Al grano. Y el grano es que ya hubo tela en la categoría femenina, y ya que hoy es su día, vayamos con ellas.
Ganó Miriam en ligeros a Laura Fierro. Sin novedad, lo esperado, estando la de Montejos en las colchonetas es lo más lógico, que gane.
Pero llegó medios. Una final entre la favorita, por campeona de Liga y más veterana aunque aún es muy joven, Luzma Carcedo, y una niña, no es una forma de hablar pues tiene 15 años, cuya eterna sonrisa ya justifica su presencia en cualquier corro. Pero detrás de esa sonrisa, y una timidez que le lleva a no saber para dónde mirar cuando da una caída y busca por instinto a su madre Pilar en la grada, hay una deportista que camina como sobre una nube, que entrena dos días a lucha y otros dos a judo sin faltar nunca, batiéndose el cobre. Así se explica su victoria de ayer, trabajada, valiente, con mañas de cadera en las que se intuye el judo y una mirada de Luzma que no se lo acababa de creer.
Ni Nerea, la niña, que cuando la quisieron entrevistar fue incapaz de decir una palabra, tan solo sonreír de manera nerviosa, lo que arrancó una cerrada y cariñosa ovación.
Y ella se fue nada más que pudo. Pero ha llegado una niña luchadora.
Pesados tenía un desempate pendiente, el de María y Mónica. Casi norompen la igualdad, volvieron a empatar a cero, con un gesto de desesperación de Mónica al final del tiempo. Y en el medio minuto de oro... se rompió la igualdad, Mónica estuvo más lista y cuando María la buscó... la encontró, pero ya era tarde.
Aún quedaba la gesta de la tarde. Esta Liga también ofrece el Campeonato Absoluto, es decir, la lucha entre los ganadores de cada peso:Miriam, en ligeros;la niña Nerea, en medios, y Mónica, en pesados. Miriam ganó sin dificultad a la niña Nerea que aún no había bajado de su nube.
Y llegó un combate esperado. Miriam Marcos, La niña con calle de Montejos, y Mónica Matía, La Divina de Palencia, campeona de tantas ligas. Mónica sabía que no era tarea fácil, la buscó pero Miriam siempre está bien colocada y al acecho, tanto que en el primer descuido le metió la cadera y arrancó una entera muy currada, con una especie de ‘media gocha’. Había hecho Miriam lo difícil, ahora se trataba de esperar. Y esperó, y cuando Mónica la buscó a la desesperada le hizo un precioso tranque que tenía pensado desde la anterior caída. Otra gesta para Miriam, ¿y van? El alcalde ya no sabe qué hacer. Le puso una calle, después la ascendió a plaza ¿Yahora?
‘El Guerrerín’ fue mucho más
Y vamos a la masculina. Había tres favoritos claros pero había otra circunstancia, que el campeón de cada peso compite en el superior. En ligeros ganó bien Ibán Sanchéz, El Guerrerín, derrotando en la final a Filín Acevedo. Ysaltó a medios y se metió en la final después de derrotar a Diego Arce con mucha inteligencia, aguantando, casi sobre la bocina.En la final le esperaba su rival en tantas finales en ligeros hace unos años, Víctor Llamazares. También Víctor sabía que no era fácil. «Ibán es mucho Ibán»decía él mismo antes de salir.
Y lo fue. No parecía que hubiera diferencia de peso, parecía otra final de ligeros. Arriesgó más quien se jugaba menos, Ibán, e hizo honor a su nombre, Guerrerín, pero sin diminutivo. Se adelantó, le empató Víctor y remató. Al fin sonrió este chaval serio al que la lucha le debe ésta y otras alegrías. Le ha dado muchas horas, mucha valentía al luchar, ha sufrido a veces para contener los nervios de su abuelo, ayer tan feliz como quien lo veía feliz desde la grada, Miguel Sánchez, pues todos sabían que el título viaja a la memoria de Senén, el padre de Miguel, que se acaba de ir.
¡Cohetes!, ‘Sansón’ ha vuelto
Hay pocos tipos más entrañables en el mundillo de la lucha que Jesús María Cabero, ‘Sansón’, fuerte como nadie, con unos hidráulicos envidia la casa Ford, transparente hasta el punto de que todos los rivales saben que nada más agarrarse va a tratar de sacarles una cadrilada ‘made in Sansón’, «a puro guevo», que cuando le sale da igual que lo sepas o no, vas o vas.Semipesados era ayer «el peso». Con Rodri, Samu, Sansón y la presencia como campeón de medios de Ibán. Se midió Sansón con Ibán en semifinales y aunque el del «doblete» sabía lo que iba a pasar... pasó, ¿cómo se evita con veinte kilos menos? No se evita.
Rodri tiró en la otra semifinal al ‘luchador más deportivo’, Samuel, y se iba a buscar en la final a Jesús María. No es buen rival para Sansón, le mueve mucho, es alto y le aguanta los tirones, le desequilibra... pero no ayer que el de Valdearcos armaba sus hidráulicos, sacaba a los tíos a cámara lenta para que a los fotógrafos les de tiempo a cambiar el carrete... y cadrilada.
- Sansón, ¡¡¡cohetes!!!;le decían recordando la broma de que cuando gane un corro somos muchos los que tiraremos cohetes. Él sonríe con esa mirada franca y huidiza. «Ya era hora». Ha vuelto, bienvenido, bien merecido.
Sin respeto al hermano mayor
Pero no se acabó ahí su recorrido pues debía luchar en pesados. Curiosa estampa, los cuatro luchadores clasificados son dos parejas de hermanos, los Quiñones y los Cabero. Se miden ‘cruzados’ y pasan a la final los dos Cabero.
Un combate inédito. Jamás han luchado, se rehuyen hasta en los entrenamientos, reconocía su entrenador Jesús Oblanca, pero se tienen que agarrar. Hay mucha igualdad y mucha precaución, sobre todo en Abel. Llegan empatados a la recta final, Sansón vuelve a intentar sacarlo, Abel hace valer sus 100 kilos, aguanta, se posa, lo descompensa y lo lleva.
«Ya no se respeta ni a los hermanos mayores». Sansón sonríe.