Crónica de una muerte... ¿anunciada?

La Deportiva termina con descenso la campaña que comenzaba como la más ambiciosa de su historia / Los cambios de técnico y el bajo nivel de los fichajes, claves de la debacle

Alejandro Cardenal
06/06/2016
 Actualizado a 31/08/2019
Jugadores de la Deportiva, tras la derrota ante el Girona. | MAURICIO PEÑA
Jugadores de la Deportiva, tras la derrota ante el Girona. | MAURICIO PEÑA
El descenso de la Deportiva ha sido tan previsible, por la nefasta dinámica que el conjunto berciano arrastraba desde diciembre, como inesperado por las altas expectativas generadas en verano.

Por primera vez, la Deportiva no se marcó la salvación como objetivo prioritario. Manolo Díaz renovaba como técnico esquivando hablar del ‘playoff’ pero dejando claro que la aspiración debía ser «mejorar año a año», lo que viniendo de una séptima posición, invitaba a pensar en la sexta plaza que se había escapado por segunda vez en apenas dos años.
Los vaivenes comenzaron durante el mercado de fichajes. Caso Sobrino a parte, se confeccionó una plantilla extensa y, ‘a priori’, de garantías, consiguiendo la renovación de Acorán, ampliando la vinculación de hombres importantes como Andy o Jonathan Ruiz y fichando jugadores contrastados, como Basha o Álvaro Antón, pero el equipo empezó a sembrar dudas muy pronto.

Aunque la regularidad en El Toralín y el olfato de Yuri mantuvo a los blanquiazules en la zona medio alta de la tabla durante el primer tercio de curso, la incapacidad a domicilio -solo una victoria en toda la temporada- y la falta dechispa impedían ver al equipo que ilusionaba meses antes.

Una semana lo cambió todo. De golear a Eibar en Copa y Osasuna en Liga, la Deportiva pasó a encadenar una racha de siete partidos sin ganar que terminó costándole el puesto a Manolo Díaz, al que también pudo pasarle factura en el vestuario su postura en la renovación de Adán, otro de los agujeros negros de la temporada.

La salida del madrileño no fue la solución. Tampoco ayudó la marcha de Yuri. El club buscó agradecer al brasileño, probablemente el jugador más importante de su historia, los servicios prestados y aceptaba la oferta del Qingdaoo Huanghai chino, que multiplicaba por diez el sueldo del ariete, aunquea las arcas del club apenas llegaron 200.000 euros, una cantidad importante teniendo en cuenta el poco dinero que mueve en traspasos la Liga Adelante, pero que no fue suficiente para traer un sustituto de garantías.

En el mercado invernal llegaron Aguza, Raillo y Hume. Los dos primeros han rendido a muy buen nivel, siendo de lo poco rescatable de un final de temporada para olvidar, pero el canadiense deja la capital berciana sin haber marcado un solo gol.

Fabri agrava la situación


Tras tres semanas de casting durante las que se hizo cargo del equipo el tándem Vega-Nistal, llegó Fabri como el mesías llamado a rescatar al equipo, pero no conectó con el vestuario, al que inculcó un complejo de inferioridad en partidos vitales como la visita del Almería que terminó siendo letal.

Pero no solo la inestabilidad en el banquillo no fue la única causa del descenso. El paso de los partidos demostró que la plantilla era tan extensa como descompensada. Delanteros de un perfil similar (Berrocal, Jebor) y sin gol, extremos, o jugadores sin desborde ocupando las bandas(Antón, Khomchenovskyy, Aguza) y una zaga a excepción de Raillo, demasiado blanda.

Lo cierto es que ninguno de los fichajes de verano rindió al nivel esperado y la apuesta por el mercado internacional terminó en una falta de identificación con el club y la ciudad (Jebor se fue con su selección con todo en juego) que impidió apelar al sentimiento como salvavidas de un descenso que pone la puntilla a una temporada nefasta.
Lo más leído