Y en este último tren, el de la Feria, el momento para el recuerdo llegó en la última categoría, pesados. Estaban todos (Alvarado, Unai, Víctor J., el pujante Jorge, se sumó Davizuco) y subió de semis Tomasuco. Olía a tarde grande. Después de un año con recordados combates entre Unai y Pedro... más madera.
Y la hubo. Uff, que si la hubo. No faltó nada. Hasta polémica en varios combates. Tomasuco certificó que no había subido de paseo ganando al ya campeón (Pedro, que había ganado antes a Davizuco) y el juvenil Jorge derrotó a un Víctor J. que pilló un rebote considerable por una suelta.
Unai le luchó a Tomasuco de poder a poder, como nadie había hecho este año y logró una victoria increíble Y así llegó el combate de la tarde. Tomasuco, para muchos el mejor luchador del año, frente a Unai, el imprevisible y valiente Potro de Lillo, que está haciendo una recta final de las que enganchan al aficionado al asiento para disfrutar. No había, además, diferencia de peso prácticamente. Era la semifinal que podía ser final.Se adelantó Tomasuco con media y en la grada creció la sensación de que había subido para triunfar, incluso dio otra media después, pero El Potro reaccionó comosólo hace él, a la épica. Trabó dos de sus garabitos que parecen latigazos de serpiente y nada más trabar se abalanza sobre el rival como si no hubiera un mañana. Increíble. Y más a Tomasuco.
Y cuando muchos creían que aquello ya estaba hechoapareció el juvenil de Villacorta, Jorge, y de saludo de presentación le dio una entera. Para animar el cotarro. Para sembrar incertidumbre ¿Estaba agotado Unai?
Pues lo estaría pero «se volvió loco» en expresión de Andresín y se fue a por él consciente de que la faena hecha merecía un digno remate. Se lo dio. Quedó en el suelo para el arrastre. Le levantaron los aplausos. Golpeó al viento con su puño con rabia. Llegó su padre y mejor fan a abrazar a este chaval que con 21 años sorprendió a todos ganando en La Virgen, en ligeros, cuando nadie contaba con él. Estuvo 5 años alejado, «me gustaba pero era mucho rollo con el trabajo»; el año pasado regresó y ganó en Cistierna y este año explotó. Sólo se le puede decir lo del viejo dicho sudamericano: «¡Qué bonito que viniste, Potro».
Antes, la subida de Tomasuco la había aprovechado Rodri para estar en Perla y sumar otro corro, derrotando a Rubo y Liquete; Adri no quiso dejar en medios ninguna duda de que está impresionante, que se ha curado de su disgusto en el Provincial y volvió a dejar mañas de esas que parecen la definición de poderío , ante Sergio o Samuel.
El de Lillo había ganado un corro en ligeros en 2016, estuvo alejado cinco años y en 2021 ganó en Cistierna En ligeros Javi Sancho, que siempre lucha bien, tiró a Jorge pero éste no perdió el subcampeonato pues Florián se fue a medios; Rubén Cerezal le dio la caída del año al Halconero, un voleo de postal; pero allí estaba David Riaño y el corro, una vez más, fue para él, derrotando en la final a un Rubén que apuntaba a gesta... pero que no consumó.
Y como hablamos del último tren, señalar que éste siempre trae premio para Edi.El año pasado fue la Liga, este año un corro en pesados que le permite hacer doblete en el Campeón de Campeones. Y eso que no estaba nada fácil, había 8 luchadoras y muchos nervios en ella, que no los aparenta después en el corro y sacó adelante los combates ante Paola, la subcampeona que buscaba un corro, y Silvia en la final.
El último tren siempre trae regalo para la gemela... y este año además en los vagones venía un Potro, desde Lillo.
Tarde para la historia de quien ahora se llama Invicta Priscila
No es fácil en un deporte de tan larga historia como la lucha leonesa escribir nuevas páginas, pero sí es posible y al hacerlo se convierte en historia, se abre su puerta y se entra en ella. Ayer lo hizo una luchadora, Priscila, que además es campeona defendiendo los colores de la capital, no había vencedores en la Liga que lo fueran por León, siempre defendían los colores de un pueblo de la provincia.
Pero, al margen de la anécdota, la página de la historia que escribió Priscila fue ganar desde el primero al último corro de Liga —también el Provincial—, sin faltar a ninguno de ellos. Una posibilidad que compartía hasta hace dos corros con Cecilia, pero La Ciclón tuvo que irse por motivos de estudios (de Erasmus a Italia) y aunque sí se fue invicta no pudo hacer el pleno. Así las cosas, Priscila estrena con justicia apodo, La Invicta, de León, porque lo es.
Ha hecho esta luchadora de 25 años una temporada impresionante, no dio ninguna opción a sus rivales nunca, no estuvo al borde de la derrota. Ya anunció al inicio que venía con ganas de quedarse, que es mucho decir en ella, que siempre aparecía con calidad y se iba sin explicación. Ganó tres provinciales, uno en ligeros, al año pasado en medios y este año nuevamente en ligeros. Si aparecía siempre hacía algo bueno, pero no se quedaba. Javi Oblanca, que la encontró en las escuelas, sabía que era capaz de todo... pero no suponía que de tanto, para ganar su primera Liga.
¿El secreto? La calidad, entrenar, agarrarse en el luchódromo con quien sea, ya sea luchadora —Alicia— o luchador —Adri o Unai— y ponerle muchas ganas todo el año. Dejó muy claras sus intenciones ya en el primer combate, con la subcampeona Sandra, a por la que fue casi sin dejar dar el pitido inicial y resolvió como venía haciendo todo la Liga. Tampoco Ainoha pudo hacer nada en la final. Por cierto, Ainoha y Olga habían brindado antes uno de esos combates en los que tres veces seguidas quedaron de rodillas y se sujetaron una a la otra sin ceder durante segundos eternos. Disfruta la gente con la exhibición de raza.
(Nota: Tal vez en las primeras ligas Miriam Marcos ganara todos los corros pero ni ella misma recuerda si fue a todos y eran competiciones de muy pocos corros. Lo miraré).
En medios solo hubo dos luchadoras, lo que le daba la Liga a Luzma Carcedo, que sólo debió ganar la final a Maite, aunque perdiendo también era campeona. Deslucida victoria.