La Sociedad Deportiva Ponferradina continúa focalizada en la operación salida. En estos momentos, la plantilla está compuesta por 25 jugadores, si bien cinco de ellos tienen el cartel de transferible. Por ello, es vital liberar fichas para efectuar la última remesa de contrataciones de este mercado de verano, y es que, precisamente, debido a tener las manos atadas a la espera de conseguir alguna baja, el pretendido atacante Iván Ayllón se escapó sin que la entidad berciana pudiera aumentar su oferta inicial.
Pascanu, Ernesto, Jesús Fernández, David Soto y Raúl Dacosta son los cinco efectivos en la rampa de salida y, de todos ellos, el ourensano es el primero que podría salir, pues su movimiento al Barça Atlètic se encuentra ya en la recta final. Según las informaciones recabadas por La Nueva Crónica y Más Que Pelotas, el joven extremo ya lleva casi una semana en la ciudad condal esperando a que el trato se rubrique para poder pasar a formar parte de un equipo que se encuentra sin entrenador después de la marcha de Rafa Márquez a su país natal. Este es el motivo de su ausencia en las últimas sesiones de entrenamiento en el Anexo Jesús Tartilán, y lo esperado por todas las partes es que a lo largo de la semana se pueda anunciar el fichaje.
Raúl Dacosta todavía tiene un año de contrato vigente en Ponferrada, pero su deseo de abandonar el Bierzo fue manifestado con rotundidad desde que rechazara la oferta de renovación. No obstante, no ha podido cumplir su principal objetivo: encontrar un acomodo en la Liga Hypermotion a pesar de haber sido ofrecido a numerosos clubes. Sus lesiones en la segunda vuelta del campeonato y la obligación de abonar su cláusula de rescisión para adquirirlo impidieron que la Segunda División llamara a su puerta. No obstante, su intención de irse de la Ponferradina se ha mantenido aunque sea para mantenerse en Primera Federación.
Además de Dacosta, el puesto de extremo todavía puede verse más mermado en esta ventana de transferencias si Ernesto Gómez terminara también por abandonar el equipo. El deseo del club está claro, prefiere liberar su ficha tras no alcanzar un acuerdo para rebajarla, pero el atacante se encuentra contento en la ciudad y tiene un año más de contrato, por lo que es necesario alcanzar un pacto de rescisión que todavía no se ha producido.