Este tampoco será el año. La vuelta de la Cultural a Segunda División tendrá que seguir esperando como mínimo otra temporada más, pues en esta ocasión no habrá ni siquiera la opción de soñar con ella en un ‘playoff’ de ascenso. Matemáticamente sin opciones de meterse en él se quedaron ayer los leoneses, que sufrieron en Vigo su cuarta derrota consecutiva tras caer 2-1 frente al Celta B en el debut en el banquillo de Ramón González y con un clarísimo factor arbitral condicionándolo.
No puede buscar excusas la escuadra culturalista a no estar presente dentro de 15 días en la fase final en Extremadura pues ha tirado una oportunidad de oro por deméritos propios en las últimas semanas. Pero desde luego sí que puede encontrarlas en la derrota de este domingo que le impide seguir soñando durante una semana más con resarcirse y alcanzarlo, pues si alguien robó las ilusiones de pelear por ello fue Manuel Pérez Hernández, con un arbitraje indignante y tendencioso, con un acoso y derribo a la Cultural en cada acción dudosa desde el primer minuto y dos acciones que marcaron el encuentro.
Porque estaba bien una Cultural con muchas variaciones tras el cambio en el banquillo. De sistema, con cinco defensas y carrileros, y con un doble pivote de contención. De nombres, dando la oportunidad de debutar al lateral izquierdo leonés del filial Marcos, recuperando la pareja Montes-Rovirola para el centro y sentando a jugadores que venían dando un pésimo rendimiento en las últimas fechas como Mario, Pipo, Bravo, Héctor o, por lesión, Sergio Marcos, que se quedó en León como Kawaya. Pero también de actitud, con los leoneses ‘mordiendo’ como no hacían en meses y un Dioni mucho más activo y protagonista.
Con la Cultural teniendo el partido bajo control y sin sufrir, en un centro lateral que dio en el pecho de Galas el árbitro pitó pena máxima La mejor versión de los leoneses en la segunda fase se estaba viendo, disputándole el dominio al Celta B y frenando su amplio repertorio ofensivo, hasta el punto de que un tiro de Solis al lateral de la red tras un centro desde la izquierda había sido su única aproximación, aunque sin conseguir tampoco generar oportunidades, siendo un pase de la muerte de un gran Marcos que no encontraba rematador y un tiro de Dioni desde la frontal a las manos del portero sus únicas jugadas de peligro.
Y entonces, en el minuto 38, llegó la jugada que lo cambió todo. Que puso por delante a un Celta B que con el marcador a favor es luego casi imparable. Que se inventó el árbitro echando por tierra el trabajo de los leoneses. Porque en un centro lateral de Carreira el balón golpeaba en el pecho de Galas y se iba a córner, pero para sorpresa de todos Pérez Hernández pitaba un penalti que, en esta ocasión, no admitía ni las recurrentes dudas de este año con las manos, de si posición natural o no, de si separada o junta, de si de rebote o no, porque es que directamente no tocaba en ella.
Pero aquí no hay VAR y la decisión era inamovible. Esta vez no hubo fortuna y, tras dos penaltis seguidos contra la Cultural que no acababan siendo convertidos, Manu Justo sí que engañaba a Zubiaurre y ponía en el minuto 38 el 1-0 que complicaba mucho las cosas, pero que a punto estuvo de igualar la escuadra leonesa antes del descanso en dos acciones en las que de nuevo la polémica estuvo presente.
Primero, cuando el portero vigués Sequeira medía mal una salida lejos de su portería y golpeaba con sus manos en la cabeza de Eric Montes antes de llegar al balón, decidiendo el árbitro que no existía penalti. Y después, en el descuento, cuando en un saque de esquina peinado hacia el segundo palo, Dioni controlaba el balón ayudándose con la mano en el área pequeña y acababa marcando, pero el gol era anulado esta vez sí correctamente.
Con el 1-0 el colegiado no señaló un penalti sobre Montes y anuló un gol a Dioni por mano al controlar Quedaba apelar a la heroica pero las esperanzas se esfumaron en la primera acción de la segunda mitad, cuando Manu Justo recibió un balón en la frontal, con tiempo para controlar tranquilo y preparar el tiro, y lo colocaba con un disparo seco y raso pegado al palo de Zubiaurre, en lo que suponía el 2-0.
Ahí murió la Cultural, que dejó de creer y bajó los brazos, y también el partido, porque esta vez el Celta B no fue a hacer sangre y se sintió cómodo con los dos goles de ventaja.
Manu, desde la frontal en la primera acción de la segunda parte, ‘mató’ a una Cultural que perdió la fe De hecho no paso absolutamente destacable hasta que, en el minuto 87, el colegiado limpiaba su conciencia ya sin nada en juego y señalaba penalti a favor de la Cultural en un balón que, tras despejar un defensa, golpeaba en los brazos de Holsgrave al protegerse el pecho, y que transformaba engañando al portero un Dioni que marcaba su primer gol desde el 6 de marzo frente al Langreo y el último de esta campaña, pues vio la quinta amarilla que le impedirá jugar en la despedida ante el Zamora.
El empate daba alguna opción aunque remotísima a la Cultural, pero nunca se acarició y el 2-1 fue definitivo. Esta vez no se puede decir lo de otro año en Segunda B, porque será el del estreno en la Primera RFEF para la que al menos los leoneses sí que sellaron con anterioridad su plaza. Pero sí lo de que ‘colorín, colorado, el ascenso se ha esfumado’.
Celta B 2 - Cultural 1: 'Ilusiones robadas, ascenso esfumado'
La Cultural se queda sin opciones de 'playoff' tras caer en Vigo en un partido decantado por la bochornosa actuación arbitral y en el que los leoneses bajaron los brazos tras el 2-0
02/05/2021
Actualizado a
02/05/2021
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