Al mejor inicio liguero de la historia de la Cultural había que llegar de forma épica. Un hito así, de esos que se recordarán a partir de ahora cada vez que los leoneses estén firmando un buen arranque, bien merecía un recuerdo que lo respalde. Y qué mejor que llegar a él ganando con un gol en el minuto 95 un partido en el que eres el único que has propuesto pero del que ya parecía que te ibas a marchar dejándote dos puntos.
Pero no. A unos metros sonaba a todo trapo el Monoloco y en toda la ciudad se celebraba San Froilán, pero la gran fiesta se acabó celebrando en el Reino de León, donde más de 5.500 personas acabaron puestas en pie vitoreando a un equipo que está superando todos los registros y se va ya hasta los 19 puntos de 21 tras ganar 2-1 al Tarazona.
Todo con remontada incluida, en lo que era otra de las asignaturas pendientes de la temporada pasada, y con un gol tras una acción a balón parado en la última acción del choque para romper la muralla de un conjunto aragonés que había metido un tremendo ‘autobús’ en su área desde el arranque.
Álvaro dio un larguero y, en la última jugada, colgó una falta que un defensa despejó mal y Alba puso en la escuadra
Se les gripó cuando Álvaro colgó una falta lateral, un defensa agarró a Satrústegui para evitar su remate en un penalti clamoroso que no señalaba el colegiado, y el mal despeje al centro de Rodríguez lo controlaba a la altura del punto de penalti Txus Alba, que conectaba un disparo sensacional que entraba por toda la escuadra para llevar la locura al Reino.
Tras dos partidos sin jugar y pese a que no le estaba saliendo casi nada hasta esa acción, Alba acababa siendo el héroe inesperado de un partido en el que el indiscutible MVP fue Álvaro, con una exhibición pocas veces vista en un lateral en esta categoría, en la que del minuto 1 al 96 (instantes antes de colgar la falta del 2-1 tuvo que ser atendido porque ya se le subían los gémelos) no dejó de subir la banda y de monopolizar el peligro culturalista.
Suya había sido también la asistencia del primer gol culturalista… que suponía el empate porque a los 22 minutos el Tarazona había silenciado el Reino.
En la única llegada al área delTarazona, Fuentes daba al palo tras salir mal Bañuz pero marcaba en el rechace
En la primera y única vez de toda la primera parte en la que los visitantes pisaban el área de la Cultural, ponían el 0-1. Se aprovechaba Fuentes en un balón largo de una muy mala salida de Bañuz y de la falta de contundencia de tres defensas que no le frenaban pese a rodearle y, aunque se libraban en primera instancia los leoneses al dar su disparo en el palo, el rechace le iba a Martín, que volvía a ponerla al área para que esta vez sí, a bocajarro, Fuentes metiera el balón en el fondo de la red.
Ante un mazazo así, la reacción de la Cultural fue inmejorable. Moviendo el balón de lado a lado con paciencia y verticalidad, y generando hasta cuatro ocasiones clarísimas de gol a un equipo al que sólo le habían metido tres tantos en los cinco primeros partidos de liga.
Una fue a centro de Calderón, rematado en área porqueña por Artola pero yéndosele fuera por milímetros tras rozar en un defensa; pero las otras tres tuvieron el denominador común de venir tras centros de Álvaro.
Tras el 0-1 y antes del descanso la Cultural tuvo 4 ocasiones clarísimas. Justo, a centro de Álvaro, empató
Sacó Trilles de la línea el remate de Calderón en el primero de ellos, fue el portero quien evitaba el nuevo disparo de Calderón a la altura del punto de penalti en el segundo y, a la tercera, llegaba la vencida cuando quien remataba era el ‘killer’, Manu Justo, que se anticipaba a su par en el primer palo y colocaba el pie con maestría para conectar de primeras con el interior un tiro cruzado que ponía el 1-1 en el marcador.
Todavía pudo completar la remontada antes del descanso la Cultural, con una subida por banda más de Álvaro que Artola en boca de gol cabeceaba flojo y detenía el portero, pero sin embargo tras el paso por vestuarios el panorama cambió y el acoso se relajó.
Volvió a bajar el equipo leonés en la segunda mitad, donde seguía monopolizando la posesión pero ya no se traducía en llegadas. Así pasaban los minutos y crecía la impotencia culturalista, que se estrellaba ante la buena disposición defensiva del Tarazona y se desesperaba ante sus continuas pérdidas de tiempo, sin conseguir generarles esa sensación de peligro constante del primer acto.
Pero todo cambió al final. Pudo ser en una falta lateral en la que Álvaro sorprendía al portero, que esperaba el centro, y buscaba portería superándole pero estrellándose el balón en el larguero. O en un tiro desde la frontal de Kevin Presa, que iba fuerte, raso y pegado al palo, pero se lanzaba bien el meta para despejarla. Pero no, el destino tenía preparado una resolución aún más increíble con ese gol que desató la locura.