- ¿Cuántas Ligas llevas ya?
- Diez, ésta es La Décima.
- ¿Cómo el Madrid?
- No, como Caberín.
Diez ligas son muchas, como todo el palmarés de este luchador que lleva muchos años en lo más alto y al que se le resistía ‘La Décima’:
«Tres años esperando, ya tenía ganas».
No le faltan motivos para estar feliz. Son diez Ligas, sabe que ya nadie le puede apear de la historia de este deporte ny a nadie se le oculta que un gran aficionado, su padre, se fue de manera trágica cuando ‘solo’ llevaba nueve Ligas ganadas. Hoy ya son diez y en algún lado lo estará celebrando David Cabero. Quien no estaba era Sansón, el hermano mayor, que ya está volcado en preparar las oposiciones.
Ya son muchas las batallas que lleva Abel encima desde que hace 15 años empezó a aparecer por los corros con una planta impresionante y cara de niño. En Prioro miraba atentamente al chaval El Che y ya aventuró: «Es el próximo campeón, tiene planta y sabe dar mañas». No le fallaba el ojo. Ya van 10 Ligas y todo tipo de trofeos.
Este domingo no dio ninguna opción a sus rivales y eso que los dos últimos combates fueron duros. En la semifinal con un Guti que venía de ganar dos corros seguidos y lo intentó todo, pero nada pudo hacer más que vaciarse, tanto que Aitor le decía después de luchar por la tercera plaza: «¡Qué bien me esperaste!»; y él le explicó que «Cabero me mató, ya no podía más». Y en la finalesperaba a Abel el singular Víctor J. Hernández, el pescador de agua salada. También lo intentó todo. Estaba «el guaje» y quería ganar otro corro, pero Abel tenía muchos más motivos, ganas... y clase.
Tarde de radio y a emisora revuelta ganan los mismos
La tarde era agradable para luchar y ver. Antes de Cabero iba discurriendo entre comentarios de las cosas del pueblo –los pavos y los gatos de Pencho y esas cosas– y las cosas provinciales, es decir, el Cultural-Valladolid que seguían por la radio y que también se echó en falta a algunos clásicos que cambiaron la lucha por el fútbol: los luchadores Flavio y Padierna, o el padre Domingo. La historia se lo demandará.
No sé muy bien qué pasó pero el vecino de butaca insistía cada poco en «penalty a la Cultural», para añadir por lo bajo: «Valladolid nos roba».
«Y a emisoras revueltas... ganancia de los mismos». Es decir, victoria para Ibán El Guerrerín, Moisés La Roca y Tomasuco el de La Vecilla... ¿Y el Valladolid?
Los líderes se acercan a la Liga porque además de puntos ofrecen «sensaciones» que dicen los clásicos del fútbol, ya que la tarde va de ello. Ibán sigue muy fuerte y Javi Oblanca sufre, aunque nunca tuerce el gesto ni regala nada, si no que se lo pregunten a Busi, que le levantó caída y media y la última en sólo 10 segundos, bien es cierto que se colgó el cinto al cuello y fue a buscar oxígeno consciente de que la final con El Guerrerín se le ponía cuesta arriba. Y se le puso. Nada pudo hacer.
El poeta Toño Morala, que entró a ver qué se cocía, coincidió en un momento(medios) con dos combates terribles, de los más duros de la tarde, tanto que el bueno de Morala reconoció: «No me gustaría enfadar a éste, mira qué brazos tiene».
Éste era Moisés Vega, al que el valiente de Adri el de La Sobarribadio una entera inicial que ‘enfadó’ al de Cistierna que resolvió a su manera, como una roca y con unos golpes de cadera «que revientan a dios», en expresión del vecino de los penaltis. Y después le esperaba Rubo, con el mismo guión y el mismo resultado. Se adelantó el de Valdorria, se enfadó Moisés... ya saben.
La final era la que llaman «la dura»: Moisés Vega y Diego Arce. Lo fue, trabada, de tal manera que Moisés sacó dos sueltas de Arce y después remató con una entera que el gesto de su novia delataba lo esperado de la misma.
Sólo cinco en semipesados. Y la final esperada. Tomasuco eliminó al bueno de Cristian y marchó para la hora de la verdad, con Rodri. ¿Saldría en modo Perla? Y nos regaló una primera entera de esas que sólo da él pero, como ocurrió en medios, Tomasuco pareció enfadarse y arroyó a Rodri y a «dios bendito que se le ponga», insistía mi vecino. Penalti contra la Cultu.