El de este miércoles en El Sargal era un partido para demostrar carácter, para no amedrentarse, para demostrar de qué está hecho un equipo que puede no ser el más potente ni el que más fortuna tiene, pero que ha sabido contagiarse a través de uno de sus ‘evangelistas’ de la filosofía de un club que no se rinde nunca bajo ninguna circunstancia.
Y en Cuenca, el Ademar demostró por qué es el Ademar. Los de Manolo Cadenas sumaron una sensacional victoria y lograron salir vivos de la guerra que planteó desde el inicio el conjunto local, que jugó al límite del reglamente o claramente por encima en muchos momentos buscando sacar del partido a los leoneses, que pelearon hasta el final para afianzarse en la segunda plaza y seguir a una sola victoria del ‘todopoderoso’ F.C. Barcelona.
Tras un inicio con mucho desacierto, Cuenca dejó claro a qué quería jugar. La instrucción de Lidio Jiménez de intentar sacar del partido a los que venían siendo los jugadores más diferenciales del Ademar fue clara. Aunque fuera en camilla. Solo así se explica que en las dos primeras acciones en las que David Fernández se dispuso a atacar la portería rival se encontrara con un brazo en su cara, lo que el reglamento castiga sin demasiada opción a la duda con la tarjeta roja. No dudaron los colegiados en sacársela al uruguayo Marrochi a los tres minutos. Pesó demasiado El Sargal en la segunda y Alves se quedó solo con una exclusión.
Tres golpes idénticos a la cara de David Fernández se saldaron con una roja y una exclusión en la primera parteEra la carta de presentación de la defensa conquense, la tercera que menos goles encaja de la liga. Sin embargo, aprovechó el Abanca Ademar esa doble exclusión de inicio para tomar una ventaja ya relevante, poniéndose hasta cuatro goles arriba y obligando a los locales a parar el partido a pesar de que los colegiados, con el listón puesto por la zaga local, excluyó a Juanjo y al propio David dando opción a recortar distancia a Cuenca.
Sin embargo, fueron escasos los argumentos balonmanísticos de los de Lidio Jiménez, que dependieron casi en exclusiva del lanzamiento de su primera línea con Fekete, Alves y Natán Suárez. No tan acertados como hubieran deseado, solo una sensacional actuación del guardameta argentino Leo Maciel evitó que el Abanca Ademar rompiera el partido. Fue capaz el equipo leonés de mantener la ventaja en esos 3 o 4 goles y eso obligó a Cuenca a apretar más en defensa... si es que se podía.
Lucin se retiraba lesionado en un dedo tras un golpe, Marchán hacía lo propio con molestias en una rodilla, Pedro Martínez volvía a cojear tras un encontronazo y a DavidFernández volvía Lindblad a propinarle otro golpe en la cara que le obligaba a retirarse sangrando por la boca y con el ojo hinchado sin que los colegiados ni siquiera decretaran la exclusión... con la que sí castigaron a Cadenas al protestar lo que estaba ocurriendo sobre la pista.
Un despropósito que amenazaba con sacar del partido al Abanca Ademar, pero que solo permitía que Cuenca se pusiera a dos goles antes del descanso al lanzar Maciel al palo sobre la bocina con la portería vacía (8-10).
Esos números tan bajos hablaban claro de lo que ocurría sobre la pista en un partido que se ponía más para entregar los dos puntos y evitar volver a León con media plantilla lesionada pensando en la intentona de remontada europea que para otra cosa.
Pero no entiende este Ademar de excusas y el equipo leonés regresó a la pista para ir sin miramientos a por el partido. Bajó el nivel de intensidad defensivo de Cuenca y subió el suyo en la portería Slavic. El croata, que ya había tenido chispazos en la primera media hora, se mostró absolutamente incomensurable bajo palos en la segunda mitad.
Necesitaba un gol el Ademar en la recta final para ganar y la pizarra de Cadenas con la muñeca de Mario se lo dieronEn él se sustentó el equipo leonés para mantener su ventaja en todo momento e incluso en los momentos de flaqueza en los que el desacierto, especialmente en los extremos, se apoderó de los ademaristas. Pero solo llegó Cuenca a ponerse a un gol después de estar más de cinco minutos sin anotar el Abanca Ademar (16-17). Sin embargo, un tiempo muerto de Cadenas pareció despertar a los suyos, que ayudados de una exclusión de Vainstein sobre el aviso de pasivo al ataque leonés cambió la dinámica del encuentro.
Con Slavic bajo palos y una mejor defensa, el equipo leonés recuperaba los tres goles de renta entrando en los 10 últimos minutos de partido obligando de nuevo a parar el partido a los locales en lo que parecía un momento crítico (17-20).
Sin embargo, los dos porteros le dieron otra oportunidad al partido. Si Slavic paraba un siete metros que parecía cerrar el partido, Maciel lo evitaba salvando un lanzamiento de un David que no se achantó en ningún momento. El gol de Vainstein (20-21) a falta de un minuto y medio con exclusión de Jaime Fernández dejaba al Ademar con uno menos con la necesidad de anotar un gol para llevarse el partido.
Apretó mucho la defensa manchega hasta el punto de dejar a los leoneses con un solo pase antes del pasivo. Y ahí apareció la pizarra de Cadenas y la muñeca de Mario López para ganar el partido. Con todo el mundo esperando el pase de Carou a David Fernández, el pivote argentino (que jugó muchos minutos en ataque por la ausencia de Marchán) encontraba al extremo zurdo leonés para que éste batiera con una sensacional rosca a Maciel.
Anotaría Cuenca un tanto más, pero ya no daría tiempo a nada más sellando así el Abanca Ademar una genial victoria, de esas que valen moralmente el doble, para sumar su décimo triunfo consecutivo en liga. Y desde ahora, a pensar ya en la remontada ante el Balatonfüredi. Los jugadores se han ganado un Palacio lleno, ¿cómo no creer en este equipo?
Cuenca 21 - Abanca Ademar 22: 'El Abanca Ademar sale vivo de la guerra'
El equipo leonés, apoyado en un gran Slavic, logra una excepcional victoria en su visita a un Cuenca que jugó al límite del reglamento e incluso por encima en muchos momentos
20/11/2019
Actualizado a
20/11/2019
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