El conjunto berciano logró su cuarta victoria consecutiva ante el Coruxo (0-1) y recuperó el liderato que le había quitado momentáneamente el Castilla gracias a una nueva exhibición del particular dúo sacapuntos que forman el extremo y Yuri. Una genialidad del madrileño para asistir al ariete hizo justicia a los méritos de una Ponferradina que salió sin complejos en O Vao y pudo haber dejado el choque casi sentenciado en los primeros minutos. Faltó inspiración de cara a puerta hasta la irrupción de Pichín, que solo unos minutos después encogió el corazón de la numerosa expedición berciana que, una semana más, volvió a arropar a su equipo lejos del Toralín.
En un balón largo, el extremo se echó la mano al muslo y se fue al suelo, un gesto que encendió todas las alarmas y que pese a que parece quedar en un susto y solo unas pequeñas molestias, puso una nota amarga al momento dulce que está viviendo la Ponferradina.
Y es queel ex del Rayo Majadahonda es la guinda perfecta a un equipo con mayúsculas. En un campo no apto para cardíacos como O Vao, Bolo apostó por un equipo muy físico. El técnico vasco ya había avisado del peligro del Coruxo y de un estadio en el que cada balón es una ‘guerra’ y apostó por una alineación repleta de ‘gladiadores’ que recordó a la que logró el primer triunfo a domicilio del curso ante el Fabril.
Trigueros acompañó a Zabaco en el centro de la zaga dejando el lateral a Jon García y adelantando la posición de Son. En la medular, Saúl regresó al once acompañando a Sielva, con Carnicer como enganche de Yuri –pero también con mucho peso en la creación– y libertad de movimientos para Pichín por todo el frente de ataque.
Inicio arrollador
La pizarra de ‘Bolo’ volvió a ser clave. El conjunto berciano salió muy enchufado y fue un auténtico rodillo en un arranque de partido al que solo le faltó puntería.
Y es que las ocasiones fueron de los visitantes, que tardaron un minuto en dejar claro que lo de especular a domicilio es cosa del pasado. Un minuto le costó a Yuri asomarse al área gallega. En la primera jugada del partido, Ríos Reina apareció por la banda y puso un centro al segundo palo que el brasileño mandó alto.
No fue un aviso aislado. A los dos minutos, la conexión Ríos-Yuri volvió a entrar en juego, pero Alberto Domínguez apareció en el último momento para evitar el remate del delantero. Casi sin tiempo para respirar, Dani Pichín también hizo acto de presencia y logró plantarse delante de Alberto Domínguez, pero su centro-chut, demasiado blando, lo atrapó sin problemas el ex guardameta blanquiazul.
Pero la más clara la tuvo Yuri, que demostró que las leyendas también fallan. El ariete, totalmente solo, a portería vacía y a centímetros de la línea de gol mandó al limbo el ‘caramelo’ de Pichín, una pesadilla durante toda la tarde para los gallegos.
El fallo pasó factura y la Deportiva se desinfló. Los bercianos empezaron a tener menos continuidad en ataque y el Coruxo comenzó a combinar con criterio, aunque su dominio fue estéril. Solo un disparo de larga distancia de Jacobo Trigo y dos faltas laterales sacaron del letargo a Gazzaniga, el mayor beneficiado de la metamorfosis de una Ponferradina capaz de ‘secar’ a sus rivales.
Pichín, otra vez clave
Tras el paso por vestuarios, la Deportiva dio un nuevo paso adelante, aunque no llegó a las inmediaciones de Alberto Domínguez con la claridad de los primeros minutos.
Entonces apareció el ‘mago’. Pichín recogió un balón en el lateral del área, caracoleó, rompió a su par y le puso otro balón en bandeja a Yuri, que esta vez no desaprovechó el regalo y empujó a placer.
Con ventaja en el marcador, los de Bolo volvieron a ser un muro. El Coruxo se lanzó en busca del empate pero no logró desenredar la muralla defensiva de la Deportiva y cuando lo hizo se topó con un Gazzaniga que vivió su primera gran tarde como blanquiazul.
En un minuto, el guardameta sacó dos remates a bocajarro para salvar tres puntos que permiten que la Deportiva iguale su mejor comienzo histórico en la división de bronce y la ilusión siga inundando la capital berciana.