Buscando la velocidad en plena calma

La leonesa Marta García ha pasado las últimas semanas concentrada en Dullstrom, un pequeño pueblo de 500 habitantes a 2.100 metros de altura en el corazón de Sudáfrica

Jorge Alonso Macía
27/01/2023
 Actualizado a 27/01/2023
Imagen de uno de los largos rodajes que el grupo de entrenamiento realizó en Dulstroom. | OAC
Imagen de uno de los largos rodajes que el grupo de entrenamiento realizó en Dulstroom. | OAC
Cada vez más son los atletas que deciden realizar parte de su pretemporada o de su preparación para las grandes citas del año en altitud, buscando contar con unas semanas de tranquilidad en las que su único plan sea entrenar al mejor nivel posible y aprovechar los beneficios que supone hacerlo lejos del nivel del mar. Con esa premisa de encontrar un lugar tranquilo, en una zona alta y en la que además acompañe el buen tiempo, la leonesa Marta García ha pasado las últimas semanas en un lugar remoto, buscando la velocidad donde lo único que hay es calma.

Dullstroom, una localidad de poco más de 500 habitantes entre la capital de Sudáfrica, Johannesburgo y la frontera del país con Suazilandia, ha sido el lugar elegido por el equipo de Marta y su patrocinador, On Running, para reunir a sus deportistas buscando el primer impulso de cara a la temporada de pista cubierta: «On quiere que sus atletas tengan un sistema de concentraciones en altura, especialmente en momentos de la temporada con mucha carga de entrenamientos y esta ha sido la primera toma de contacto».

«Estar a 2.100 metros con 25 grados todo el día es un sueño para cualquier atleta que entrena en altitud»Explica la leonesa, que esta temporada competirá ya a tiempo completo con el equipo europeo de la marca, en el que es la única española (Carmela Cardama y Mario García Romo forman parte de la estructura que tienen en Estados Unidos), que la elección del lugar de concentración «parte de algo realmente simple y es que en el hemisferio norte no hay ningún sitio donde se pueda estar por encima de 2.000 metros y no te congeles, donde hemos estado es una maravilla porque no solo estás a 2.100 metros, sino que tienes 25 grados durante prácticamente todo el día y además han buscado un sitio que es especialmente tranquilo, donde apenas puedes hacer algo que no sea tomar un café aparte de entrenar».

Y es que si bien es Sudáfrica un destino habitual en atletas de nivel durante el invierno, especialmente británicos, no lo es tanto esa pequeña localidad de Dullstrom en la que asegura García «la vida va a otra velocidad, es un pueblo en el que reina la paz y la tranquilidad, nadie tiene prisa por hacer nada», alabando además el nivel de la gastronomía local y en definitiva teniendo las condiciones perfectas «para hacer vida de deportista de forma ideal».

La vida en África va a otra velocidad, nadie tiene prisa y eso es perfecto para poder pensar solo en correrAsí, explica que en un día normal de concentración «realizamos dos sesiones de entrenamiento, una a las 9 de la mañana porque realmente amanece a las 5 y ya estás muy despierto y otra a las 5 de la tarde», destacando las sesiones de «trabajo aeróbico, umbral y también mucho gimnasio, aunque hemos tenido días de series fuertes». Las largas ‘tiradas’ por los caminos de tierra en torno a la localidad han servido para conocer mejor a sus compañeros de equipo, si bien con quien más tiempo ha pasado ha sido con la única chica que viajó junto a ella a Sudáfrica, la británica Cari Hughes. Sin embargo, también han compartido concentración con atletas de mucho nivel como George Mills (campeón de Reino Unido en 1.500), Robert Farken (campeón de Alemania en 1.500 y olímpico en Tokio) o Tom Elmer (campeón irlandés de 800). De todos ellos ha recibido ayuda en sus entrenamientos si bien asegura que «en Valladolid estoy acostumbrada a hacer muchas cosas sola porque mis compañeras son ochocentistas, creo que te da un plus a nivel mental y te ayuda a conocer bien los ritmos que puedes llevar».

Una concentración en altura que, en su faceta de doctora – acababa la carrera de Medicina el pasado verano para dedicarse ahora en exclusiva al atletismo – explica «supone vivir con menos disponibilidad de oxígeno y tu cuerpo se adapta de forma natural a ello, aumentando el nivel de glóbulos rojos que llevan ese oxígeno a los músculos más rápido y es muy positivo para la competición». Asegura que los beneficios «se pueden ver en torno a partir de 15 días de ‘bajar’ de nuevo, pero también exige volver a hacerlo más veces durante el año porque las mejoras se pierden rápido». Además, explica que «cada cuerpo es un mundo y no a todo el mundo le sientan igual estas concentraciones, porque al final es un esfuerzo extra que le pides a tu cuerpo e incluso para según qué persona puede ser perjudicial».

Estreno en Karlsruhe

Obviamente el objetivo de la concentración es tratar de competir al mejor nivel y, con la duda de saber cómo se va a encontrar tras el largo viaje y el cambio de altitud tan próximo, Marta debutará este viernes en la pista cubierta en la primera gran cita del circuito mundial, la localidad alemana de Karlsruhe. Competirá en los 3.000 metros, distancia en la que fue campeona de España en 2021 y que un año más compaginará con el 1.500: «Como siempre voy a probar una de cada y dependerá de cómo me vea en cada una de cara al campeonato de España y el Europeo». En esta distancia, muy bien situada en el ránking, busca ahora bajar su mejor marca de 9:02 y lograr la mínima RFEA de 8:57 para poder entrar en los planes de la federación para esa cita en Estambul. A medio plazo está el Mundial al aire libre de Budapest y a lo lejos el sueño de ser olímpica en París. El trabajo ya ha comenzado.
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