Era el cuarto de los cinco corros del maratón de agosto. Eso se nota en los puños, en las piernas, y se dibuja en las caras. La de Rodri, después de su tercera victoria consecutiva, era un buen ejemplo:
- ¿Cómo está La Perla?
- Pues la verdad es que me duele hasta el alma, pero ganando parece como que duele de otra manera.
De hecho los de La Fabricona de Cistierna llevan tiempo buscando un pleno, ganar en las cuatro categorías, y ayer se les estaba poniendo muy bien después de que Rodri sumara un nuevo corro en semipesados, pero cuando miraron para celebrarlo... Moisés no estaba, hasta las rocas se resienten.
- ¿La Roca?
- Habrá marchado, está desguazado.
Será verdad, pero ahí siempre cabe la reflexión que suele hacer Gasi: «Si está desguazado él, que cae encima, no me preguntes a mí, que caigo debajo». Por cierto, otra tarde para el recuerdo de Gasi, aunque no tenga premio. Bueno, sí, tiene uno que no se lo quita ni la más bella cadrilada, el cariño de la grada.
Después de las victorias ya señaladas de La Roca y la Perla, y la anterior de Florián El Niño, como le llaman su hermana y los suyos, ya solo faltaba Pedro para rematar, en pesados. Todos los de Cistierna se afanaban en acercarse a él y tratar de convencerle de que luchara «en Pedro y no en Kamikaze», después de las dos últimas derrotas ante un Caberín que las preparó exactamente al revés, con mucha cabeza y pocos fuegos artificiales. Y Pedro sonreía. Pero ayer sí debió escuchar y se mostró muy serio en la semifinal con Caberín, hasta el punto de adelantarse con una entera y saber esperar.
Total, pleno de La Fabricona, que abrió el niño Florián. Sonó otra vez el ‘¡Vamos Flori!’ y él respondió con cabeza de mayor. Nuevamente el mayor obstáculo fue el campeón de la carrera de madreñas, Sergio el de Grandoso. Los dos se temen, o se respetan al menos, y acabaron el tiempo a cero. En el medio minuto de a verdad Florián estuvo más frío y se llevó el gato al agua, para lucharle bien en la final a un rival al que muchas veces lucha mal. O no se le da bien. O está fuerte este año Jesús el de La Braña. Ayer Florián fue el de las mejores tardes y se desquitó de disgustos pasados.
Medios comenzó con un aviso serio de que el maratón tiene enfocadas sus puertas hacia el desguace. El navarro Ibai Gracia se deshizo de Víctor Llamazares como si el de Valderrueda fuera uno que pasaba por allí. Tal vez le beneficie al navarro no saber quién es y así le dio dos enteras de una potencia que realmente asusta.
Tal vez el avisado fuera David Riaño, que volvió a ejercer de Pistolero Silencioso y se deshizo de Ibai con aparente facilidad después de ver lo que había hecho antes. Le peleó desde el agarre y el pecho hasta los momentos en los que se desprotege y le dio dos enteras de lo que es, muy bueno;pero se encontró en las semifinales con Curro Romero ‘Gasi’, el Gasi necio, que saca una vez y si le aguantas insiste, y si le aguantas tripite... ante lo que unas veces cae de maduro y otras escucha los aplausos de la grada. Ayer le tocó la puerta grande ante David y morir asfixiado ante el poderío de La Roca, que consciente de que hasta él va en reserva (y después de una paliza con empate a cero ante Arce) debió pensar que «no va más». Y no fue. En un segundo le dio la primera caída y en otros cuatro o cinco remató. Levantó al de Marne, cogió el premio y desapareció. Búscalo en la cama.
Ya sé que no estaba Uco y que así Rodri sumó su tercer corro consecutivo desde Liegos para acá. Cierto. Pero ¿no es Adri un luchador como la copa de un pino? ¿no tenía caída y media por una en la final? Sí, pero Rodri sacó una de esas cadriladas (mejor, dos)de esas que da él como nadie, con la izquierda, y parecía otro luchador nuevo. Eso, así lo creen muchos, solo tiene un nombre y una explicación: comerse la cabeza.
Y en la cabeza está la explicación de la vuelta a la senda de la victoria de Pedro Alvarado, la perdió dos días, o se la hizo perder dos día Abel, luchando, y reapareció el Kamikaze.
Por cierto, cabeza también la de Jesús Quiñones, otra final al cesto, con cabeza, aprovechando la inercia del rival, con un garabito como que no quiere la cosa... Y va segundo en la general.
Bea, Priscila y La Nómada que mejor se defiende
El carro de las nómadas siempre trae sorpresas. La que había estado más discreta en el maratón, María Cabas, fue la que asomó ayer la cabeza sobre el pescante del carro (en realidad furgoneta) y se llevó el corro de Vegaquemada en pesados, con solvencia y aprendiendo de errores pasados, no en vano derrotó en la final, con claridad y por 2-0, a la luchadora que 24 horas antes la había apeado de la lucha por el título, la judoka cántabra Lucía López-Dóriga. «Menos mal que ya ganó porque ayer estaba un poco rebotada ‘la Mery’», explica la más dicharachera del grupo, la sheriff Estrella.
- ¿Es judoka ‘la Mery’?
- Sí, también hace judo, pero es la menos judoka de todas y la más abierta a otras luchas. Ella hace sambo, es medalla europea.
No son cualquiera ninguna. Y al fin le arrancaron la sonrisa a Mery, que unas horas antes había tenido una agradable sorpresa cuando la reconoció una niña a la que encontraron: «Te conozco de los vídeos de defensa personal». Y es que ella, de 34 años, es profesional de esta actividad. Y ganadora del corro de Vegaquemada. Bien es cierto que no estaba Edi, es lo que tienen los maratones.
Quien no pudo repetir las dos últimas victorias fue la citada Estrella, la sheriff. Ayer cayó y bien ante Priscila en la final. «No le planté cara, no sé ni lo que me hizo, es muy buena». Lo que le hizo es que Pris había aprendido la lección, pensó en las dos derrotas anteriores y tomó la mejor decisión:lucha leonesa, que a eso luchamos. Yasí sumó un nuevo corro, se afianza en el liderato y se gana el respeto de las rivales que, dicho sea de paso, se conforman pues ‘las nómadas’ se mostraban felices: «Nos han dado unos lotes de embutidos que tienen muy buena pinta».
Quien le estará dando vueltas a la cabeza es Mireia, la de ligeros, que nuevamente se vio superada por una Bea Riaño que ha vuelto a ser la Bea Riaño de sus tiempos de Pelirroja de Oro.
Aprovecha la ventaja y la superioridad que le da el físico, pelea el agarre y después lucha... y así es como se gana el corro y, seguramente, le come la cabeza a la judoka que también sonríe feliz mirando para el lote de embutido.
No es embutido, pero sí tarta, la de Paola por sus 17 años. No fue su mejor tarde, estuvo mucho más cerca en Boñar, pero anda que no le quedan oportunidades... a sus años. Feliz cumple.