Sacar adelante esos partidos en los que no estás fino puede acabar marcando la diferencia a final de temporada. Los tres puntos se suman igual con brillo o sin él. Y cuando además tu margen de error para engancharte a la pelea por el ‘playoff’ es tan reducido que no permite un pinchazo en casa con el colista, ya no solo por el margen de puntos sino por la confianza en que llegar arriba sea posible,lo importante es ganar sea como sea.Y lo hizo la Cultural, que se disfraza de candidato al ponerse, al menos temporalmente, a cinco puntos del quinto puesto después de imponerse por un ‘engañoso’ 3-1 al Tudelano, que vendió muy cara su derrota y dominó el partido durante su mayor parte. Sin embargo la puntería tapó las malas sensaciones y marcó la diferencia en favor de un equipo leonés que se adelantó pronto, volvió a ponerse con ventaja justo tras tener una ocasión clarísima su rival y sentenció en el tiempo de descuento.
Al final ganar es lo que cuenta. Contra Unionistas lo merecieron los de Curro, pero ya nadie se acuerda de ello, sólo de que se fueron de vacío. Y frente a un Tudelano que mereció más en el Reino, con menos los leoneses consiguieron salvar los muebles y llevarse los tres puntos, que es lo único que quedará cuando el próximo viernes intenten asaltar el ‘playoff’.
Sotres falló en el gol del Tudelano, pero salvó a la Cultural con dos ‘paradones’ de reflejos, uno justo antes del 2-1 Dos nombres propios marcaron el partido por razones muy diferentes. Porque volvió a demostrar Escobar que es un jugador de superior categoría, tanto en defensa como en el centro del campo; cuajó Álvaro Juan, jugando como ante Unionistas de carrilero derecho, uno de sus mejores encuentros; dejó claro Aarón que sin estar al nivel de su mejor versión de la temporada es con enorme diferencia el más desequilibrante del equipo, asistió Empis en su primera acción tras entrar al campo con un centro medido, y abrió el marcador Buenacasa antes de irse lesionado. Pero Ander Vitoria y Sotres fueron todavía más protagonistas.
El delantero, tras destapar el atasco que duraba meses la semana pasada, volvió a ser decisivo y sacó petróleo de las dos acciones acertadas que tuvo en un día en el que por lo general no le salieron las cosas.
Primero asistió en el tempranero 1-0, en el que la fe de Álvaro Juan le permitió robar un balón en campo contrario y conectar con el punta, que a su vez le dio un pase raso a Buenacasa, que a la altura del punto de penalti controlaba y con calma y sangre fría sacaba un disparo pegado al palo y a media altura.
Y después, cuando el Tudelano había empatado y buscaba el 1-2 en un Reino que empezaba a perder la paciencia con su equipo, a los 20 minutos de la segunda mitad aprovechaba el gran envío desde la izquierda de Empis para en boca de gol conectar un cabezazo que colocaba el 2-1 y daba tranquilidad y a la postre el triunfo a los leoneses.
Abrió la lata Buenacasa, puso Empis el 2-1 con un centro medido y sentenció Solís de falta en el descuento Porque de ahí al final ‘jugó con fuego’ la Cultural, puesto que el Tudelano mandaba y le metía atrás, y en esas circunstancias puede llegarte el empate en una acción aislada, pero no le generaron ninguna ocasión clara y en el tiempo de descuento llegaba la sentencia, al derribar un defensa a Aarón justo al borde del área en un contraataque, y marcar la falta Solís con una gran ejecución, suave pero colocada, por encima de la barrera.
Sin embargo, antes de eso sí había tocado sufrir. Y ahí había aparecido el guardameta Sotres, desafortunado en el empate navarro pero salvador en sus dos grandes oportunidades.
Primero, con 1-0, en un centro desde la izquierda que cabeceaba en área pequeña Agus se sacaba un ‘paradón’ de reflejos para sacársela. Después, en el 1-1 que el Tudelano anotaba en el minuto 25, podía haber hecho más en el ‘trallazo’ de Gualda, potente y colocado pero a media altura, escorado a la derecha y lejanísimo. Y por último, con 1-1 cinco minutos antes de marcar la Cultural, en otro centro lateral que esta vez era Laerte quien cabeceaba, volvía a sacarse otra intervención milagrosa, yéndole eso sí el rechace a un Bassirou que en posición clara la mandaba muy desviada.
Luces y sombras, pero triunfo. Y a estas alturas, es lo más importante.