Desde la solidez, la seriedad y el recurso del balón parado ha habido muchos equipos que han conseguido su objetivo en la categoría de Bronce del fútbol español pese a que a nivel de talento pudieran estar en desventaja con otras de las escuadras de su liga.A la Cultural le queda todavía mucha continuidad que dar a la imagen de sus dos últimas citas en el Reino como para considerar que puede ser un equipo que responda a ese patrón de juego, pero desde luego volvió a demostrar que al menos en casa está en el camino adecuado para asemejarse a ello.
Volvió a ganar la escuadra leonesa ante su público, esta vez 2-0 frente al Pontevedra, y lo hizo sin apenas conceder nada a su rival, cuyas únicas llegadas con cierto peligro fueron en los cinco minutos finales con el choque ya sentenciado.
Tras reclamar dos penaltis la Cultural, una falta al borde del área sobre Obolskii la convirtió Alarcón en el 1-0 Y es que ante un rival inoperante,que dejó una pésima imagen donde hay que combinar demérito propio con mérito de la ‘telaraña’ del centro del campo culturalista (Tarsi y Presa lo dominaron por completo, con Cristian reforzándolo con el marcador a favor), la Cultural fue claramente superior, brillando en unos primeros 20 minutos excelentes donde se puso de cara el partido y pudo incluso sentenciarlo, y ‘matando’ el choque al cuarto de hora de la segunda mitad cuando corría el riesgo de abrirse y cambiar de guion.
Final feliz para un partido que arrancó de la mejor manera, con la Cultural siendo dueña y señora del choque y sucediéndose las ocasiones. Eso sí, la única que llegó a buen puerto fue una falta forzada por el siempre batallador Obolskii al borde del área.
Tras reclamar sin éxito dos penaltis antes incluso de eso, esta vez que la infracción era en la frontal el colegiado sí la señalaba. Ya a los 2 minutos habían pedido pena máxima en una acción donde un defensor levantaba la mano pidiendo fuera de juego y el rechace del portero le iba directamente a ella. Más tarde, de nuevo por un agarrón en un córner a Obolskii, clarísimo pero de esos que sin VAR por medio nunca se han pitado. Pero el agarrón en la frontal sobre el punta ruso cuando se dirigía a intentar rematar un centro no lo obviaba.
La posición era ideal. Y la hacía aún mejor Alarcón, que superaba por alto a la barrera y daba al balón un efecto que le hacía ir yéndose hacia el palo, entrando a media altura ante la reacción tardía del meta y poniendo por delante a una Cultural que ha demostrado que saca su mejor versión cuando tiene el marcador a favor.
La Cultural sentenció al irle a Trigueros, solo en boca de gol, un mal remate de Amelibia en un córner Pudo ponerlo aún más Alarcón de haber hecho el segundo a los 20 minutos, cuando lo hizo todo bien salvo la definición,ya que en un saque largo de Salvi le ganaba el salto al central, controlaba y recortaba a otro defensor dentro del área, pero a la hora de batir al meta disparaba demasiado alto.
Cesaron a partir de ahí las llegadas de peligro culturalista, pero sin que eso se tradujera en perder el control del partido. Sin embargo, el resultado tenía mucho riesgo. Necesitaban ampliar distancias los de Docampo y con pisar un poco el acelerador a la salida de vestuarios les fue suficiente para conseguirlo.
Avisó pronto Amelibia al cabecear un córner pero mandarla fuera por poco. Se fue fuera por poco el tiro de Percan desde fuera del área tras golpear en un defensa. Y precisamente en el saque de esquina de esa acción llegó el 2-0, al fallar en la marca la zaga y permitir el cabezazo en plancha totalmente solo en área pequeña de Amelibia, que conectaba muy mal al balón pero con la fortuna de que este le iba tras dar en un defensor directo a los pies de Trigueros, que en boca de gol no perdonaba y fusilaba al meta rival.
Yelko Pino fue pitado cada vez que tocó el balón y Ortiz ovacionado. Buen papel de Íñigo en su debut en casa Ahí se acabó el partido. La Cultural no quiso hacer sangre y de hecho acabó con seis defensas en el campo, dejando claro cuál era su objetivo en el tramo final y teniendo una única oportunidad para hacer el tercero, en el descuento de un Querol que se jugaba ante el meta una vaselina que se iba alta.Y el Pontevedra no encontró la forma de generar peligro, más allá de un centro chut en el tramo final que se envenenaba y obligaba a actuar a un Salvi que hasta entonces había sido un espectador más.
El triunfo estaba sellado. La afición disfrutaba con su equipo y con lo que rodeaba al rival, pues silbó a Yelko Pino cada vez que tocó el balón y además se combinó la tremenda pitada de su cambio con la ovación a uno de los héroes del ascenso, Mario Ortiz, que era quien salía por él. Íñigo Muñoz debutaba en casa tras sus lesiones y demostraba que puede y debe ser un jugador muy importante en este equipo. Y de momento, a la espera que se dispute hoy el grueso de la jornada, la Cultural ya está empatada con los puestos de ‘playoff’.