La necesidad o el impedimento de poder gastar grandes sumas de dinero en fichajes ha hecho que en los últimos años un club que ya de por sí apostaba habitualmente por su cantera como es el Fútbol Club Barcelona, haya tenido casi la obligación de dar la alternativa a jugadores formados en las categorías inferiores de la entidad y que en muchos casos han demostrado estar más que preparados para jugar en la élite a pesar de su corta edad.
Un sueño cumplido para todos ellos y también para sus familias, que en el último de los debutantes en este caso a las órdenes del técnico alemán Hansi Flick, ha tenido también a mucha gente pendiente en la provincia de León y más concretamente a orillas del Órbigo.
Porque este sábado, en el partido que enfrentaba al equipo culé en el estadio de Montjuic con el Real Valladolid y que se saldó con una gruesa goleada para los locales (7-0), Flick hacía debutar aún con media hora de encuentro por delante al central Sergi Domínguez. Todo un hito que no pasó desapercibido ni para sus amigos y familiares en Villamor de Órbigo, el pueblo de sus abuelos paternos, en el que veraneó durante su niñez y que actualmente continúa visitando cuando sus obligaciones con el fútbol profesional se lo permiten.
Que Villamor es una prioridad para él lo demuestra su fugaz visita tras el debut liguero del Barça en Mestalla que vio desde el banquillo. El tradicional encuentro con el grupo de amigos con el que compartía los veranos bien lo merecía. Curiosamente, entre ellos se encuentra otro prometedor deportista leonés, el atleta Raúl Matilla que recientemente participaba en la competición de salto de altura del Mundial sub 20 de Lima.
Sergi Domínguez nacía el 1 de abril de 2005 en Barcelona, a donde llegaron sus abuelos muchos años antes desde Villamor como tantos otros leoneses que buscaban un futuro mejor para sí mismos y para sus familias. Allí nació ya su padre y tanto él como su hermano Marc, que a la rama leonesa paterna sumaban la berciana materna, ya que su madre desciende también de la provincia como delata su apellido, el segundo de Sergi, Viloria.
Sus visitas a Villamor, el pueblo de sus abuelos paternos, son habituales y además su madre desciende del Bierzo
Desde pequeño comenzó a jugar a fútbol en el Sant Gabriel, destacando desde sus primeras patadas al balón y llamando la atención de los ‘scouts’ del Barça, que le reclutaron cuando era Alevín para el Infantil B del club. Ahí comenzó una trayectoria vestido de azulgrana en la que ha ido quemando etapas en las diferentes categorías siendo igualmente habitual en los equipos de la selección española, siempre destacando como un central físico, que sin ser esquivo al balón en los pies quizás no tiene la salida de balón de otros jugadores ‘made in’ La Masía, pero que destaca por su buen hacer defensivo, su contundencia y buen posicionamiento.
Un perfil diferente que ha llamado la atención del entrenador Hansi Flick, que dio continuidad a su presencia en el primer equipo tras estar ya participando en varios entrenamientos la pasada campaña a las órdenes de Xavi Hernández. Al alemán no le ha temblado el pulso y Sergi es el cuarto jugador de la cantera que ha hecho debutar en lo que va de temporada.
Un año que podría haber sido complicado para él, ya que arrancó con una lesión en la rodilla que le obligó a pasar por el quirófano. La recuperación fue excelente y pronto se hizo indiscutible en el centro de la zaga del filial de Primera Federación, en el que había debutado con solo 17 años tras brillar en el juvenil que entrenaba Javier Saviola y con el que disputó competición europea, la Youth League.
Ahora, con 19, le llega el debut en el primer equipo y dadas las circunstancias que atraviesa el Barça y ante un calendario tan sobrecargado, a buen seguro no serán los únicos minutos que dispute esta temporada. Su futuro es más que prometedor y en León estarán muy pendientes de él.