Los buenos eran los otros

Excelente partido del Llanera que dominó a la Cultural en los noventa minutos con una grada que temía: "Van a llegar una vez y marcan" y acertó

31/10/2024
 Actualizado a 31/10/2024
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uatro de León en Pola de Siero, después de meterse entre pecho y espalda una buena fabada (y lo que corresponda) tienen más peligro que los toros que vienen a la feria de San Juan en la Plaza del Parque. Bien es cierto, que un camarero de una sidrería asturiana, con bigote y sorna, se nota que ya toreó en peores plazas.

- Jefe, ¿sabe dónde queda el campo de fútbol?
- ¿Qué campo, porque hoy aquí no hay partido?
- Si hombre, juega la Cultu.
- Ah, claro, que los cazurros como se ven primeros ya no van por los pueblos ¿Jugáis tarde, no?
- A las nueve.
- Es que los de Posada (de Llanera) saldrán de trabajar tarde. 

Se notaba la presencia de leoneses por las calles (y bares) de Pola de Siero, hasta que a las cinco de la tarde estalló halloween y el mundo sin disfraz. Siero parece la capital del miedo. 

Es la hora de ir hacia el campo. Nuevamente los leoneses se dejan sentir. El autobús de la Cultural luce en la fachada, bufandas, camisetas... En el interior, a primera hora parece el Nuevo Reino, es difícil encontrar rincones del Llanera, que van apareciendo cuando llegan las nueve. Al medio voy, que hay pocas aficiones más simpáticas que las asturianas. Y entendidas. Aún recuerdo cuando nos localizaron los de Mieres y en vez de gritar «¡Caudal!» decían a coro: «¡El Puerto Pinos ye de Mieres». 

El ruido de fondo, con cánticos lo ponen los leoneses, la letra no es que se entienda mucho, pero a los del Llanera  los levanta el equipo de los asientos y les arranca voces a coro de «¡Llanera, Llanera!» que, dice mi vecino, «vamos a tener que hacernos con cánticos, pero esta división tampoco creas que da para más». No se si da para más cánticos pero para juego seguro, la primera parte fue un baile en toda regla. Como dicen los clásicos «cuando el mejor es el portero no hace falta explicar más».

Pues el mejor fue Bañuz, no lo dudes (el del Llanera no lo sabemos, en la primera parte no está claro que haya jugado). Y los de campo se permitieron filigranas de partido televisado: Álvaro puso en apuros a Bañuz desde medio campo; Arellano hizo un control en el área que lo firmaba Benzemá, Kike parecía ‘el amo el prao’, que dicen los astures, y le pudo dar un susto a la Cultural de época. A un rechace de Bañuz, le deja el balón muerto a los pies y lo estrella en la escuadra. La grada reentona su himno  de tres sílabas... Mis vecinos se vienen arriba pero son casi excesivamente respetuosos, aunque en los primeros cambios sí me quieren asustar, cuando muestran el número de Alex Barrera.

- Este tiene más fútbol en las botas que toda la Cultural juntos; dice el que me asusta.
- Y Beckembauer también; dice el que me tranquiliza recordando que este trotamundos del fútbol ya no es el que era «pero el que tuvo...».

Parecía que despertaba la Cultural en la segunda parte, metió cambios («¿ése ye Chacón?») preguntaban los vecinos que entienden más de lo que parece y sospechaban que el 10 era el que «traía susto» en la noche de Halloween. La Cultu despertó pero poco. Tampoco es que en la segunda parte viéramos mucho más al portero del Llanera, sumaron algún  susto más a Bañuz y cuando nos dimos cuenta el de la banda ya nos dijo que en tres minutos estábamos en la prorroga. 

«Y gracias», decían los más razonables, incluso de la grada leonesa. La asturiana lamenta: «Teníamos que ir ganando 3-0».
En el mini descanso no puedo evitar recordar cuando al gran López (tan buen fotógrafo como pasota del resto del mundo) fue a un juicio que estaba implicado un ‘jefe’. A la vuelta le preguntaron: «¿Cómo fue la cosa?».

- Yo creo que los buenos eran los otros
- ¿Y quiénes son los otros?
- Los buenos. 
Y mientras lo recuerdo marca Ian Martínez. Mi vecino, tan educado toda la tarde me lo sugiere: «Déjalo así, los buenos son los otros, aunque pierdan». Y me regalan una frase para la posteridad y así puedo decir que sí hay un remate: «El fútbol no quiere vernos hacer historia». 

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