Si el año pasado el balón parado fue una de las asignaturas pendientes de la Cultural, esta temporada ha revertido la situación y especialmente en esta segunda vuelta está sacando petróleo de ese tipo de acciones, que se han convertido en un arma más con la que sacar adelante partidos cuando el juego combinativo no es tan fluido.
De hecho, la Cultural ha marcado algún gol a balón parado en siete de los ocho partidos de la segunda vuelta, siendo el del Celta B el único en el que ninguno de sus dos tantos llegó a través de esa vía.
Así, tres llegaron después de saques de esquina (el de Chacón en Lugo, el de Escobar al Sestao y el que se marcó en propia puerta el Zamora el pasado domingo), dos de penalti (ambos transformados por Manu Justo, uno ante Unionistas y otro frente al Osasuna B), uno de falta directa (el inolvidable de Chacón ante la Real Sociedad B) y uno de saque de banda (de Manu Justo frente al Amorebieta).
Los 13 se reparten en 6 de córner, 3 de penalti, 2 de falta lateral y 1 de saque de banda y otro de falta directa
En total la Cultural se dispara ya hasta los 13, lo que le permite superar cuando todavía quedan 11 jornadas de liga la cifra total alcanzada en la campaña pasada, donde se quedaron en 11; y, como reflejan los datos del estadístico Pedro González, le convierten en el líder del Grupo de esa faceta empatado con el Real Unión que también lleva 13.
Se reparten los 13 conseguidos por la Cultural de la siguiente manera: seis procedentes de córner (cinco lanzados directos y uno en corto), tres de penalti, dos a través de una falta lateral, uno de saque de banda y otro de falta directa; mientras que por ejemplo el año pasado de los 11 siete fueron de penalti y de los 13 que lleva el Real Unión ocho son también penas máximas.
Un paso adelante de la Cultural en una estrategia que lleva el nombre propio del segundo entrenador, Odei Calzón, en quien Raúl Llona relega para esa faceta del juego que tantos réditos está dando a los leoneses esta temporada.