por hecho”, apostilla.
El vasco cree que el primer paso para que el ascenso se quede en la capital berciana pasa por ser conscientes de que el partido “va a ser muy largo” y puede pasar de todo, por lo que “no podemos ponernos nerviosos, tenemos que ser el mismo equipo independientemente de las circunstancias”.
¿Y qué rival espera Bolo? Un Hércules que “va a salir a muerte”, por lo que a los blanquiazules no les queda más remedio que tratar de igualar fuerzas. “Si ellos multiplican esfuerzos, nosotros el doble. Tenemos el ascenso al alcance de la mano y no lo vamos a dejar escapar”.
Bolo: "Las celebraciones, si Dios quiere, al final del partido"
El técnico no da al Hércules por muerto y recuerda que "la humildad es lo que nos ha traído hasta aquí"
28/06/2019
Actualizado a
18/09/2019
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