Cuando parecía imposible que a una temporada increíble y llena de alegrías aún le faltara su punto más álgido, Marta García lo alcanzó en Roma logrando el resultado más importante de toda su carrera.
Porque la atleta leonesa se subió al pódium en el Campeonato de Europa al aire libre, en el que se colgó la medalla de bronce en la prueba de 5.000 metros, necesitando para ello hacer una estratosférica última vuelta en la que parecía destinada a ser quinta pero firmó una espectacular remontada sellada en la recta final.
Era la primera medalla que lograba España en el Europeo y que obtenía Marta en una prueba internacional absoluto, y llegaba tras un esfuerzo agónico e invisible para quien no lo estuviera viendo en el estadio.
Porque mientras la realización se centraba en cómo la italiana Nadia Battoclettio se llevaba el triunfo por delante de la noruega Karoline Grovdal, siendo la última imagen de Marta entrando quinta la recta final, cuando volvían a enfocarla estaba superando ya una línea de meta que pasaba por delante de Blomqvist y Koster tras su gran sprint.
Entró quinta en la recta final, en la que superó in extremis a Blomquivs y Koster para lograr su primera medalla en un campeonato internacional absoluto
Marta apenas podía creérselo. Sus compañeras de entrenamiento y selección saltaban y lloraban de alegría a pie de pista. “Iba muerta, sólo le echado cojones”, les decía nada más terminar. Cómo para no irla. Porque lograr ese bronce había requerido batir uno de los récords de España más antiguos, el que Julia Vaquero tenía desde 1996.
En 14:44:04 paraba el cronómetro la leonesa, 92 décimas más rápidos que el que era el mejor registro español hasta la fecha en los 5.000 metros, siendo el segundo de gran duración que supera Marta García este año después de que en Boston acabara con el de 3.000 que Marta Domínguez tenía desde 2001.