Los milagros no existen, solo se consiguen peleándolos y eso fue lo que hizo este jueves la Cultural para escribir una nueva y brillante página en su historia tras eliminar al Atlético de Madrid y acceder a los octavos de final de una Copa del Rey ya inolvidable.No cambió Aira un ápice su idea sobre la Copa del Rey y más allá de Rodas y los dos laterales por falta de alternativas, apostó por los 8 jugadores que no estuvieron ante el Real Unión el pasado domingo. Una propuesta copera opuesta a la del Atlético, que en este caso apenas hizo rotaciones y apostó por un once más que reconocible liderado por una delantera temible con Correa, Vitolo y Joao Félix.
Y es que fue ofensivo el planteamiento del Cholo Simeone, acumulando hasta cuatro jugadores en la última línea durante muchos minutos dejando claras sus intenciones. Fue dominador absoluto del encuentro el Atlético durante la primera media hora, en la que la Cultural apenas era capaz de dar dos pases seguidos y reducía sus esfuerzos a alejar el balón de su portería. Especialmente duro fue el reto para un Julen Castañeda que se medía una y otra vez a Correa, que acompañado por las subidas de Arias fue la principal fuente de peligro colchonera.
Sin embargo, no estuvo acertado en el último pase el Atlético y cuando sí lo hizo, no lo logró en la definición. Así, con Joao Félix viendo el fútbol un segundo por delante del resto, una pase del portugués a la espalda de Rodas lo alcanzaba con la punta Vitolo, que superaba a Giffard en su salida con la puntita, pero la mandaba fuera. Tuvo también Giffard que lucirse coincidiendo con la reivindicación leonesista de la grada, sacando una gran mano a un disparo de Vitolo al segundo palo que parecía colarse por la escuadra.
El gol no llegaba, la tensión de Simeone en el banquillo aumentaba y la Cultural veía que podía estirarse buscando un contragolpe que generara peligro, pero que no terminaba de llegar. De hecho, todos los balones que puso el equipo leonés en el área rival llegaron desde el balón parado, generando cierta tensión sobre la portería defendida por Adán, pero sin ocasiones claras.
Así, con unos aguantando y buscando sorprender y otros con la intención de mantener el asedio sobre la portería rival, se llegó al tiempo de descanso con el empate a cero y la victoria moral del pequeño, en este caso de la Cultural.
No hubo que esperar ni al inicio de la segunda parte para darse cuenta de que a Simeone no le gustaba como pintaba el partido. El argentino daba entrada por Herrera a lo único titular que le quedaba en el banquillo, Thomas.
Cambió el sistema el Cholo, pero lo cierto es que el guión del partido apenas cambió.
De hecho, tras una volea alta de Saúl, la Cultural dispuso de una ocasión muy clara para adelantarse en el marcador. Un córner botado al primer palo encontró la peinada de Theresin en el primer palo y a Sergio Benito solo en el segundo, que cabeceó el balón buscando la escuadra, pero mandando su remate alto. Eran minutos intensos sobre el césped del Reino y las ocasiones se sucedían. Perdonó la Cultural y también lo hizo el Atlético con un protagonista inesperado, Giffard. El francés sacaba una mano abajo espectacular para solventar un uno contra uno con Vitolo, que se había llevado con fortuna un balón largo.
Parecía pender de un hilo el marcador y Simeone metía más pólvora con Saponjic. No intervino el croata, pero con su debut con la camiseta rojiblanca llegó el gol colchonero. De un saque de banda nació el tanto atlético, Joao Félix prolongaba el balón ante la presión culturista y dejaba solo a Correa para que, esta vez sí, batiera con disparo raso a Giffard.
Todo un jarro de agua fría para una Cultural que, ya sí, sacó toda la artillería. Kawaya, Dioni y Sergio Marcos entraron en el terreno de juego para buscar la igualada en el último cuarto de hora. Se volcó con fe el equipo leonés sobre el área rojiblanca y creer le dio resultado. Quedaban 10 minutos y el equipo leonés metía en el área al de Champions. En una de esas, el rechace de un centro lateral le caía en el balcón del área a Castañeda, que con el alma de los 12.000 espectadores del Reino la pegó según le caía y batía por la escuadra a Adán.
Estallaba de júbilo la grada y se preparaba para sufrir, porque hasta el final Giffard se hizo un nombre en la historia del equipo en su segundo partido con la camiseta culturalista. Hasta dos paradas mágicas más hizo el francés cuando ya se cantaba el gol entre los aficionados atléticos. Paradas que dejaban claro que no había tiempo para más y que la Cultural sería capaz de llevar el encuentro a la prórroga.
Tiempo de calambres, de estiramientos y de pelear con el corazón más que con las piernas. Riquelme y Alfonso pusieron el refresco y Lucas, una vez más la heroicidad. El guardameta salvaba sobre la línea un cabezazo de Saúl que se colaba. Sería la más clara de la primera parte de una prórroga en la que la Cultural no se mostró incómoda, pero temblaba con cada incursión de Joao Félix.
Pero quería creer el conjunto de Aira y además tenía las armas para ello. Una contra dirigida por Dioni dejaba el balón en la derecha para que Gudiño, magistral, la pusiera en el segundo palo y apareciera Sergio Benito para rematar a la red el gol que cantó todo León.